Capítulo 28

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Derek:

— Hijo, sabes que voy a apoyarte en todo — afirma mi padre con un suspiro — Solo no descuides tus obligaciones.

— Prometo que no lo haré.

— Muy bien, con respecto a tus amigos prefiero que dejes esto en secreto por un tiempo más — pide.

— No quiero mentirles, no se lo merecen — frunzo en el ceño en su dirección.

— Este tipo de cosas no pasa muy a menudo y no todos lo entienden o apoyan — explica — Aunque no lo parezca es algo que no puede ser tomado a la ligera.

— ¿Cómo es que sabes tanto de esto? — la pregunta cobra vida antes de siquiera analizarla.

Mi padre sonríe, como si hubiera esperado que lo preguntara. Mete las manos en sus bolsillos y niega con la cabeza.

— Era lo mismo que sentía con tu madre — admite, mi pecho se oprime y no sé si es nostalgia o felicidad por escuchar de ella.

(...)

Salgo de la cueva con una sonrisa que curva mis labios. Venir fue una muy buena idea, quizás debí hacerlo antes. Sé que no todo es simple y que querer las cosas que quiero complican todo. Aún así mi padre me ha dado ánimos suficiente para luchar todo esto.

Mis piernas se detienen a unos metros de los demás, Miles y Garrett parecen hablar con algunos amigos mientas Alana acaricia a Jairo. Algo extraño se remueve dentro de mi y por un segundo no quiero que ella lo toque.

Celos.

Reconozco y me río de mi mismo. No tengo por qué sentirlos, me digo a mi mismo. No puedo creer que mi lado territorial se muestre justo ahora. Casi nunca pasa, aún así no justificaría el dejarme llevar por ello. Así que luego de respirar profundo avanzo hasta que la mirada de Ali se levanta y me ve. Una sonrisa aparece rápidamente en sus labios y se baja de la piedra donde está sentada para encontrarse conmigo.

— Tarde un poco, lo siento.

— No te disculpes, tus amigos son muy agradables — niega con la cabeza — Quizás deberíamos vernos con ellos más seguido — propone.

— Vaya pensé que esto sería más complicado, me alegra que se caigan bien — comento y ella sonríe asintiendo con la cabeza.

— Milena estuvo por aquí — menciona Miles algo apenado llegando hasta nosotros, junto a él viene Garrett.

— ¿Estás bien? — le pregunto a Ali rápidamente.

— Si no te preocupes, solo que no creo que yo le agrade en la absoluto — dice encogiéndose de hombros.

— Prometo hablar con ella — añade Miles.

— Entrará en razón — asegura Garrett.

— Eso espero — suspiro mirando arriba — Bueno, creo que debo hablar con ustedes aún — recuerdo forzando una sonrisa.

— No es necesario amigo — Garrett coloca su mano sobre mi hombro, lo miró confundido pero el sonríe — Creo que podemos entenderte y cuentas con nosotros.

— La chica lo vale — agrega Miles señalando a Ali con la cabeza y ella se sonroja.

— Son los mejores — aseguró.

— Somos tus mejores amigos después de todo — comenta Miles y me guiña un ojo.

— Ahora lárgate antes de que se haga muy tarde — ordena Garrett entre risas.

— Deberían ir a visitarnos en estos días, podemos pasar la tarde juntos — propone Ali entusiasmada.

— Claro, cuenta con ello — Miles asiente.

— Muy bien, pues es hora de irse — digo tomando a Ali de la mano.

Nos despedimos de todos y buscamos los caballos para volver a casa. Ali pregunta sobre la charla con mi padre, pero no le cuento mucho. Al final termina ella hablando sobre el rato que pasó con mis amigos. Llegamos ya pasada la hora de almuerzo y ambos morimos de hambre. Por desgracia los tíos de Ali no han vuelto, así que nos toca preparar algo nosotros. Y cuando digo nos me refiero a mi preparando todo mientras Ali me pasa algunas cosas.

En cuanto terminó tomo ambos platos en mis manos, Ali está apoyada en la encimera y me da la espalda. Paso un brazo por delante de ella y dejo allí su plato, el mío lo coloco a un lado y me sujeto del borde. Ella se da la vuelta acorralada entre mis brazos y sonríe.

Madre mía, muero por besarla. Me acerco un poco a ella cuando su sonrisa se ensancha aún más.

— Pensé que nuestro siguiente beso lo iniciaría yo — comenta y me detengo en seco, pestañeo algo sorprendido y me obligo a apartarme.

— Tienes toda la razón — concedo y tengo que aclararme la garganta pues mi voz sale más ronca de lo normal.

Comprobado, no voy a aguantar mucho esto. ¿A quien quería engañar? Contenerme jamás a sido lo mío. Con un claro fastidio me siento a su lado para almorzar. Escucho la risa de Ali a mi lado y luego ella se sienta junto a mi.

La miro de reojo mientras comemos y la sonrisa aún no la abandona. ¡Que alma tan oscura tiene esta mujer! Mira que hacerme sufrir de esta forma.

— Te ves adorable molesto — comenta sin mirarme y yo achico los ojos en su dirección. Hace como si nada y sigue comiendo.

Dame paciencia con ella, solo dame paciencia.

Terminamos de comer rápidamente y me levanto para lavar los platos. Todo un hombre de cada soy. Estoy enjuagando todo cuando siento sus brazos rodeandome desde atrás. Apoya la cabeza en mi espalda, inhalando profundamente. Retomó lo que hacía y dejo los patos en su lugar, me doy la vuelta con ella aún abrazándome.

— Me puedo acostumbrar a qué hagas esto — digo tomando sus brazos y pasandolos por detrás de mi cuello, luego llevo mis manos a su cintura y la estrecho contra mi.

— Tal vez deba hacerlo más seguido — propone.

— No me opondría en lo absoluto, puedes estar segura — afirmo.

Se acerca mucho más y esconde su cara en el hueco de mi cuello. Me permito disfrutar de este momento que estamos teniendo y la abrazo un poco más fuerte.

— Ya lo sé — murmura sin apartarse.

No sé cuánto tiempo pasamos así, sin movernos solo abrazándonos. Solo se que me gusta mucho esto y que voy a abrazarla de esta forma muy seguido a partir de ahora.

— Creo que te debo un beso — recuerda separandose un poco y yo solo asiento.

Sonríe y acto seguido une si boca con la mía. ¡Menos mal!, porque sino juro que lo haría yo. Subo una mano por su espalda y la coloco sobre su mejilla, con la otra alrededor de su cintura nos hago dar la vuelta hasta que ella queda aprisionada contra el fregadero. Sonrió contra sus labios.

— Me doy por pagado — aseguro y vuelvo a besarla.

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