Alana:
Estaba dando vueltas como loca por toda la habitación buscando mi cepillo de pelo, ¿alguna vez han visto a alguien perder un cepillo de pelo? ¡Pues no busquen más Alana Dallas Hesse es su persona! Me había levantado muy tarde y tenía que llevarle de comer a D, menos mal mi mamá nunca me ha dejado tener mascotas porque muy probablemente se hubieran muerto de hambre.
Tres minutos después decidí revisar debajo de la cama, era el único lugar donde no había buscado y… ¡BINGO!, ni idea de cómo rayos había llegado ahí. Alisé mi pelo para que estuviera medio decente y corrí escaleras abajo.
— Estaba a punto de subir a buscarte cariño —mencionó tía Fi cuando llegué a la cocina.
—¿Dónde dejaste la comida de Derek? —cuestioné haciendo caso omiso a lo que me había dicho.
— Esta sobre el microondas— señaló donde estaba y fui directo hacia el— ¿No vas a almorzar tú cariño?
— Si voy a comer allí con Derek ya es tarde y debe tener hambre— avisé agarrando un plato para mí también.
— ¡Te dije que iba a acabar agradándote! —recordó ella con una sonrisa.
— Me gustar tener con quien hablar, es entretenido —me encogí de hombros y salí haciendo malabares.
Apenas había bajado dos de los tres escalones cuando vi a Derek delante de mí.
—Lo siento mucho, me quedé dormida —le dije y puse su plato sobre uno de los escalones, yo también me senté en uno de ellos y los dos empezamos a devorar la comida — Veo que ya estas mejor, dentro de muy poco podrás volver a tu casa.
D me miró y luego dirigió su mirada al bosque. Siendo sincera iba a extrañar tenerlo por ahí, tener algo que hacer todos los días. Cuando se fuera me iba a aburrir mucho, sin contar que no tendría con quien hablar. En cuanto acabamos de comer D tomó mi plato con sus dientes y lo dejó a un lado, se dio la vuelta y comenzó a caminar.
— ¿Quieres que te siga? —cuestioné y en respuestas se giró a verme y siguió andando, así que me puse de pie y comencé a seguirlo.
Caminamos hasta los establos y ahí estaba tío Héctor.
— ¿A dónde van? — preguntó mi tío divertido en cuanto nos vio.
He notado que a mis tíos les causa mucha gracia todo lo que pasa con Derek y conmigo, ahora me falta averiguar el motivo.
— No lo sé, Derek quería que lo siguiera y eso hago —me encogí de hombros.
—Muy bien pero no caminen mucho, Derek aún no está bien del todo.
— Si no te preocupes yo lo cuido — aseguré y lo escuché reírse muy fuerte.
— Deberías bañarlo mañana, ya apesta —nos gritó antes de irnos y siguió riendo, ¿se estaba volviendo loco?
Quizás debería dejar de hacer los trabajos al sol y ocuparse de los demás, los empleados podían encargarse de esos ellos solos. La mayoría llevaba buen tiempo trabajando para mis tíos y sabían hacer las cosas. Caminamos un poco más, algunos trabajadores nos saludaron y D no parecía querer detenerse aun.
— D, yo no vengo mucho por aquí. Si nos seguimos alejando no voy a saber volver —comenté mirando alrededor. Derek me ignoró categóricamente y siguió caminando —Si querías dar un paseo no teníamos que venir tan lejos — agregué, me estaba haciendo experta en mantener conversaciones yo solita.
Llegamos hasta un sembradío de manzanas y D se sentó bajo la sombra de uno de ellos. Me senté a su lado y noté que el lugar estaba algo elevado y alcanzaba a ver parte de la granja. Corría una brisa fantástica y se escuchaba todo muy tranquilo.
— Es muy bonito aquí —mencioné— ¿Cómo sabías de este lugar?
Me quedé mirándolo y de pronto algo hizo click en mi cabeza.
— Tía Fiona mencionó que vieron un lobo aquí hace dos años, ¡eras tú! —afirmé— Por eso no te tienen miedo, ya te conocen.
Me acosté sobre el césped y extendí los brazos a ambos lados de mi cuerpo. El cielo se veía realmente bonito, respiré hondo y sonreí. La sensación era demasiado agradables
— Sabes, desde que te conocí he querido hacer algo pero tengo miedo de que te molestes — volví a sentarme y D me miraba atento— Échate hacia atrás si no quieres que lo haga.
Levanté mi mano derecha en el aire y la acerqué lentamente, mi mirada estuvo en sus ojos todo el tiempo y por unos segundos sentí que estaba frente al océano, sus ojos era muy profundos y la luz hacia al azul más intenso. Mi mano llegó hasta su pelaje y con suavidad lo acaricie, pensé que se apartaría, pero se quedó quieto así que repetí mi acción. Su pelaje era muy suave y me encantó la sensación en mis dedos, por un momento quise abrazarlo como a un peluche. Pero como no quería morir asesinada por un lobo me contuve de hacerlo y alejé esas ideas de mi mente.
— Voy a intentar alcanzar una manzana —solté poniéndome en pie.
Nota :
Que perro quedó eso D ( jajaja chiste malo XD ) me imagino la cara de nuestro amigo cuando Alí dijo que ella lo cuidaba jajajaja
Tipo : nena yo soy un lobo y tú humana, ¿como vas a cuidarme tu?
(Es un pelín orgulloso él)
Espero que les haya gustado el capítulo, no olviden, comentar votar y compartir la historia con sus amigos para que otras personas se diviertan con la historia de estos dos.
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Luna Roja
Kurt AdamDerek entra en la vida de Alana accidentalmente y un evento celestial lo obliga a quedarse más tiempo del planeado. Esa noche cambia muchas cosas para ellos. ¿Quieres saber cuáles? ¡Ven y descúbrelo por ti mismo!