Capítulo 31

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Alana:

Los rayos del sol quemando mi piel me despiertan. Abro los ojos encontrándome con Derek que me mira a escasos centímetros.

— Buenos días — dice bajito.

— ¿Cuánto tiempo llevas así?— pregunto con una sonrisa enorme en mi cara.

— Unos cinco o seis minutos — dice y su mano se desliza por mi brazo acariciándolo.

No puedo creer que nos hayamos dormido en el sofá, ni que haya sido tan cómodo. Aunque el sofá de mis tíos es bastante grande.

— Tengo que hacer las maletas — recuerdo en voz alta. Derek tuerce el gesto en cuanto lo digo y me abraza con fuerza.

— He estado pensando seriamente en secuestrarte mientras te veía dormir — confiesa.

— ¿Por qué no lo haz hecho? — inquiero.

— Te habrías despertado armando un escándalo — sonríe contra mi cuello erizandome la piel.

— Si, suena a algo que yo haría — admito con una sonrisa mientras le acaricio el pelo.

— Extrañaré tus dramas — me dice y esta vez me río con más fuerza, pues se cuánto le molestaba que fuera ruidosa.

— Te estás volviendo muy cursi — bromeó.

— Solo por hoy y porque de veras voy a echarte de menos — se levanta un poco para que pueda verle, al final le he regado el pelo aunque luce adorable de esa forma.

— Yo si que voy a echarte de menos, tú eres el futuro alfa de una manada. Vas a olvidarme en cuanto cruce esa puerta — medio que bromeó aunque me duele lo último que he dicho pues temo que sea cierto.

Anoche le hice prometer que me aburriría de el, lo que conlleva verlo seguido y aunque me haya dicho que un lobo jamás rompe una promesa hay una parte de mi que no puede creerle del todo. Esa parte insegura que me grita constantemente que no soy suficiente para nadie y que por eso todos se alejan en algún momento.

— No podría olvidarte, aunque así lo quisiera — confiesa y mi corazón salta en mi pecho.

— Vas a hacerme llorar de nuevo idiota — protesto golpeando su hombro.

— Nada de lágrimas hasta que te hayas ido de verdad — amenaza —, quiero disfrutar las pocas horas que me quedan contigo.

— Me parece un buen plan — concuerdo. Derek sonríe antes de acercarse a mi y besarme con fuerza.

Le devuelvo el beso intentando grabarme este momento para siempre, se que voy a extrañar sus besos muy seguido. Derek acaba sobre mi y el ambiente se vuelve más caliente. Estoy casi segura que no tiene nada que ver con qué sea verano.

— Tus tíos se han despertado — advierte separandose un poco de mi, antes de que pueda decir nada vuelve a besarme por última vez y se aleja del todo — Deberíamos ir a la cocina antes de que nos encuentren aquí — añade.

— ¿Cómo sabes que están despiertos? — pregunto mientras tira de mí en dirrección a la cocina.

— Soy un lobo — responde —, se cosas.

Encarno una ceja sin entender nada y Derek me guiña un ojo antes de darse la vuelta para buscar el pan en los estantes. Luego de que lo ha bajado y está cortándolo, mis tíos aparecen.

— ¡Vaya pero que madrugadores están hoy! — exclama tía Fi.

— Eso es bueno, tu padre debe llegar para la hora de almuerzo — recuerda tío Héctor.

— Ya lo sé, en cuanto termine aquí subiré para hacer las maletas — anuncio.

— Puedo ayudarte si quieres — propone Derek.

— ¡Pero hoy íbamos a hacer magdalenas! — se queja tía Fi como niña pequeña, creo que ella también va a extrañar a Derek.

— ¿Podemos hacerlas luego de que Ali se haya marchado? — pide Derek poniéndole ojitos de cachorro.

— Claro que si, es solo que voy a extrañar enseñarte — asegura tía Fi.

— Vendré todos los días hasta que empiece la universidad — le avisa Derek —, me gusta mucho cocinar.

— Ahora que lo pienso, no me haz dicho que vas a estudiar — comentó frunciendo el ceño.

— Solicité varias cosas diferentes, no tengo la menor idea de si me aceptaron en alguna — se encoje de hombros y debe notar la confusión en mi rostro porque añade — Las respuestas deben estar en casa pero no he querido ir a mirar aún, lo haré esta semana y en dependencia de en cuál me hayan aceptado decidiré que quiero hacer con mi vida.

— Es un plan algo loco — le digo. Derek sonríe pero no dice nada.

Al final ayuda a tía Fi a prepara el desayuno mientras los cuatro conversamos animadamente. 

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