De buena fe

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"Es cierto, lo admito. No me caes demasiado bien que digamos.

Pero ya me desagrada la idea de golpearte, humillarte, mutilarte o matarte."

¡A más no puedo aspirar! Y apaga, que ya de aquí nos vamos.

Que de científico tengo más bien poco. ¡Si fuera el espionaje una bella arte!

El malvado subdirector se marchó sin decir nada, dejándote a solas con la figura materna del laboratorio, quien parecía moderadamente consternada por tu actuar. Alargó el cuello de forma anatómicamente imposible, comprando que el subdirector no estaba cerca, y te preguntó en voz baja:

—¿Quieres decirme algo?

—Disculpa el desorden. —Te frotaste los ojos, muy apenado por lo ocurrido.

—No está bien guardárselo todo. La gente no se pone a beber sin control, así como así. ¿Lo haces para escapar de los problemas?

"Me gustaría responder a eso. ¿Cómo cuernos lo haré"? —Dijiste para tus adentros, notando que ni tu mismo recordabas mucho tras entrar a la vinatería. Aparentemente un par de pícaras jovencitas te ofrecieron una muestra gratis de vino en un novedoso recipiente al grito de "¡Fondo, fondo!". Y después... ya estabas lamiendo sobres. Por otro lado, la tesis de Ileum no era del todo descabellada. Era feo admitirlo, pero pudiera ser que habías hecho eso para intentar olvidarte de que "cierto alguien" distaba mucho de disfrutar tu compañía.

—Supongo que esta vez fue así... —Miraste la inmensa pila de documentos, ya ordenados. —Pero la culpa es mía por dejarme llevar.

—Si me permites decirlo, estás escondiendo algo, y todo por miedo irracional a quienes te rodean.

"Ajá. ¿Y es para menos con la de cosas que me harían?" —Dijiste para tus adentros. En lo exterior sólo te excusaste:

—Es difícil tratar con alguien a quien no le agradas y te agra... ¡Te agradece! —"¡Ética profesional ante todo!" — simplemente dejándote vivir un día más. —El breve lapsus que tuviste pasó desapercibido, aparentemente. La única manifestación de interés que tuvo en ello fue mover sus azules ojos como un abejorro en vuelo por un par de segundos.

—Además de poner en orden tus propios pensamientos creo que deberías no tomarte tan personal nada de lo que te digan el subdirector ni tus otros superiores. ¿Fuiste estudiante de medicina antes de llegar aquí, cierto?

—Sí, lo era. —"Y entonces tenía un futuro prometedor. Mejor me hubiera quedado recetando ibuprofenos a terminar de moqueta para una horda de portadores de parásitos."

—Ya sabes que muchas veces los doctores, sea cual sea su ramo, se muestran déspotas y groseros para motivar a sus pupilos. Y también deberías ser más firme, que ya te lo he dicho. Mira, la próxima vez que Samson o quien sea te proponga algo que no te interesa ni sea importante sólo debes decir "¡No!".

"O sencillamente son unos patanes sin educación ni modales porque eso no viene con los diplomas. ¿Para qué? No lo necesitan. El que es fuerte es el que hace las leyes." —El incombustible darwinista en ti volvía a la carga. En silencio para evitar algún disgusto mayúsculo.

—Pero aquí ni soy pupilo, ni estoy aprendiendo nada que no sea evitar un castigo corporal. ¿Qué motivación podría necesitar? ¿Y es que Stanley...?

—Doctor Stanley. —Te corrigió. Hablando de títulos y jerarquías...

—Bueno, el doctor Stanley. ¿Es que también les quita el dinero a sus subalternos?

—¿El subdirector te ha quitado alguna vez tu dinero? —Se puso muy seria. Evidentemente eso no se lo esperaba.

— No, no exactamente. —"¿Y a quién se lo digo? El único que podría hacer algo al viejo está ausente. ¡Hablando de títulos!" —Más bien encuentra divertido hacerme gastar mucho dinero de mi propia bolsa en sus recados. —"Una mala mentira puede salvarme la vida."

Por amor... ¡Hasta la locura! (Painwheel x Lector)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora