¡NO!

505 61 15
                                    

Técnicamente, no eres uno de los doctores.

Tampoco eres un experto en reparar motores.

Ni siquiera eres un oficinista, ni fontanero, ni un universitario.

¿Existe ley o juramento que te impida hacerla vestir un sudario?

No tenías la cabeza fría. Por el contrario, a cada minuto que pasaba te sentías más y más mareado, menos dispuesto a hacer algo tan suicida. Te sentiste vacío, respirar te tomaba un esfuerzo consciente, y tenías el corazón a punto de saltar del mediastino.

Tampoco temías tanto al fracaso, con todas sus fatídicas consecuencias, ni al éxito, con todas sus nefastas consecuencias. Cosa de la desnutrición, la paranoia de sentirse observado, la pérdida constante de confianza, la autoestima destruida, los golpes en la cabeza, o todo junto; una mala combinación para acercarse a Carol.

"¡Pero debo hacerlo! Ya no es hora de andarse con medias tintas. Esto debe acabarse cuanto antes." —Te resistías aún a aceptar los hechos: ella distaba mucho de poder llevar una vida normal, dentro de cualquier definición aceptada. Y tú, si tenías algún papel en este drama, era el de víctima o victimario. Sí, lo mismo aplicaba en ella, aunque con un enorme matiz.

"¿Es esto lo que sientes a diario?" —Preguntaste en voz baja mientras te encaminabas al infausto encuentro— "¿Es por esto que nunca me desollaste cuando tenías toda la oportunidad de hacerlo? ¿No puedo ponerte a dormir como a cualquier perro abandonado?"

No, no era sólo el absurdo malentendido. El problema había existido desde que la viste por primera vez en carne y hueso (sin olvidar el metal); básicamente, te había percibido como poco más que algo parecido a sus brutos compañeros de clase. Para Carol, tú eras sólo un ejemplar de "gente", la misma que ponía cara de asco y espanto al verla.

La suya era una condición especialmente aberrante: la única cosa que impedía que hubiera muerto le estaba causando algo terrible; supuestamente debías tomar parte en que revelara exactamente que le había ocurrido, para, hipotéticamente hablando, ayudarla a encontrar cuanto menos un paliativo seguro. Lógico hasta el fin, te parecía raro que eligieran al miembro de menos experiencia para una tarea tan pesada donde habían fracasado otros mejor preparados. Sólo las teorías del inquisitivo hombretón podían explicarlo todo; acaso habías tenido el factor edad de tu lado.

"¡Mayor razón por la que debes irte!" —Arrastrando los pies lograste plantarte frente a la puerta. Esa habría de ser la última ocasión en la que se abriría. Muy seguramente quien habría de irse serías tú, pero al menos alguno de los dos tendría alivio. —"Mejor a ti que a mí... será la selección natural quien lo decida. Al menos no me has torturado como otros tantos. ¡Qué fácil es sonreír cuando no te importa la verdad!"

Pero eso ya no era así. La teoría se hacía añicos con la realidad. Mejor para ambos que, al menos uno, se ausentara. Diste un sonoro suspiro y llamaste pesadamente a la puerta, haciendo un esfuerzo sobrehumano por no llorar ni poner mala cara. Vacilaste por mucho tiempo y casi le haces una zanja al piso con tanta marcha en círculos. Triste metáfora del rumbo en tu misión.

—Disculpa, en un momento abro. —Cosas de tu naturaleza, hubieras querido tener a la mano el dictáfono para, al menos, tener algo suyo si todo acababa de acuerdo a lo previsto. Algo distinto a alguna cosilla de cuyo nombre no querías acordarte.

Mejor aún, si de alguna manera todo pudiera ser distinto y cualquier cosa te sacara de la cabeza esa peligrosísima monomanía. Muy tarde para arrepentirse, ya tenías un plan bastante burdo, pero con todos los medios a tu alcance; inducirle un Status Epilepticus con la inestimable ayuda del artilugio. Más lo pensabas, más parecía ése el uso de tal invento. Y menos humanitaria semejante atrocidad. Haciéndole pagar por culpas de otros, asumiendo un megalómano papel de juez y ejecutor, pensando en que al menos algo saldría de acuerdo a lo planeado... aunque fueras tú quien partiera para siempre.

Por amor... ¡Hasta la locura! (Painwheel x Lector)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora