La ley de la selva

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Si todo es por evolución, no hay lugar para creaciones.

Ni hay ideas ni pensamientos, todo eso son secreciones.

Si todo es por evolución, entonces la fuerza es la razón.

Competencia, desplazamiento, exterminio... y los sueños, sueños son.

Un correcto aspirante a médico sabía dormir cuando sea, sin importar demasiado las condiciones. En este caso, un tronco hueco fue el mejor motel para ti. Tan molido estabas por fuera y por dentro que lo áspero de la madera ni se notaba. Hasta tu garganta, de tanto forzar la voz, imploraba reposo. Si la vida en New Meridian, con sus mujeres tomándoselo de a trompis por cada cosa, no era pacífica, por fuera también tenía lo suyo. Más valía no idealizar lo desconocido, o lo insuficientemente conocido. Eso en todo. 

Ya fuera para evadirte del funesto porvenir, o por tu natural tendencia a dejarte llevar por pensamientos errabundos, saltaste de los propios dolores a una memoria de Umbrella siendo Umbrella. Es decir, de una pequeña déspota pelo rosa, de cabeza enorme, con cara regordeta y sonrosada quejándose por una frugal muestra de hospitalidad, o de reparación de daños, si se prefiere, en forma de la única cosa comestible por aquellos lugares: unas cuantas hojas de acelga, col, berros, apio y setas medio crudas. Los raros habitantes de la aldea apenas ingerían cosa alguna; eran fundamentalmente autótrofos. No se les podía exigir un filete mignon, o siquiera un twinkie.

—¿Puedes preguntar si tienen miel, granola, yogur, aderezo ranch... sabor? —La real quejumbrosa no paró de quejarse a cada bocado. Fingías no escucharla mientras deslizabas cada hoja por debajo del almete. El feo paraguas, siempre empático con su propietaria, no daba trazas de estar conforme con la magra ensalada.

He ahí otra capacidad de todo estudiante de medicina con verdadera valía: llenarse la barriga con lo disponible. "¡Qué recuerdos!" ―Suspiraste, dejando atrás el recuerdo de la quejosa. ―"Estarían todos en finales. Después, en una gran fiesta, cenando opíparamente sus suculentas viandas, riendo y sintiéndose satisfechos por sus mediocres notas, sus míseros triunfos, pavoneándose en sus smokings de alquiler y sus trajes baratos de poliéster. Algo como lo que de seguro hacía esta pequeña déspota pelo rosa, de cabeza enorme, con cara regordeta y sonro... bueno, sin tanta ostentación. Cosas del abolengo, seguro. Trajes de poliéster barato y smokings de alquiler para los demás, ya si eso. Todos haciendo muecas vacías, deformando sus caras ante chistes sosos, anécdotas sin gracia. Mirando o presumiendo escotaduras varias, derramando bebidas. Granadina mezclada con destilado de grano. Seguro hacen lo mismo en la clase de la Sra. Victoria cuando llega el fin de semana. No me molestaría nada infiltrarme. No por lo de las escotaduras. No demasiado. Más por la granadina mezclada con destilado de grano. Sí, ya lo veo desde aquí. Mientras yo, metido en un árbol hueco, más doblado que aleta dorsal de orca. ¡Pobres animales! ¡Encerrados en un tanque de poca profundidad! No es raro si atentan contra la vida de sus captores. ¿Y si es eso lo que sucede con...?"

"Nuestro carácter está determinado más de lo que nos gustaría por factores puramente genéticos, según se deduce en la magistral obra Anís del mono desnudo... Creo que mezclé dos cosas. ¿Cómo se llamaba? No sé... pero también creo que todos, con los medios adecuados a su disposición, pueden llegar a ser lo que se propongan. ¿Entonces, qué opciones tiene?... ¿Cuál de las dos vías es la correcta? No es coherente. Bueno, sí... si en la física submicroscópica hay conductas simultáneas... ¡Pero eso es sólo un modelo! ¿Cómo puede ser cuervo un escritorio? ¿Y un rey un repollo? Si de verdad hubiera nacido de un repollo, en lugar de que su madre la tuviera adentro durante... sí... entonces el mundo estaría mejor... no menos razonable que soñar con que todos seamos completamente igual..."

Cuando se está fatigado, ni el más profundo pensamiento logra mantener en alerta al insomne. Pegaste el ojo, y te quedaste dormido, agradecido por no soñar ni devanarte más los sesos con algún otro aspecto de su subconsciente tomando formas reconocibles. Si soñaste algo, tu memoria no lo retuvo.

Por amor... ¡Hasta la locura! (Painwheel x Lector)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora