Por amor... ¡Hasta la locura! (Painwheel x Lector)

Absenta

Dime, Carol, dime: ¿Qué es lo que hay en tu presencia?

¿Qué es lo que le hace buscar refugio en el país de las hadas?

¿Qué es lo que le hace atormentarse con vehemencia?

¿Será que has tocado su corazón? ¿O alguna otra de sus entrañas?

Lo que tu "madrina" Die tante Frau Valentinsdag, —Tal te parecía que era su pseudónimo en tu alocada mente— siguió contando fue menos alegre. Al menos desde una óptica estrictamente personal:

—La principal consejera del malvado rey siempre se opuso a su decisión. "¡Pero ella no tiene el corte apropiado para esta tarea!"

—Es decir, tú misma. —Entendiste de inmediato que no se trataba de nadie más.

—Afirmativo. —La "madrina" tuvo otro breve, brevísimo momento de arrepentimiento —Pero debí ceder. Créeme, ese individuo puede ser demasiado persuasivo.

—¿Es aquí donde entran los famosos marcadores histológicos?

—O un raro tipo de sangre, en términos legos. Hablamos de una rareza extrema. Ni siquiera es seguro que quienes tengan esa inmunoglobulina G hayan sido más de cien individuos en toda la historia escrita. Nadie más podría asimilar exitosamente esa cantidad. —Suspiró ruidosamente. Mientras tanto, el "cascanueces", ya fuera un objeto real o imaginario, se había esfumado de tus manos. Más te llamó la atención que todo el entorno fuera un bosquecillo habitado por unicornios, grifos y demás moradores de los cuentos. —El tiempo no estaba de nuestra parte. Cuando hay una oportunidad, simplemente la tomas. ¿Entiendes? Así es como se hacen las cosas en este entorno. Todo lo demás no cuenta. ¡Debía aceptar todas las órdenes que le diéramos!

—¿En verdad no había otra opción? —Casi protestaste— ¿No se supone que ese "persuasivo" fue quien creó a esa Robo-Fortune? ¿Acaso no podía, no sé, recurrir a un ejército completo de autómatas? —Te negabas en redondo a aceptar, así sin más, que todo por lo que había pasado alguien a quien no hacía falta mencionar fuera sólo producto de un azaroso entrecruzamiento cromosómico, sumado a un secuestro, y a una decisión completamente ajena. Tres puños en la cara de tu interpretación.

—Una pregunta equivocada a la que sólo hay una respuesta correcta: imposible. Nuestra enemiga no permitía consideraciones de ningún tipo. Eso... déjalo para esos perdedores de los que formas "parte".

Pese a lo inverosímil de todo el asunto, tenías muy presente una serie de cifras: volúmenes en centímetros cúbicos, unidades corpusculares, tiempos, presiones oncóticas y una serie de procedimientos quirúrgicos capaces de poner los pelos de punta al mayor partidario de la vivisección, además de otra revelación sobre un par de parásitos sintéticos: ambos habían sido diseñados hacía ya bastante tiempo atrás, por el mismo "rey", quien era la mano tras algo llamado "protocolos de control".