Cuento de hadas

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Antaño habrá pedido golosinas de puerta en puerta

Ahora dejaría a una de sus compañeras bien muerta,

O al menos lesionada. Tendría suerte si queda tuerta,

¡Tal vez exageramos! Nuestra vida misma es incierta.


"Ningún progreso. La paciencia se me agota. Mejor será tomar medidas drásticas." —Seguías haciendo complicadas estratagemas para leer el diario, cuando alguien tocó en el escritorio donde tenías los planos de todo el laboratorio.

"¡Es ella!" — te alarmaste al descubrirla— "¿Qué querrá ahora?"

—Buenas tardes. ¿Podemos hablar un minuto? —se le veía insegura, haciendo esfuerzos por quedarse quieta.

—Desde luego. —Ocultaste el plano lo mejor que pudiste y sonreíste.

—He venido a pedir disculpas por lo de ayer.

—No hace falta. La culpa ha sido mía. — "Sí, por haber caído en la trampa", decías en tus adentros.

—Negarlo no ayudará... —suplicó— bien sabes que soy un...

—Alguien muy educado. —"Oh-oh... debí dejarla continuar."

Para tu sorpresa, se abstuvo de discutir. Pareció tener un leve rubor, de diferente cualidad a su expresión de ira. Te miró fijamente por unos segundos antes de continuar.

—Me apena que sea hoy mismo. No creas que he venido a pedirte perdón por, bien, esto...—balbuceó incoherencias de todo color y pelaje antes de seguir— sucede que hoy hay una fiesta de disfraces, y me han dicho que te pida permiso.

—¿Una fiesta de disfraces? — No salías de tu asombro al recibir las noticias. —Claro que puedes ir. —"¡Mejor oportunidad para entrar a su habitación sin ser visto no hay!"

—Gracias. S-sólo que, también me han dicho que-que debes acompañarme. La señorita Peacock dijo que irá por su cuenta y...

"¡Demonios! Ya sabía que era demasiado bueno para ser cierto. No quiero ir a ninguna tonta fiesta de nada. Quiero acabar con esta misión cuanto antes."

—Me encantaría, pero estoy muy ocupado. Lo siento, pero debo terminar de... —Viste algo que te hizo cambiar de planes. Lo pensaste mejor:

"¡Otra vez la cara de muñequita rota! Demasiado manipuladora, inestable y peligrosa. Es una verdadera psicópata." —Diagnosticaste al ver aquellos ojillos de cachorrillo— "¡Qué remedio! Espero que pongan mi nombre en la placa junto a los que perecieron ese día."

Contagiado de esa misma dulce tristeza suya, respiraste antes de dar una respuesta.

—Ah, ¡De acuerdo! Iré contigo si así lo piden mis superiores. —Un leve escalofrío te recorrió de arriba a abajo.

—¡Gracias! —Pudiste contemplar su extravagante sonrisa. Por vez primera te pareció sincera— ten listo el disfraz a las seis. ¿De acuerdo? Hasta luego.

"Si los buenos modales fueran reflejo de buenas intenciones..." —Suspiraste antes de mirar, por última vez, el plano.

"¡Ahora lo veo! ¡Podría ser una buena oportunidad!" —la inspiración te golpeó, súbitamente. —"Si entro a la fiesta esa, podré salir sin ser visto y regresar al laboratorio. La cámara del sector no funciona, y no la han cambiado; me escabullo a su habitación, hago lo que tenga que hacer y regreso por ella. ¡Es un plan infalible!"

Diste un salto de la emoción antes de verla de nuevo. Ambos se apenaron bastante antes de decir nada.

Al fin, ella tomó la palabra:

Por amor... ¡Hasta la locura! (Painwheel x Lector)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora