El asistente del Alfa ~KookV~

°~19~°

Jungkook y Taehyung ya habían terminado de empacar sus cosas y de subirlas al auto. Emprendieron marcha a Seúl.

Al cabo de unos minutos Jungkook llevo al castaño a su casa, cuando llegaron lo ayudo a sacar sus maletas y a meterlas dentro del apartamento.

— Creo que ya no son todas — dijo el castaño.

— Si…

Ambos seguían parados sin saber que decir, mirando diferentes direcciones.

— D-debes estar cansado.

— Ah, si un poco.

— Pues… ve a dormir.

— Claro eh… Taehyung — carraspeó —. No trabajaremos hasta dentro de dos días, así que… descansa.

— ¿Eh? ¿Toda la empresa? ¿Porque?

— Aún estoy algo agotado y prefiero descansar, hasta entonces — se despidió palmeandole el hombro.

— Adiós… — pronunció bajo.

Jungkook echo una última mirada al castaño para empezar a conducir, después de unos minutos recibió una llamada.

— ¿Diga?

— ¿Jungkook?, ¿Ya llegaste a Seúl?

— ¿Madre?, Eh… si ya llegué, estoy muy cansado asi que iré maña…

— Si no te hablé para saludarte, quiero que estés aquí ya.

— ¿Ahora? — pronunció fastidiado.

— Si, ahora.

Sin más remedio condujo en dirección a la mansión de su madre.

°~•~°

La Omega se arregló lo más mejor posible, vistiendo ropas elegantes como de costumbre, dándose un retoque, indico a la servidumbre que llevarán su coche, subió y le indico al chófer la dirección.

Cuando llegó tocó el timbre, fue recibida por una mujer mayor que la guío hasta el gran salón de la casa, cuando vio a la señora Jeon entristeció sus facciones.

— Señora Jeon…

La Alfa volteó enseguida al escuchar su voz.

— Sun-Hee ¿Pero que…

La Omega fue rápidamente a sus brazos, sollozando.

— ¿Pero que te pasa querida? ¿Porque no contestabas mis llamadas?

Fingió un gran llanto haciendo que su maquillaje se corriera, dándole un aspecto poco agraciado.

— Señora Jeon — hipo —. Su hijo… su hijo…

— ¿Que sucede aquí? — Seung bajo las escaleras apurado al escuchar el llanto —. ¿Que sucedió?

— Seung, no se que tiene, no para de llorar.

— ¿Querida que tienes?

— Señor Jeon, su hijo me trató tan mal cuando nos veíamos en las conferencias, y- y su asistente… su asistente también fue todo un patán conmigo — sollozó aun más —. No me dejaba acercarme a él.

— No educamos a Jungkook para que se comportará de esa forma — dijo la señora Jeon furiosa —. Me va a oír — se levantó del sillón sacando su teléfono.

— Ya querida, ya pasó — Seung susurraba, mientras tenía a Sun-Hee abrazada — ¿Encerio mi hijo hizo eso? — indagó.

— Si… él… fue muy cruel, me dijo palabras muy hirientes — se volvió a acurrucar.

Aun escuchándolo de la chica, al Omega se le hacía imposible creerlo, su lobo le decía que era imposible, su cachorro no podría hacer algo así, sinceramente a él no le caía tan bien la chica, incluso ahora que la tenía abrazada su lobo quería dejar salir su aroma más amargo, queriendo también que Sun-Hee se aparte de él, el Omega resistiéndose para no dejarse llevar por sus instintos.

— Ya viene en camino — llegó ha-neul a la sala.

Después de unos minutos se escuchó un automóvil, la puerta abrirse y entrando por ella el Alfa azabache, paró en seco al ver a Sun-Hee ahí.

— ¿Que hace aquí? — pregunto en tono aburrido —. ¡Auch! ¿Porque hiciste eso? — recriminó cuando su madre le dió un zape.

— Que maleducado eres, ¡Mira que tratar así a una Omega!, ¡Sobre todo a Sun-Hee!, ¡Eso es inaceptable Jungkook!

— ¡Pero de qué hablas mamá!

— Sun-Hee nos dijo que durante el evento le decias palabras hirientes, ¡ Y también tu asistente!, ¡Merece ser despedido por agreder a Sun-Hee también!

— ¡¿Que?!

— Ha-neul no seas tan dura con el.

— No Seung, le hemos permitido demasiado por eso ahora se comporta así.

— Mamá pero si acaso nos topamos con ella dos o tres veces, ni siquiera llegamos a entablar una conversación y para que lo sepas mi asistente no tiene nada que ver.

Mientras los dos Alfas discutían, la pelinegra mantenía la cabeza gacha, levantó la mirada viendo al azabache demasiado rojo por el enojo, sonrió cínica.

“no diré nada por el momento, guardare mi carta más poderosa por ahora, si no llegas a ceder en este momento Jungkook, te aseguro no saldrás limpio”

— ¡Sabes que, me voy, no estoy dispuesto a escuchar ni una palabra más! — salió dando fuertes pasos a la salida.

— ¡¿A dónde vas muchacho?!, ¡No he terminado, maleducado! — ha-neul estaba totalmente roja y respiraba agitada.

— Señora Jeon — se levantó del sofá —. Creo que mejor me voy…

— Claro, te pido una disculpa por todo lo que el patán de mi hijo te haya dicho.

— No se preocupe — hizo una pequeña sonrisa.

Se despidió de los dos mayores y salió de la mansión, ha-neul se sentó en el sofá bufando y echando su cabello hacia atrás, Seung se acercó a ella y la abrazo.

—  Sabes, no estoy muy convencido del todo.

— Pero si ella lo dijo, no creo que haya razón para que mienta.

— Aún así… mi lobo se siente inquieto…

— Ah… simplemente… no le demos ya demasiadas vueltas al asunto, vayamos a descansar mejor.

Tomo la mano de su Omega y ambos se fueron a su habitación.

Por otro lado está un furioso azabache, conduciendo como si estuviera en una pista de carreras, apretando fuertemente el volante y gruñendo, su aroma demasiado agrio y sus ojos con un leve tono rojo.

Aparcó el  auto y subió las escaleras, saco sus llaves y entro a su oficina, saco los papeles pendientes y decidió ponerse a trabajar para despejar su mente, de un pequeño gabinete saco una botella de vino, tomo un vaso y lo sirvió.

— Eres una maldita zorra Sun-Hee — murmuró furioso —. Mira que poner a todos en mi contra.

A este paso no faltaba mucho para que también el señor y la señora Choi le fueran a reclamar.

— Vaya mierda — susurro.

Prácticamente, Sun-Hee le acaba de declarar la guerra.