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- Y le regale un pastel Hobi - Jungkook llevaba repitiendo lo mismo por casi 10 minutos y la respuesta de su supuesto amigo sólo era reírse hasta que casi le faltaba el aire, mientras esperaba que el semáforo cambiará a verde.

- Sabes lo suicida que es eso - era temprano. Había algo de taco por las calles de Seúl y aun les faltaba varios minutos para llegar a la universidad.

Aunque realmente Jungkook no quería llegar. Su primera clase era con el señor Kim y si no fuera porque el hombre al parecer se tomaba las inasistencia como algo importante para aprobar hubiera faltado sin mayor problema.

Aprovecharía esa hora para tomar desayuno ya que en la mañana solo despertó por los gritos de su madre que le decía que llegaría tarde, así que tuvo que decidir entre tomar desayuno o bañarse y la última opción había sido la ganadora.

- Sí se entera Kang me mata, va a pensar que lo hago para obtener mejores notas - esas idea seguía girando en su cabeza. No podía permitir atrasarse un año, no cuando les costaba tanto pagar mes a mes la universidad.

- Se veía como la mierda - respondía cuando Hoseok un poco más calmado de su ataque de risa le preguntaba que porque le había regalado un pastel.

- Ya basta de reírte - lo regaña algo irritado, no necesariamente con Hoseok, sino con que encontrará tan cómica la situación - en mi mente ya me tire 5 veces al rio Han - Jungkook no podía evitar ser dramático y pensar en los peores escenarios cuando hacía algo que se salía de su zona de confort.

- Quizás sólo tenía sueño... No todos nos vemos frescos como una lechuga cuando despertamos - intentaba Hobi de encontrar una respuesta a porque el señor Kim se veía como la mierda.

- Ni yo que me levanto antes de las 6 de la mañana me veía tan mal - sentencia Jungkook bajándose del auto de Hoseok y comenzando a caminar hacia la entrada de la Universidad.

- ¿Nos vemos en clase de baile? - le preguntaba Hobi cuando debían separarse para cada uno caminar hacia un salón distinto.

- Si, estaré en la biblioteca o comiendo algo - era lo último que decía antes de caminar en dirección contraria a la de su amigo.
Cuando entró faltaban 10 minutos para que comenzará la clase. Uno de los beneficios de venirse en el auto de Hoseok era que siempre llegaba a la hora.

Estuvo tentado a fumar para matar los minutos restantes, pero luego recordó lo temprano que era y que no había comido nada, por lo que sólo entró, busco un asiento lejano y espero a que fuera la hora.

El señor Kim aún no llegaba, pero tardó menos de dos minutos en entrar al salón.
Cuando lo vio no pudo evitar quedar sorprendido.

Se veía bien, casi perfecto.
Ropa perfectamente planchada y sin alguna mancha, cabello limpio y muy bien peinado, un suave olor a su perfume, sin ser molesto y en su rostro no habían ojeras, no estaba pálido, no tenía los labios agrietados. Se veía perfecto y Jungkook estuvo tentado a sentarse en un puesto más cercano sólo para verificar que esa persona fuera la misma persona a la que él hace menos de tres días le había regalo un pastel.

Porque desde esta distancia ese Kim Seokjin se veía completamente distinto al Kim Seokjin que había visto el sábado temprano.

Y su primer pensamiento fue que cual era el Kim Seokjin real. El que había visto el sábado, el que vio vulnerable en los estacionamientos, el que vio en el video filtrado o el que estaba parado frente a la clase luciendo perfecto.

Claramente se quedaría con la duda porque es algo que no le debería importar. No debería sentir tanta curiosidad por el cambio de personalidad de un simple profesor que parecía que no le agradaba nadie. Por lo que dejo esos pensamientos atrás y comenzó a escribir cada palabra que salía de los labios del docente.

──❀•❀──

- Es el cumpleaños de mamá - Seokjin podía tener muchas razones para estar triste, pero hoy no. Hoy era un día especial y sabía muy bien que hace meses no hablaba con su madre, pero eso no evitaba que ayer fuera a comprarle un lindo regalo y que hoy se despertará más temprano solo para ir dejarlo para que se lo enviaran a su casa.

Aun era muy cobarde para entregarlo el mismo, pero eso no evitaba que la dejara sin su obsequio.

Era un niño de mamá. O tal vez antes lo era. La verdad quería seguir siéndolo. Amaba hacerle él mismo el pastel, comprar velas y cantar cumpleaños feliz por lo menos 3 veces al día.
Hace años que ya no lo hacía, pero hoy se había despertado con ganas de volver a comportarse como ese Seokjin de 17 años.

- Luces feliz, ahora me doy cuenta que ella es la razón - no le molestaba que Solo-ah no recordara el cumpleaños de su madre, ya no - ¿la llamarás? - le preguntaba y a Seokjin le gustaría responder afirmativamente sin dudar, pero no podía.

- No lo sé, quería ir a verla, pero no me atrevo - había terminado su primera clases y solo le quedaba una más por ese día. Si quisiera podría ir donde su madre, podría ir a verla.

Podría comprar un pastel donde trabaja Jeon.
Finalmente se había comido el trozo de pastel que le había regalado Jeon cuando sintió su estómago más estable y a pesar de que hoy le daba vergüenza mirarlo, no puedo negar que el chico tenía razón y eran unos pasteles muy ricos.

- No quiero ponerte triste bebé, pero no te llama hace meses - le recordaba su novio - ¿Cómo crees que reaccionara si la vas a ver de improvisto? - para no querer que se ponga triste estaba haciendo las preguntas más dolorosas para Seokjin.

Yo... Yo le dije que no me llamara - tartamudeaba recordando aquella última conversación.
En qué le grito a la mujer que si no podía aceptar su relación que mejor no lo llamara más.

- No quería que te pusieras triste - hablaba el hombre sentándose a su lado en el sofá y atrayéndolo a sus brazos.

- Quizás ella me llame cuando vea el regalo - decía mirando la hora en su reloj y comprobando que este ya debió ser entregado - Estoy seguro que le gustara - hablaba sintiendo como volvía la sonrisa a sus labios.

Eran cerca de las 9 de la noche cuando entró a su departamento. Había asistido a una aburrida cena con Soo-ah y con varios ilustres académicos que se dedicaron toda la noche a sacar a relucir todos los diplomados, magister y doctorados que tenían.

Era como una competencia de quien tenía el pene más largo, pero versión académica.

La llamada de su madre no llegó y no fue hasta que estuvo duchado, con su pijama y con su gato durmiendo en sus piernas cuando se decidió a llamarla el mismo.

Lo más terrible que podía pasar es que ella le contestara y le dijera que no quería hablar con él.
Sería algo que le dolería, lloraría, pero por lo menos lo había intentado.

Vio el número por varios minutos, le tomó otros minutos más decidirse a marcar y cuando estuvo marcando no pudo evitar comenzar a morderse el labio con nerviosismo.

Fue al segundo pitido que contestó. Ninguno habló, pero ambos sabían que estaban ahí al otro lado de la línea.

- Jinnie - era ella quien hablaba primero y él solo escuchar su voz logró que su corazón se sintiera más pequeño y apretado.

- ¿Estas ahí Jinnie? - seguía insistiendo la mujer - es mi cumpleaños, así que hazme feliz y háblame - le pedía y podía sentir como la voz de la mujer temblaba cuando hablaba.

- Feliz cumpleaños - lograba decir y su voz sonaba pequeña, tímida y nada parecida a como le decía feliz cumpleaños otras veces.

Su madre solo lloraba al otro lado de la línea y podía escuchar como su padre en susurro para nada disimulados le decía que hablara para que Seokjin no cortara en cualquier momento.

- No voy a cortar - lo decía como respuesta a su padre y también para convencerse así mismo - ¿te llegó mi regalo? Pensé mucho en ti cuando lo compre - le contaba a su madre que parecía estar un poco mejor ahora.

- Mi mejor regalo es que me llamarás - le contestaba aun entre lágrimas la mujer - mi deseo de cumplió.

Teach Me ( KookJin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora