Jungkook no apareció los días posteriores y ahora de nuevo era su solitario lugar. Lo único que supo del chico fue en clases y estuvo la mayor parte de la hora observando su cuaderno y escribiendo cada palabra que Seokjin decía. Podía comprender su enojo así que decidió que quizás era hasta mejor que ambos se separan un poco.
El fin de semana y el sábado específicamente llego más pronto de lo que deseaba y si bien la idea de ir donde Soo-ah pasó por su cabeza, se fue igual de rápido como llegó.
Estaba necesitado de caricias, mimos y besos, pero nada que no pueda solucionar por si mismo.No hizo mucho durante esos dos días, tampoco tiene mucho con quien salir y hablar además de sus padres y si bien la idea de pasar el fin de semana con ellos es algo tentador, rechazo la idea y en sus lugar se quedo en su departamento.
Llevaba posponiendo varios meses el tirar las cosas de Soo-ah que parecían estar por todo el lugar, no sabe en que momento habían llegado a su departamento.
A primera vista podía saber que había un cepillo de dientes que no le correspondía, luego si pasaba a la cocina sabia que había un cereal multigranos que era el favorito de Soo-ah, si veía su closet también distinguía corbatas que no eran suyas y en su escritorio seguían habiendo muchos libros y fotocopias que no son suyas.
La idea de tirar todo a la basura pasa por su cabeza mas de lo que quisiera.
Pero en su lugar llevará alguna de las cosas más importantes en cajas a alguna empresa de correspondencia que esté cerca por su barrio y pedirá que la vayan a dejar a la casa del hombre.Quizás eso lo haga el lunes o el martes. Quizás las puede llevar después de su primera sesión con el psicólogo el martes por la tarde.
Para el domingo en la noche su departamento huele a limpio, siente que el piso brilla más y que el lustra mueble que compró hace unos días dejó casi como nuevo todos sus muebles.
Esta feliz con el resultado y con las dos cajas ya selladas que están cerca de la puerta de salida.Siente hasta terapéutico tener todas la cosas empacadas y fuera de su vista. Ya no se sentará en la silla de su escritorio y verá la fea letra de Soo-ah que escribe en los márgenes de las hojas de los libros con pequeñas anotaciones.
Para el martes sigue de buen humor. Se va de la universidad con buen humor y toma el autobús tarareando una alegre canción.
Pero todo cambia cuando esta a menos de 5 paradas del lugar y siente que se acerca cada vez más al lugar, le comienzan a sudar las palmas de las manos, su corazón comienza a latir agitado y ya no hay rastro de la alegre canción que estuvo hace un rato en su mente.
Es absurdo sentirse nervioso se repite una y otra vez cuando se baja del autobús y camina las calles restantes.
Pero no hay nada absurdo en cómo siente su corazón latir veloz y como siente que no tiene palabras cuando se presenta frente a la amable secretaria que le ofrece un vaso de agua al verlo tan pálido.
Vaso que rechaza por miedo a no poder ingerir ningún líquido en esos momentos.Son menos de 10 minutos los que espera sentado a que se abra la puerta que tiene un cartel que presenta al Sr. Lim.
El señor Lim tiene la edad de su padre, tiene una voz suave, el pelo lleno de canas y en su oficina hay varios diplomas colgados por las paredes.
Es un bonito lugar.
En el ambiente hay un leve olor a lavanda y puede escuchar una suave melodía que sale del computador del hombre mientras comienza con las preguntas de rigor
Seokjin esta nervioso mirando al hombre que parece observar una especie de ficha donde le pregunta su nombre, edad, ocupación y demás cosas que responde casi mecánicamente.No es la gran cosa se repite en su mente mientras sigue respondiendo simples preguntas.
Espera no tener que realizar algún test de personalidad. No podría soportar dibujar el hombre bajo la lluvia, mirar manchas o decidir que haría si fuera conduciendo.
Afortunadamente eso no sucede los primeros 20 minutos son de charla trivial y Seokjin sabe que es parte del proceso, el ganarse la confianza del paciente y no puede evitar pensar que cada diploma del señor Lim está bien entregado.
Le tranquiliza que le hable suave, si Seokjin no tiene respuestas para sus preguntas no lo cuestiona y solo le dice quizás la próxima sesión tendrás un respuesta dándole una sonrisa cálida.
Pero todo parece irse cuesta abajo con una simple pregunta ¿Qué te trae aquí?
Hay tantas posibles respuestas y también hay tantas cosas que no quiere decir.¿Por qué estaba ahí? ¿Qué hacía ahí sentado contándole sus problemas a un amable desconocido? ¿Debería ser sincero?
- Mi mamá - partió diciendo, pero se corto. No podía decirle que su mamá le había conseguido la hora y que por eso estaba ahí.
- Yo - intentaba de nuevo, pero otra vez quedaba con la mente en blanco.
- ¿Crees que estaba bien que estés aquí? - insistía el hombre y Seokjin solo asentía.
Sabía que debía estar ahí, que era lo mejor que podía estar haciendo.- Tuve una relación - prefirió decir y quizás dio con el tema indicado porque después de eso no hubo mucho que lo parará y solo comenzó a relatar una tras otra como había partido todo con Soo-ah.
- Me aterra pensar que aún lo amo - fue una de las ultimas cosas que habló antes de que se diera por terminada la sesión.
Y reconocer eso le quito un peso de encima cuando no vio que la mirada del señor Lim lo juzgaba por ser tan tonto de aun amar a alguien que lo trata y trató tan mal.Había llorado. Cree que comenzó a llorar cuando las primeras partes de su historia con Soo-ah salieron a la luz.
Y cuando salió de la consulta se agradeció a sí mismo por llamar a sus padres antes para que lo vinieran a esperar.Ahí estaban ambos sentados uno al lado del otro esperándolo como cuando Seokjin salía de sus citas del dentista y le ofrecían un helado por portarse tan bien durante su cita.
Y no le sorprendió cuando su mamá fue la que le ofreció a ir a un heladería cercana y Seokjin solo se limitó asentir y abrazarla.
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¿Qué les parece tae con barbita?
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Teach Me ( KookJin)
FanfictionAl final del día Seokjin dejaba caer esa fachada dura y de que nada le importaba y solo se acurrucaba con su gato. Jungkook nunca se había interesado en ver más allá de la mascara de seguridad y soberbia que demostraba el ayudante que le impartía lo...