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Lleva por lo menos dos horas caminando entre tiendas. Entra a una revisa todo con ojo crítico y sale con las manos vacías ¿Desde cuando se convirtió en un experto en moda? toda la ropa que ve o que le muestran la encuentra igual de fea.  

Nada parece adecuado, nada parece óptimo y sin lugar a duda nada es digno de Jungkook.
Ningún regalo posible explica lo importante que es para él y lo agradecido que esta que se metiera a su vida casi a la fuerza.

Y probablemente nunca consiga un regalo que exprese todo eso. Esta seguro que sería más fácil simplemente decirle esas palabra, pero no puede, están claras en su cabeza, pero no logran salir de su boca.

Sabe que le gusta Jungkook y le gustaría poder expresar sus sentimientos con la misma claridad y seguridad que lo hace el chico. Pero no puede por lo que decide buscar algún regalo que sea casi digno y que demuestre el cariño que siente por él.

No está solo en esta búsqueda y se siente un poco mal de arrastrar a Mao con él.
Pero en su defensa - si es que tiene defensa -  el chico seguía insistiendo para que salieran y se vieran.
Así que aprovecho de hacer dos cosas a la vez. Buscar el regalo de Jungkook y salir con Mao.

Cultivar una amistad es algo que todos los días le repite su psicólogo, también le dice que no debe sentirse obligado a salir, pero que debe poner de su parte si quiere conservarlo con el tiempo.

Ser sociable es difícil y si bien conoce de hace años a Mao eso no evita que existan momentos de silencio en los que ninguno habla, no se siente incómodo, pero siente la necesidad de no aburrirlo. 

Es la constante inseguridad de que descubra que Seokjin no es tan interesante y solo decida desaparecer. Sabe que son inquietudes que es muy probable que solo estén en su cabeza, pero así son las inseguridades y combatirlas le esta costando eternos meses con su psicólogo que ya esta pensando en que comprarle para navidad porque no parece que vaya ser dado de alta pronto.

- Nos compramos un jugo - sugiere Mao que lleva en sus manos un par de bolsas de cosas que encontró en algunas de las tantas tiendas a las que pasaron.

Y acepta la propuesta porque está seguro de que parece ver toda la ropa igual de fea, así que descansar un momento le vendría bien a los dos.

- A mi esposa le gustan las joyas, así que cuando no se me ocurre nada que regalar uso el comodín joyas - le comenta Mao que bebe de su jugo - Jungkook usa anillos, brazaletes o algo - y pensó en la idea de comprar algo así, pero al final decidió que casi nunca veía a Jungkook con algo más que sus piercing por lo que elimino rápido la idea.

- No creo poder encontrar algo lo suficiente digno para darle a Jungkook - y sabe que probablemente no lo encuentre, pero eso no quiere decir que vaya a dejar de recorrer el centro comercial hasta que se decida por algo.

- ¿Digno? - pregunta Mao qué intenta comprender lo que pasa por la cabeza de Seokjin con la poca información que recibe.
Sí el chico tiene curiosidad sobre quien es Jungkook lo oculta muy bien. No ha preguntado y solo acepto sin hacer grandes preguntas cuando lo invito para que lo acompaña al centro comercial después del trabajo.

- Ya sabes - y la verdad es que Mao no sabe nada, pero aún asiente cuando lo dice intentando o fingiendo entender de lo que habla - estuvo conmigo... - y se guarda lo siente para sí mismo.

Estuvo conmigo cuando ni yo quería estarlo, se repite en su mente y si bien suena intenso en su cabeza, no es algo falso.

Pasan varios minutos en silencio mientras Mao termina de beber su jugo y se pone de pie antes de hablar - es claro que no se toda la historia, pero creo que ningún regalo puede ser así de digno... - y esas palabras casi logran sepultar las esperanza de Seokjin por comprar algo - pero sigamos buscando quizás encontramos algo que llame tu atención - añade Mao cuando seguramente ve su rostro de decepción. 

Pasa otra hora más sin encontrar nada lo suficientemente bueno y al final termina por devolverse a una de las primeras tiendas que visito.

Se decide por una sudadera que es casi completa azul y que tiene unos detalles en color blanco en los puños.
Es ancha y sabe que el azul le quedara bien con la piel de Jungkook y esta casi seguro de que la usará, así que decide que eso es suficiente por ahora.

Lo conoció con ropa ancha y gastada. Este último tiempo su forma de vestir a variado un poco, pero sigue usando cosas dos tallas más grande de vez en cuando y quizás Seokjin no lo admita directamente, pero prefiere el Jungkook con ropa ancha, ese que se ve más pequeño y más joven con las prendas que tapan sus manos y pies por lo largo que son.

Seokjin asocia al Jungkook con ropa ajustada a las palabras sexy, caliente y confiado, pero el Jungkook con ropa ancha es risueño, adorable y es el chico que se hizo un especio en su corazón casi sin darse cuenta. 

Para cuando se sube al autobús después de despedirse de Mao lo hace tan cansado que el viaje se le pasa en un parpadeo.
Deja el regalo en el sofá, contesta unos mensajes en el celular, se ducha y después solo se desploma en su cama para quedarse dormido.

Y al otro día despierta temprano.
Más temprano que su hora común para ir a trabajar y solo hay en pensamiento en su cabeza.
Galletas.
Hará galletas para llevarle a Jungkook.
¿Es un gran idea? La respuesta es no. Pero siente la necesidad de llegar con algo más que una simple sudadera.

Así pasa el día entre libros que deben ser ordenados alfabéticamente, personas curiosas que le preguntan cada detalles de los libros y las burlas que sus compañeras de trabajo que dicen que desde que llegó ahí el interés por la lectura en los jóvenes aumentó sólo por verlo y hablar con él.

Cuando llega a su departamento después del trabajo,  tira los ingredientes de las galletas sobre la encimera y comienza hacerlas.
Increíblemente el tiempo le alcanza para hacerlas, ducharse, tener una crisis por la ropa que usará y salir con tiempo para llegar a la que supone que será la casa de Jungkook solo con 10 minutos de retraso.

Y no piensa darse espacio para dudar una vez que esta afuera. Y tampoco se lo permitirán.

Seguramente su hubiera quedado afuera hasta que Jungkook le hablara por mensajes para preguntar donde viene, pero no tuvo tiempo para nada de eso porque alguien habló a su espalda y casi suelta la caja de galletas del susto - señor Kim.

- Hoseok - dice cuando se gira y es recibido por la linda sonrisa del chico que también lleva un regalo en sus manos - dime Seokjin por favor - creo que se lo ha pedido varias veces, pero aun no puede lograr que le deje de decir señor.

- Lo costumbre - añade Hoseok  y abre la reja para dejarlo pasar y cuando están frente a la puerta se gira para mirar Seokjin - tengo llaves, pero tocaré para que Jungkook piense que eres tú y se ponga nervioso - y antes de poder replicar, ve como Hoseok golpea la puerta y pasan menos de 30 segundos  hasta que aparezca Jungkook del otro lado.


Teach Me ( KookJin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora