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Escribir.
Seokjin amaba escribir, no lo hacía con mucha frecuencia, pero recuerda que antes escribia todo el tiempo.

A veces frases sueltas que pasaban por su cabeza, otras veces la letra de algún canción que le había gustado demasiado y que quería aprenderse, también de vez en cuando escribía recetas de algún postre o comida que quería intentar en algún momento,  otras pocas veces escribía su día a día con el fin de en un futuro no olvidar aquello que le parecería importante en ese momento.

No sabe con certeza cuando dejó de escribir.
Pero lo que sí sabía es que debía volver hacerlo. Era su tarea.
Era bastante simple, sólo escribir lo que pasará por su cabeza, no había límites de páginas, ni temas en específico, sólo escribir.
Habían pasado casi 5 días y aún no podía plasmar ninguna palabra en la linda libreta con animales que le había comprado su madre.

Andaba con ella todo el tiempo, en su mochila cuando estaba en la universidad, en su velador cuando jugaba con su gato y veía televisión. De vez en cuando la abría, la ojeaba y se disponía a escribir, pero las palabras parecían escapar de su mente, así que la volvía a cerrar, la guardaba de nuevo y ahí quedaba.

Había pensado hasta en la opción de dibujar en lugar de escribir, pero descarto la idea así de rápido como llego básicamente porque sus dibujos no pasaban de personas formadas a base de palos, con un cabeza ovalada, dos puntos que serian los ojos y una gran sonrisa. Definitivamente el arte era algo mejor admirarlo en lugar de crearlo.

No quería llegar a la próxima sesión sin esa simple tarea realizada. Sabía que no debía forzarse, su propio psicólogo le había dicho que lo tomará con calma y que las palabras llegarían en algún momento.

Y pensó que ese momento no llegaría pronto. Hasta que parecieron llegar en oleadas, una tras otra.

Hoy sería un día normal.
Haría sus clases.
Prepararía la siguiente evaluación.
Quizás iría a pasear a Miel y después se iría a su casa.
Tenía todo planeado.
Y siempre que suele planear todo su día hay algo que no sale del todo bien y cambia sus planes.

Seokjin suele tener la mala suerte de siempre llegar en el peor momento a las situaciones.
Y parecía que siempre andaba escuchando conversaciones detrás de la puerta.
No lo hacía con intención, pero la gente solía hablar muy fuerte y sin importar que el resto lo escuche.

Esta vez escucho un desplazaste a Kim pronunciado con mucho desdén que hasta le dio un escalofrío.

Y sabía que su apellido era muy popular, pero con la continuación de la conversación o confrontación que había al otro lado de la puerta quedó claro que se trataba de él.

No sé sorprendió de que la persona increpada fuera Jungkook. Sabía que Sooh-ah tenía casi una obsesión con el chico y que no pararía hasta convencerlo de que fuera su ayudante o de que encontrará un nuevo objetivo al cual molestar.

¿Cómo pudo enamorarse de alguien así? Esa pregunta suele llegar a su mente más de lo que quisiera.

¿También hiciste unos favores? Y con cada palabra que escucha su ira y vergüenza aumenta por partes iguales
Por dentro quiere salir corriendo a llorar a algún rincón.
Pero sabe que no hará eso. Por lo mismo da una larga respiración, pone su mejor cara de superioridad, se arregla el cabello para que ningún mechón esté desordenado y entra con toda la seguridad que lograr reunir.

Mientras va dirigiendo la clase solo hay algo que parece girar por su cabeza una y otra vez.

Y eso es que ahora tiene las palabras adecuadas para escribir, solo debe lograr terminar la clase y dirigirse a un lugar tranquilo.

Pasa un largo rato antes de que pueda sentarse a escribir.
Cuando lo hace su mente parece estar menos enojada y teme que el momento así de rápido como vino, también así de rápido se fue.

Saca un lápiz negro y abre la libreta.
El primer intento falla miserablemente y solo termina dibujado una infantil flor en el margen izquierdo de la hoja.

Lo intenta de nuevo y si bien duda mucho de cómo comenzar, cuando parece encontrar la palabra perfecta todo pareció salir de su mente y comienza a escribir lo más rápido que su torpe mano le permite.

Hoy escuche a un alumno hablar de mi.
No debería ser un gran problema.
Quizás ese es el problema.
Me sigue molestando.
Quizás nunca me acostumbré ¿Debería acostumbrarme?
Siempre se habla de mi y del video.
También siempre siento ira, pena y mucha vergüenza. Esos tres sentimientos parecen nunca irse cuando escucho a alguien hablando del dichoso video.
Me gustaría que todos los cuestionamientos fueran por mi forma de enseñar, quizás por ser antipático, quizás ser juzgado por mi apariencia física o de mi personalidad.
No de algo que no pude controlar en ese momento y que menos puedo controlar ahora.

¿Y si tienen razón? Es la pregunta que siempre llega a mi.
Podrá ser que todo lo que soy y lo que tengo sea gracias a Soo-Ah.
Hay días en que lo creo con mucha vehemencia.
Hoy no es uno de esos días.
Hoy decido confiarme en mi aunque sea por un pequeño instante.

Decide no releer todo lo que escribió y sólo guarda sus cosas dentro de la mochila y comienza a caminar hacia la salida de la Universidad.

El paseo de Miel tendrá que ser mañana hoy se siente con ganas de disfrutar lo que resta de día y no pensar en nada que tenga relación con la universidad.

Va caminan por los pasillo que conoce de memoria, lo hace tan rápido que ya está casi a la salida del gran edificio y en donde se cruzan varios pasillos que choca con alguien que iba igual de rápido que él caminando.

Sabe al instante con quien chocó. Cree que ya reconoce su suave perfume y sus gastadas zapatillas que es lo primero que ver por ir mirando el piso.

Es Jungkook, pero es un Jungkook que luce tan molesto y furioso que lo hace retroceder un paso solo por precaución.
Espera no ser él la razón por la que se ve tan enojado.
No es posible que Jungkook este así de enojado por chocar con él.

- Hey - se decide a saludar primero Seokjin y puede ver las facciones duras del chico.
Sigue viéndose molesto.
Aun no logra descubrir si es con él o si venía enojado desde antes.
Pero puede ser el ceño fruncido y la tenso de su cuerpo.

- Hey - lo saluda y parece que pierde un poco de rigidez en su cuerpo al expulsar la palabra.
También parece que sale de su estado de enojo y hasta le da una media sonrisa cuando contesta.

- ¿Ya te vas? - decide preguntarle. Y solo recibe un movimiento de cabeza por parte de Jungkook como respuesta.

Decide arriesgarse sólo un poco  y comprobar si el chico está tenso por su presencia o le paso algo para que estuviera así - ¿Vamos por un café? Hay un café cerca de aquí y quería pasar por uno antes de irme  - le cuenta y de nuevo el chico no habla, pero acepta dando un asentimiento y comenzando a caminar detrás de Seokjin en silencio siguiendo sus pasos.

Teach Me ( KookJin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora