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Hace horas que paso media noche.
Ambos debieron estar borrachos, riendo, bailando y besándose en medio de la pista de baile.

Nada de eso pasó y era culpa de él. La mayor parte del tiempo todo lo malo que pasa es por culpa de él o esa era lo que pensaba en medio de la oscura noche.

Sabía que eran pensamientos negativos con los cuales debía combatir, pero esta noche estaba siendo particularmente difícil de sacárselo de la cabeza.

Jungkook se había quedado dormido hace menos de una hora. Estaba a unos centímetros y podía sentir la respiración del chico contra su cuello.

Estaba feliz de que no lo abandonará. Le gustaba tenerlo al lado a pesar de que estuviera profundamente dormido. Hacía que no se sintiera sólo.

Le había pedido tantas veces disculpa a Jungkook a lo largo de la noche que probablemente no se escuchaban sinceras.
Y es que fue por su inseguridad que no pudieron ir a la fiesta, por su desconfianza Jungkook de nuevo tuvo que cargar con sus lágrimas y arrepentimientos.

Sabía que no conseguiría nada quedándose despierto, que era mejor dormir pronto y mañana intentar pensar una excusa mejor para que Jungkook no se aburriera y lo abandonara.

Pero simplemente no podía dormir. No era tan fácil como cerrar los ojos y listo.

No sabe cuanto más estuvo en la cama, pero cuando distinguió por la ventana de su habitación que la madrugada comenzaba a ser menos oscura se levantó de la cama con cuidado para no despertar a Jungkook y se metió a la ducha.

Iba por la mitad de su primer café cuando ya había amanecido por completo.
Estaba aburrido de mirar los tele comerciales que pasaban por la televisión por lo que se levantó del sofá y camino hasta la cocina.

Nunca había sido especialmente bueno para la pastelería, pero ahí estaba cerca de las 8 de la mañana preparando galletas con chispas de chocolate por primera vez mientras esta vez se tomaba una taza de té.

Pudo escuchar al instante la primera alarma de Jungkook, también escucho al chico quejarse desde la habitación y por los próximos minutos escucho cada 5 minutos como sonaba la alarma y que cada vez era pospuesta.

- Huele tan bien - la voz de Jungkook recién despierto era algo a lo que se podía acostumbrar.
Su pelo apuntaba a todas direcciones, su pijama estaba arrugado y tenía una línea en el pómulo izquierdo que seguramente se lo causó la sábana.

- Son galletas - contestó mientras observaba a Jungkook olfatear en aire y sentarse en uno de los taburetes.

- No sabia que podías hacerlas - y no se molesto en regañarlo por beber de su té, pero en su lugar sacó una nueva taza y puso a calentar agua.

- Seguí una receta - que había visto por Internet a eso de las 6 de la mañana mientras bebía café sentado en su sofá mirando un comercial de un sartén al que no se le adherida nada.

- ¿Dormiste? - no podía mentir. Luego de bañarse había visto las ojeras que tenía y que no había sentido en ocultar.

Así que decido ignorar la pregunta y seguir hablando de galletas - pronto estarán lista - le aviso mientras se giraba para mirar por el horno.

Y si algo sabia con certeza es que Jungkook era un cabezota así que no se sorprendió de que le volviera a preguntar ¿dormiste?

- No podía - se limita a contestar y esta vez se arranco a darle comida a su gato, así puede ignorar como Jungkook lo juzga con la mirada.

- Ven a dormir - dice Jungkook a su espalda - yo puedo sacar las galletas restantes del horno - y puede sentir las manos del chico primero en su cadera y que luego envuelve su estómago con sus brazos acercándolo a su cuerpo y dejando un suave beso en su mejilla.

- No tengo sueño - le susurra Seokjin aún entre sus brazos observando como su gato come animadamente - tomemos desayuno, lo hice para ti - solo escucha un esta bien en su oído antes de que Jungkook lo suelte y avise que se irá a duchar.

Ambos toman desayuno en tranquilidad. Esta sintiendo en sus hombros el peso de no dormir desde hace más de 24 horas, pero decide ignorarlo y centrarse en como Jungkook le cuenta una divertida historia.

La verdad la historia tampoco la escucho muy bien, debe aceptar que estuvo pequeños momentos en que perdía el hilo de la conversación por la simple culpa de que Jungkook se veía adorable mientras disfrutaba de las galletas.

- Ahora de dormir principito - y no estaba acostumbrado que le dijeran por algún nombre cariñoso por lo que su cara no tardó en ponerse roja de la vergüenza.

- De verdad no tengo sueño - lo tenía, pero sabía que si tocaba la almohada el sueño se iría y solo quedarían sus pensamientos que lo van atormentar - pensaba ir al supermercado, después ordenar y quizás es un buen momento para conocer a la esposa de Mao - y si le sobraba tiempo iría hasta donde sus padres, haría todo para no tener que convivir con sus negativos pensamientos.

- Quizás mañana - es todo lo que responde Jungkook y se pone de pie para agarrarlo de la mano - ven - insiste cuando no se pone de pie - ven cariño.

- Estoy bien - y como si ambos fueran imanes de puso de pie y esta vez fue su turno de abrazar por la cintura a Jungkook.

- No lo estás - susurra Jungkook cerca de sus labios y le daba un beso suave que tiene sabor a las galletas que había horneado - así que ahora toma mi mano que antes de irme a trabajar te dejaré durmiendo - y sabía que le terminaría haciendo caso, pero antes de eso decidió disfrutar por un momento más de los suaves labios de Jungkook.

Así que después de varios besos, ambos chicos volvían a estar en la cama.
Con Seokjin apoyando su cabeza sobre el pecho de Jungkook mientras este le hacia cariños en el pelo para que se quedara dormido.

- ¿Hasta que hora trabajas? - le preguntaba entre bostezo, sintiendo como sus parpados parecían pesar más con cada caricia que le dejaba en el pelo, se sentía como un gatito.

- 7 de la tarde - susurraba Jungkook sin romper el tranquilo ambiente que tenían.

- ¿Vendrás? - le preguntaba. Solo había traído cosas para una noche así que suponía que está noche luego del trabajo volvería a la casa de su madre.

- No puedo, prometí preparar la cena hoy - Sabía que Jungkook por lo menos una vez a la semana preparaba la cena, era una regla que habían puesto como familia para pasar tiempo juntos y le parecía adorable - puedes ir a cenar a mi casa - y se sorprendía cuando le extendía la invitación.

- Quizás para la próxima - no era la primera vez que contestaba lo mismo y al final esa respuesta siempre se transformaba en una negativa.

- Te llamaré a media tarde por si cambias de opinión - conocer a su madre y hermana ¿Cómo sería? Y si lo odiaban por ser mayor y si pensaban que le hacía mal a Jungkook.
Eran las personas más importantes para el chico y quería que las conociera.

Escuchar los latidos de Jungkook se sentía como sinónimo de tranquilidad.
Eran latidos rápidos, probablemente igual que los suyos que se fueron calmando con los pasos de los minutos, podía sentir la mano de Jungkook que no estaba aplastada por su cuerpo, que le dejaba suaves caricias en su pelo que agradecía que estuviera recién lavado.

Y al igual que sus latidos de su corazón se fueron calmando también lo fue haciendo su cabeza que no lo había dejado tranquilo por horas.

Quizás era por el cansancio y el sueño, tal vez porque la presencia de Jungkook lograba espantar a los demonios.
No sabía la razón y tampoco quería pensarla muy detalladamente, por lo que afirmo su agarre en el pecho de Jungkook y dejó que el sueño se apoderada de todo su cuerpo.

Y sintió cuando Jungkook reemplazo de cuerpo por una almohada e intentó quejarse, pero probablemente sólo salió un balbuceo de sus labios porque recuerda a Jungkook susurrando te llamo en una horas príncipe y dejando un beso sobre su frente.



Teach Me ( KookJin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora