~CAPITULO 2~

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(En multimedia la casa de Lucía.)

Había llegado en el momento que vi pasar una niña sólo con su mamá de la mano y me hizo acordar en cierto punto a mi madre y yo.

Mi historia es un poco dura. Cuando tenía 4 años mi "padre" nos abandonó a mi madre y a mí, su supuesto motivo fue que no quería hacerse cargo de una criatura que ni sabía si era de él y que ya no estaba enamorado de mamá. Al irse mi madre fue fuerte y salió con una niña de 4 años sola, por el momento había podido pero al llegar la adolescencia fue un poco más complicado. Mi madre se quedó sin empleo, yo no podia ayudarla ya que era menor y no teníamos ningún pariente. Así que estabamos sólo nosotras dos contra el mundo y la vida que jugaban siempre en nuestra contra. Las deudas crecían, la escasez de alimento se hizo notar y la desesperación aumentaba cada día. Sobreviviamos como podíamos, ya faltaba poco para yo cumplir los 18 años y poder buscar un empleo mientras tanto hacíamos lo imposible, yo con el colegio y mamá con el dinero.

Hasta que un día nos encontramos con un pariente que decía llamarse tía de mi madre por parte materna, pues claro era así. Mi madre no la recordaba porque la dejó de ver a los 12 o 13 años más o menos. Mi tía nos ayudó y nos dio la oportunidad de venir con ella a New York al yo terminar el colegio. Uno de mis sueños que se hizo realidad. Al año siguiente con 19 años nos mudamos con mamá y quise tomarme lo que quedaba de año solamente para el empleo, a pesar que no era necesario porque con mi tía teníamos lo justo y necesario(eramos clase media más o menos) pero quería tener la experiencia y bueno tener mis ahorros para luego comenzar con la universidad, fue así que encontré empleo de camarera.

Bueno... Y luego sigieron pasando cosas muy difícil de enfrentar, aún así con 23 años tenía la matrícula de psicología. Pude adelantar materias y lo logré, si no que todavía no podía ejercerla.

En lo que fue mi vida laboral, trabajaba en servicio doméstico para una amable familia pero se mudaron a otra ciudad, vida de ricos, pero la señora Emilia me recomendó a una amiga suya, la cual es Lucía y estoy trabajando con ella hace 4 meses.

Salgo de mis pensamientos y me dirijo a tocar la puerta. Me abre Nora la nana de Emily una señora de unos 55 años con esa sonrisa tan maternal.

— Buenos días Nora, ¿qué tal tu mañana?—inquiero con una sonrisa.

— Buenos días, Kayla. Todo tranquilo—dice regresando la sonrisa y dejándome pasar.

— Me alegro. ¿Emily despertó?— pregunto caminando hacía su habitación.

— Sí, hay que bañarla y darle su almuerzo y como es viernes le toca puré de zanahoria— Camina detrás de mí—. Lucía me dijo que a la tarde la debías tú sacar a dar su paseo porque ella no tendría tiempo.

— Bien, no hay problema. Seguro que con lo del evento de mañana debe andar a mil la pobre—expreso parada en la puerta de la habitación.

— Exactamente. Ahh... y me dijo que la esperaras, necesitaba hablar contigo sobre mañana— me dice para luego dar la vuelta y meterse por el pasillo.

Yo sólo asiento.

Abro la puerta y ahí está la más bella criatura sobre su cuna con los ojos bien abiertos, le sonrio y camino hacía el baño para así bañarla.

Termino de bañarla y bajo las escaleras con ella en brazos para darle su almuerzo. Ella mientras come, mira los dibujos animados que le puse. Es una niña tan tranquila para tener 7 meses, sólo llora cuando se ensucia o tiene hambre pero después de eso no da más problemas. Debe ser por lo que todavía es bebe.

Se hacen las 3.00pm y saco a Emily a dar un paseo por el parque. Llegamos y me siento en una banca mientras le doy a Emily su juguete favorito.

Presiento que alguien se sienta al lado mío y volteo a ver quién es.

— Hola, ¿me puedo sentar acá?— pregunta un castaño, ojos grises y cuerpo tonificado acompañado de su sonrisa.

— Hola. Sí, no hay problema.— Le sonrio.

— Soy Marcus, un placer — Me extiende su mano en forma de saludo—. ¿De paseo?

— Soy Kayla, el placer es mío— respondo, estrechando su mano— y sí paseo con esta bella niña.— Miro a Emily.

— Es muy linda. ¿Es tu hija?— pregunta con curiosidad.

—¡Ohh no! Soy su niñera.

— Ohh, Disculpa.

Luego seguimos una plática amena, me contó que vivía a unas cuadras de acá del parque y trabajaba en oficinas de marketing. Y traía todas las tardes a su sobrina Anna.

Regreso a casa unas horas después. Llego y está todo en silencio lo que significa que Lucía todavía no llega.

Cambio a Emily su pañal y la pongo a ver sus dibujos mientras yo comienzo una convesación con Nora de cosas triviales.

Holisss.

Queria decirle que esta historia es sólo ficción, tiene ciertas parte que son parte de mi vida. Y se van a tocar tal vez algunos temas delicados por favor tomenselo con seriedad.

Proximo capitulo encuentro entre Kayla y Samuel 🤩

Contrato de la Felicidad ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora