~CAPITULO 30~

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Sam no ha salido de su habitación durante tres jodidos días. Luego del entierro se metió allí y no ha salido. Le llevo la comida pero ni siquiera la prueba y cuando quiero ayudarlo me grita y me cierra la puerta en la cara literalmente.

Hablé con la señora Eva y me dijo que el señor Jasón está igual. Sino que la diferencia es que el sí come, a regañadientes pero lo hace. Ayer vino Lucía a ver si podía ayudar un poco, más no logró nada.

Yo el primer día estaba en un trance, no podía creer que la persona que armó todo este show de nosotros no estuviese, me costó asimilarlo y por el gran estrés que cargo tengo las pesadillas peores.

Hablé con Sabrina ella también tenía una lucha con Ethan sino que ya lo está aceptando de a poco.

La empresa tuvo que darse de duelo hasta ayer pero no podían hacer más larga la espera, el problema era que no hay nadie que la pueda retomar, sus hijos están devastados y bueno Sam, ni hablar.

Así que no me quedó de otra que asumir yo hasta que Sam pueda reponerse. Pero ya no aguanto verlo así, es momento que levante la cabeza y siga adelante. Y esa seré yo que lo ayude.

Comprendí un poco lo que me dijo el señor Santino, yo ayudaré a Sam atravesar todo esto o cualquier otra batalla y él es el que está curando mis heridas o algo así.

Camino a su habitación y sólo decido entrar. Se me vendrá una gran tormenta pero la afrontare. Lo veo sentado en la orilla de la cama, levanta su cabeza y me mira furioso limpiando sus lágrimas con fuerza.

—¡¿Kayla, no sabes lo que es estar solo?!— Grita—¡Maldita sea sólo te pido una cosa! ¡CARAJO!

Me acerco a él y me siento a su lado, tomo su rostro y le respondo.

—¡Y tú entiende que más no me iré Sam! Me quedaré contigo, a tu lado— digo abrazandolo.

Él llora y moja mi blusa por las gotas saladas que desprenden sus ojos, mientras yo también dejo fluir mis lágrimas. Se separa y me mira.

—¿Por qué te quedas? Te puedes ir.

— Pues no me iré, estaré contigo y te levantarás y darás la cara como siempre lo haz hecho—digo firme mientras limpio sus lágrimas.

El niega con la cabeza con media sonrisa en su rostro.

— Eres una Pitufina gruñona— comenta con diversión.

— Y tú un Témpano—digo con molestia fingida.

Ríe y apoya su cabeza en mi pecho mientras acaricio su cabello.

— Mi abuelo fue el único que nos apoyó cuando Sara mi madre nos abandonó a mi padre y a mí.

— Sam, no tienes porque decirme, si no quieres.

Se pone derecho quedando frente a frente y me mira mientras toma mis manos y deja caricias en el dorso.

— Quiero contarte, tú sólo escucha— dice y yo asiento.

— Mi madre por no llamarle otra cosa, su nombre era Sara quedó embarazada de mí y así pudo tener a mi padre, él se enamoró de ella mientras ella sólo le robaba y manipulaba a su antojo, le era infiel cuando él luchaba por crecer más y más. Cuando tenía cinco malditos años me dejó con mi padre, dejándole una carta donde decía que no quería hacerse cargo de mí y que me negaba rotundamente, claro la desgraciada le robó dinero a mi padre y se desapareció del mapa, mi padre se recuperó como pudo con el apoyo de mi abuelo...

>> A la edad  de 15 años apareció de nuevo, la diferencia era que mi padre había encontrado a Eva y se enamoraron los dos, mi padre con temor que le volviera a suceder la misma situación se arriesgó y ganó. Eva había quedado viuda y con una beba pero conoció a mi padre y todo cambió. Ellos se casaron cuando yo tenía 7 años y Lucía 6 años. Bien, a los 15 años, Sara apareció destruida y pidiendo mi perdón y como cualquier niño tonto a esa edad le creí y de  nuevo nos robó. Pero su karma llegó cuando tenía 20 años, fue encontrada muerta por intoxicación de drogas y hasta ahí le llegó su buena suerte. Yo crecí viendo a Eva como madre, a pesar de que no es la biológica, al igual que Lucía crecimos muy unidos.

Me mantuve en todo el relato en silencio y escuchando atenta y ahora encajan las cosas. Por eso es así con las mujeres, les tiene rencor.

—¿Y por eso es el rencor hacía las mujeres?

— Exacto y para rematar, Maia me fue infiel con un socio, eso desencadenó en otro rencor acumulado, dijo amarme pero era todo farsa. Yo realmente la quería, no se si amarla pero sí quererla. Y arruiné su carrera de modelaje, sé que estuve mal pero no pude controlar mis impulsos.

Reí y el hizo lo mismo.

— Gracias por contarme. Ahora sí encaja todo—dije ida.

— Ahora cuéntame, ¿qué te atormenta tanto?—inquiere curioso.

Me puse tensa, debía contarle era momento que supiera, pero una cosa es decirlo en voz alta y otra es tu cabeza. Suspiré exageradamente.

—¿Seguro que quieres escuchar mi historia?

— Más que seguro.

— Cuando tenía 4 años mi padre nos abandonó a mi madre y a mí, su excusa fue que ya no amaba a mamá y que no creía que fuera su hija. Mi madre afrontó la situación como pudo pero en mi adolescencia se complicó la situación, no teníamos dinero y sobreviviamos a como de lugar es cuando nos encontramos a mi tía y nos dio la oportunidad de venir para acá. A los 19 años estaba aquí con un trabajo de camarera y cabe recalcar que no hacía falta que trabajara pero mi terquedad de saber la experiencia y tener mis ahorros para la universidad me impulsaron a ese empleo...

>> Un día, se apareció "Oliver Benson", un cliente que se obsesionó conmigo, un maldito loco. En uno de esos días mi padre me encontró y el desgraciado necesitaba dinero, acudió a mí pero no era estupida y no le di lo que él quería, es donde se encontraron ellos dos y Oliver le entregaba dinero si me sacaba del local con alguna excusa y así fue, una noche tuve que hacer doble turno y apareció mi padre con la excusa que quería hablar conmigo, me llevo a un lugar alejado cuando sentí la mano de alguien en mi boca y que respiraba cloroformo. Desperté en una habitación y ahí lo vi. Esperando atacar a su presa...

Tuve que tomar aire para poder seguir con la historia. Sam sólo me miraba atento.

>>Me secuestró por cinco días los cuales fueron una infierno, me... me violó, torturó y desgracio la vida. Tenía la estupida obsesión con formar una familia y entonces me violaba y esperaba a que quedara embarazada.

Tenía un nudo en mi garganta y si seguía hablando largaría el llanto.

— Kayli, está bien no hace falta más— me dijo Sam.

— No, debo hacerlo. No termina ahí— Él asintió—. Pude salir de ahí porque cuando una de las veces que me violaba él y otro sujeto, se les cayó un móvil, cuando se acabó mi tortura aproveché a llamar a la policía y rastreando el móvil me encontraron, a Oliver lo metieron a la cárcel y se hizo justicia pero yo tenía una lucha dentro de mí, el maldito bastardo logró lo que quiso y dejó un bebé dentro de mí. El fruto de las violaciones, al principio me negué rotundamente aceptarlo y no podía abortar porque cuando me vine a enterar ya estaba muy avanzado el embarazo pero con el paso de los meses me encariñe y lo acepté, mi felicidad no duró mucho, a los 6 meses tuve un aborto espontáneo porque mi cuerpo rechazaba al bebé y no lo dejaba crecer bien entonces se produjo el aborto, y nuevamente caí en depresión causando que intentara suicidarme pero no lo logré y luego de eso aclaré mis pensamientos, sentimientos y me dispuse a salir de ese pozo. Y así fue; fui a la universidad y obtuve mi título, me tomé tiempo para mí.





Contrato de la Felicidad ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora