~CAPITULO 45~

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Cuarto día de estadía en el hotel. Hoy es el cumpleaños de Sam y me siento algo mal porque supe a través de la señora Eva, obvio tuve que fingir ya saber sobre ello. Nunca supe porque no tenía esa información de él y de estupida nunca pregunté.

Y para rematar en este preciso momento tenemos una pequeña discordia ya que no me deja ir al centro comercial sola. No me gusta que me prohíban mi libertad en el cual salga o no.

— Ya te dije, Kayla, no irás sola— demandó.

— Y yo te dije que no me lo vas a prohibir—chille mientras me colocaba mis vans.

—¡Deja de contradecirme!

—¡Y tú deja de ordenarme que hacer!

Que discusión absurda, joder.

Me levanto de la cama donde estaba sentada y camino a fuera de la habitación, dirigiéndome a la puerta de salida.

Siento un jalón en mi brazo y topo con el pecho de él.

— Te dije que no irás—hablo despacio y apretando la mandíbula.

— Sam, basta, estaré bien—dije lo más calmada posible—. Te llamaré a cada momento, ¿si?

Suspiró y apretó sus ojos tirando su cabeza hacía atrás. Todavía no me soltaba el brazo, así que decidí hacer una técnica de seducción para escabullirme.

Lo beso suave y cariñosamente mientras con la mano que tengo libre acaricio su rostro, rompo el beso y hago contacto visual desafiante, bajo la mano a su hombro y sonrio coqueta. Bajo un poco la mano a la altura del pecho, la mantengo ahí un segundo y vuelvo a subirla a su hombro. Me acerco y hago contacto con nuestros labios sin besarnos mientras bajo la mano hasta la altura de su vientre bajo, paso un dedo de arriba abajo y cuando llego al cinturón, se lo agarro con ese dedo que lo estabas usando y lo atraigo hacía mí con fuerza.

Su cuerpo era tensión pura, había logrado ponerlo nervioso y caliente.

Sé que estoy jugando con fuego y en cualquier momento podía quemarme pero necesito distraerlo para poder irme y que mejor manera con la seducción. Su ojos brillaban tal cual las estrellas en un negro universo.

Te agradezco el dato amiga.

Hasta su respiración era entrecortada, joder, que bien se siente tener poder.

Sin aún perder el contacto visual, me acerco y le doy un pico, rápido me doy vuelta para correr a la puerta y salir por ella.

___☆☆☆___

He caminado todo el puto centro comercial pero no logro encontrar nada que llame mi atención. El grandísimo hombre tiene todo lo que busques, estoy realmente perdida y lo peor de todo es que ya estoy cansada.

¿Qué le regalas a un persona multimillonaria?

Camino observando cada vidriera hasta que un objeto capta mi atención.

Ya encontré lo indicado.

___☆☆☆___

— Estamos yendo, Luci—le informo por el móvil.

— Vale, acá los esperamos cuñadita— dice y cuelga.

Llegué hace un par de horas y en el trayecto me llamó Lucía para decirme que debía llevar a Sam a la casa del señor Tim pero no debía decirle que le tenían preparada una fiesta sorpresa.

Cuando llegué le dije que su familia me había dicho que teníamos una cena en su honor sin dar más detalles y también estaba enojadisimo por como me comporté, sólo está algo distante. Ya se le pasará.

Contrato de la Felicidad ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora