~CAPITULO 48~

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Veo como van bajando su ataud, enterrando a ese ser tan importante de mi vida. Tengo una cascada en mis ojos y mi interior pide a gritos irme con la mujer que me pario, luchó por mí y salió adelante sin importarle absolutamente nada.

Mi madre tan soñadora se fue sin aún no poder cumplir su sueño tan anhelado, que era viajar por todo el mundo y yo como hija le fallé, no la cuidé como era debido, fracasé como hija y persona. Pero no puedo hacer nada ya. Al menos sé que está en un lugar más acogedor y sin sufrimiento, descansando su alma en paz.

Flashback....

Su madre tenía fibrosis pulmonar idiopática—me informa el doctor.

¿Qué es eso?—pregunto.

Es una enfermedad pulmonar irreversible, poco frecuente, y de mayor mortalidad que la mayoría de los tipos de cáncer. Si bien la causa de este tipo de fibrosis pulmonar permanece desconocida, la evidencia sugiere que podría haber un componente genético en su aparición. Existen factores asociados a la FPI, entre los que se encuentran: tabaquismo, infecciones pulmonares virales o bacterianas, entre otros.

¿Y cuáles son su sintomas?

Los primeros signos y síntomas de FPI incluyen: tos persistente, falta de aire al realizar actividades cotidianas como subir escaleras, y eventualmente inclusive durante el reposo o estridores bilaterales.

Ahora todo tiene sentido.

A su madre ya se lo diagnosticamos hace unos meses atrás cuando fue detectado.

¿Tuvo la oportunidad de hacer un tratamiento?

Sí, pero ella no acepto, como también pidió que no se le dijiera nada. Sólo ella y su tía lo sabían.

¡Oh, mamá!

¿Y si se hubiera hecho el tratamiento, hubiera funcionado?

Es un tratamiento complicado y era cuestión de que si su cuerpo lo aceptaba.

Fin flashback.

¿Por qué mamá? ¿Por qué te quisiste ir dejándome sola en este mundo cruel? ¿Por qué dejarme con este dolor en mi alma? ¿Por qué fuiste egoísta y no me me diste a elegir también a mí?

Yo te perdí y yo quedé en la faz de la tierra retorciendome de sufrimiento. Al menos me hubiera gustado despedirme y decirte cuanto te amo, gracias por acompañarme y nunca abandonarme. Gracias por amarme incondicionalmente y nunca fallarme. Y no sé como carajos afrontare mi vida sin ti.

¡¿Por qué mamá?! ¡¿Por qué, joder?!

El padre termina de decir la oración y cada amigo de ella se van retirando de a poco, quedando mi tía, Sabrina con Ethan y la familia de Samuel, obviamente que él también asistió.

He evitado su mirada pero tampoco me ha importado mucho, básicamente estoy como zombi, anoche me lloré la vida entera pero hoy sólo estoy entrance de aceptación.

Siento las nauseas querer brotar en mí, así que doy vuelta ligero y busco un basurin, llego a el y lanzo todo hasta mis emociones. Siento que soban mi espalda.

—¿Estas bien, Kay?—inquiere Sabri pasándome una botella de agua y una servilleta.

— Sí, creo que el no comer me paso factura.

Contrato de la Felicidad ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora