[47] La primera cita.

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El timbre de mi apartamento sonó mientras me arreglaba para finalmente salir con Maximilien esta noche, casi dos semanas más tarde de lo acordado, Sky estaba con mi madre porque yo hoy tendría una muy anhelada salida.

Y al parecer en el momento menos indicado tendría una visita, solo… solo esperaba que no fuese Luka.

Salí de mi habitación acomodándome el arete en la oreja y sin zapatos, no quería usar tacones y mucho menos un vestido sexy porque esas cosas no iban conmigo y no planeaba venderle a Maximilien una imagen de mi que no iba conmigo, además, si ya me había visto en mis peores pintas —como aquella vez con shorts de Doris— y todavía seguía aquí, pues no tenía que mostrarle algo falso, así que vestí un enterizo de color rosa bebé que era ajustado en la parte superior y suelto en las piernas con una apertura de los lados de mi cintura.

Era sensual y un poco elegante pero sin exagerar, justo lo que necesitaba para no saber a que se refería Maximilien con «ir a cenar»

El timbre volvió a sonar cuando estaba a centímetros de la puerta.

—¡Voy! —grité antes de abrir la puerta.

Caleb apareció en mi campo de visión, del lado de afuera, con las manos dentro de los bolsillos de su chaqueta de jean negro y una mirada tan neutral que era usual en él. Bien, estaba afuera de mi apartamento ¿por qué estaba afuera de mi apartamento?

—Hola —pronunció.

—¿Hola? —alcé una ceja, mirándole y observé la manera en que me recorrió de pies a cabeza y luego arqueó una de sus pobladas y espesas cejas con aires divertido.

—¿Saldrás? —curioseó—, te estas arreglando y tu nunca te arreglas demasiado. ¿A dónde vas y con quién?

Me hice a un lado para que entrara, aunque su visita era inesperada me agradó que viniese. Caleb avanzó con pasos lentos pero seguros y se detuvo al llegar a la mitad de la sala para encararme como policía ante ladrón en una escena del crimen.

—Saldré con… Alek y su novia —mentí.

—Si, y yo no voy escapado a Suecia al menos tres veces al mes aunque sea por un día —siseó con sarcasmo—, ya suéltalo, Maxine. Estamos en confianza ¿a quién estas viendo?

Dudé un instante en si decirle o no, porque aunque las chicas lo sabían y Luka lo sabia, no estaba segura de si lo de Maximilien y yo iba completamente en serio, y por ende no quería adelantarme. Terminé suspirando.

—Se llama Maximilien —dije finalmente tras unos segundos—, y es increíble.

—Vale —asintió el moreno—, con tal y no termines haciéndole a él lo mismo que me hiciste a mi…—advirtió, pero sin ninguna clase de rencor o molestia en su voz, aquello sonó más como un consejo sincero.

—Es mayor que yo —solté después—, y no volvería a cometer el mismo error dos veces, créeme que aprendí mi lección.

Caleb tomó asiento al borde de uno de los sofás y se me quedó mirando.

—Bueno, eso esperamos —frunció los labios y se puso cómodo—, te ves jodidamente hermosa, por cierto, debes tener a este tipo a tus pies.

Sonreí, y sentí el color subiendo a mis mejillas en cuestión de segundos pero no porque Caleb me haya hecho un cumplido, sino más por el cumplido en si.

—Él dice que esta realmente interesado en mi —musité, tomando asiento frente a él—, y lo siento genuino ¿sabes, Cal? Hay personas que coinciden en la vida y tienen un momento, y eso esta bien, pero descubrí que hay personas que no solo coinciden si no que conectan, y eso es increíble, es una sensación que definitivamente te golpea diferente.

Padres Inexpertos©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora