[52] La verdad duele, Heakie

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Luka


—Y le llevó flores a la madre de Max ¿Quién demonios le regala flores a la madre de la chica con la que sale?

—Heakie…

—Es tan malditamente refinado, educado y elegante de una manera sutil que resulta desagradable. No lo soporto, no lo aguanto, nadie es tan carismático así en la vida. Lo detesto, es un pesado del demonio.

—Luka estas celoso —murmuró Cal divertido, dejando ir una risita y le dediqué una mirada de fastidio.

—¿Por qué estaría celoso de ese sujeto? —siseé, había estado contándole a los chicos lo de la presencia del, ahora novio oficial de Max, en su cumpleaños y como era, y me estresaba.

—Porque esta con Max —dijo sin crudezas, como suele ser él—, porque ella lo quiere y él puede hacerle todas esas cosas que tu no.

—Detente Caleb —advirtió Zach.

—Que te den, Tyrone —le miré mal, completamente irritado.

—La verdad duele, Heakie —fingió pesar.

Pasé mis ojos a Harold que estaba sentado en el sillón individual, esperaba a que alguno me dijera algo, como que todo estaba mal con ella y que yo tenia razón, pero ninguno parecía ser mi apoyo en este momento o estar de mi lado. Resoplé, Caleb y Hal intercambiaron una mirada y Zach… Zach apartó la mirada del pantalla plasma donde jugaba una partida de Fifa.

—Bien, no me apoye ninguno entonces, menudos amigos —solté, colocándome de pie para ir por una cerveza al refrigerador del apartamento que Zach compartía con Sally.

—Es que no sé que quieres que te digamos —miré a Hal encogerse de hombros, confundido—, no le vemos lo malo a la situación.

Caleb se colocó de pie y le vi caminar hacia el balcón mientras se colocaba un cigarrillo entre los labios que luego encendió.

—Tiene todo de malo —dije.

—¿Eh? —Asher, que se había mantenido callado, habló—, no entiendo pero pásame una cerveza por favor.

—Solo se que deberías estar feliz porque Max esta saliendo con alguien que parece hacerle feliz —opinó Hal mientras yo abría el refrigerador.

—Ese alguien debería ser yo —dije de mala gana.

Una carcajada irónica resonó en la habitación, agarre dos cervezas y cerré el refrigerador buscando mirar a Caleb que dejaba salir el humo del cigarrillo apoyado del umbral de la puerta corrediza.

—¿Tu te estas escuchando, Heakie? —inquirió, alzando una ceja—, suenas como un maniático obsesionado.

—¿Disculpa?

Caleb suspiró y sostuvo el cigarrillo entre los dedos de su mano en lo que miraba hacia afuera.

—Te recuerdo que estas en una relación seria con alguien que se suponía solo era un PR, no obstante, te gusta esa…—hizo una pausa, dudando—, fémina peculiar y además, no estas muy bien del todo, sin mencionar lo de… Suecia.

—No hables de Suecia —le pedí—, no te atrevas.

Aquello era algo que solo él y yo sabíamos. Otra sonrisa irónica apareció en sus labios y dio una calada al cigarrillo.

—Max esta feliz, déjala ser feliz. Tu la estresas pero te quiere tanto que esta dispuesta a acallar que sueles incomodarle últimamente.

—¿Y tu como sabes eso? —inquirí, pasándole la cerveza a Asher y destapé la mía.

Padres Inexpertos©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora