[8] ¿Realmente crees que seguirá siendo un secreto por mucho tiempo?

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Desperté por la mañana dándome cuenta de que estaba sola en la casa de los chicos.

No me gustaba estarlo, aunque estuviese acostumbrada a vivir sola. Si había venido hasta aquí, cruzando todo un continente en avión, no era para estar sola sino para compartir con los chicos. En mi teléfono había un mensaje de Luka, allí me avisaba que no quiso despertarme para ir con ellos porque salieron temprano y yo me veía durmiendo plácidamente.

Mencionó que volverían quizás para el mediodía.

Merodeé la casa y bajé a la cocina por algo de beber, serví un vaso de jugo de naranja y le di un sorbo mientras bajaba por el inicio de twitter con los dedos de mi mano libre. Casi era mediodía y mi apetito lo sabía porque comenzaba a despertar, quizás me pediría algo a domicilio porque al revisar la alacena nada me llamó la atención y en el refrigerador solo había comida precocinada y congelada, pero no sabía qué, después de sobre pensarlo unos minutos, terminé decidiéndome por pizza.

Le marqué al número de una pizzeria local en la que ya había pedido antes y ordené una pizza cuatro quesos familiar, por si los chicos llegaban y se antojaban, aunque para ellos una no sería suficiente.

En espera a que la comida llegara, fui hasta la sala de estar, que era un completo desastre y observe un montón de papeles sobre una mesa de vidrio en una esquina, junto a un ventanal que daba vista a la piscina y decidí curiosear un poco. Sabía que eran letras de canciones porque anoche cuando Harold llego, se sentó en una de las sillas allí y se dedicó a pasar un rato allí con el monto de hojas.

Sostuve una entre mis manos y la leí.

«Bruselas»

Todo comenzó en una noche lluviosa de enero,

Tus ojos encontraron a los míos y supe que serían mi perdición,

Hey hey, hey chica dime por qué,

Porqué yo.

En la entrada de aquel club de Bruselas lucias perfecta y caí ante ti,

Ahora quiero saber si fue cosa de una noche

O si en verdad te sentiste atraída hacia mí,

No entiendo tus juegos así que necesito que me expliques, a qué demonios quieres jugar

Te vi por primera vez en Bruselas,

Después nos reencontramos en London,

Y terminamos compartiendo sabanas en LA.

La letra estaba inconclusa y sin terminar, sonreí porque sabía que el dueño de aquel escrito era Harold, reconocí su caligrafía torcida y porque después de todo era el miembro que más tenía aventuras en la banda. Suspiré y dejé la hoja sobre la mesa, sostuve otra y la leí, y así estuve por un rato; los chicos de verdad tenían talento, estaban poniendo todo su empeño y dedicación a lo que estaban haciendo, y eso no me dejaba dudas de que ellos tendrían todo el éxito que querían y merecían.

Estuve leyendo escritos a hasta que me aburrí. La mayoría eran de Harold, Luka y Caleb, una más que otra era de Zach y solo habían dos Asher, aunque casi todos eran letras sin terminar.

Me levanté de la mesa y verifiqué la hora en mi teléfono, apenas eran las once y media de la mañana. En espera a que la comida que había pedido llegara, recorrí la casa de arriba hacia abajo y rodé los ojos al encontrar el sobre de un condón sin usar en el piso de la segunda planta, cuando volví a bajar me detuve frente al espejo de cuerpo completo a un lado de las escaleras y suspiré exageradamente al ver mi cuerpo, levante la camiseta que había robado ayer de la habitación de Caleb y observe fijamente a mi estómago visualizando la idea que crecería.

Padres Inexpertos©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora