Padres Inexpertos©

[77] Un poquito de reflexión.

Primer año de Skyler

Marzo 27, 2018.

Luka

El tiempo vuela, los arrepentimientos y malas decisiones son experiencias que a lo largo de la vida marcaban cambios, antes y después. Un día podías querer plenamente algo con todo lo que eras, pero al instante ya no quererlo. Podías dar un paso adelante y luego retroceder tres, y eso... estaba bien. Caer y levantarse, continuar, de eso se trataba la vida.

Y de la esperanza.

Las personas somos los culpables de nuestras acciones y decisiones, lo aprendí con el tiempo, y, todavía aprendía con la experiencia que iba tomando a diario, en mi día a día de supervivencia. A veces, en ocasiones, solía creer que este mundo era... demasiado toxico para mí, el mundo en el que todos creían tener poder sobre mi persona como si me conociesen jodidamente bien para tener la oportunidad de juzgarme, criticarme y opinar de mi vida cuando eran ajenos a los pensamientos e ideales en mi cabeza.

Conocer mi imagen publica como artista no era conocerme como persona y aunque siempre intentaba ser lo más trasparente posible eso me había traído consecuencias que me afectaron al punto de desconocerme a mi mismo. Aprendí, con el tiempo que debía tenerme a mi mismo como prioridad por encima de todo el mundo y que mi felicidad, estabilidad emocional y esperanzas estaban mucho más encima por sobre todo aquel, incluido fanáticas, que no estaban de acuerdo con demasiados aspectos de mi vida.

Tarde o temprano debían entenderlo, o quizás no, nadie las obligaba a hacerlo, pero eso era algo que no debía importarme. No pensar en el «Que dirán si...» porque el mundo en el que uno se dedicaba a hacer música era complicado y agotador.

Consumidor también.

Por suerte, tenía mi ancla, esa que me mantenía cuerdo a pesar de todo y era esa pequeña radiante que hoy estaba de cumpleaños y que celebrábamos su primer aniversario de vida.

En un año podían pasar muchas cosas y estar arrepentido de la mayoría, de tus acciones, de tus motivos, de lo que hacías. Yo tuve un año que, comenzó con un día soleado, cálido y lleno de luz, pero que fue tiñéndose de colores hasta quedar gris, oscuro y frio.

El año fue una montaña rusa para mí, fue caótico. Y existían muchas cosas, muchísimas de la que me arrepentía, la lista era bastante larga, larguísima, pero si de una cosa jamás podría arrepentirme era de la pequeña copia mía de ricitos dorados que daba pasitos lentos porque no quería que la cargaran en brazos cerca de donde yo me encontraba sentado observándola acercarse a la mesa de dulces.

El tiempo volaba.

El primer cumpleaños de mi pedacito de sol, de cielo y todo, lo festejábamos en el jardín trasero de la casa de mi madre que, se veía como patio de revista, todo verde por las plantas y colorido por las flores pero decorado con los colores violeta, blanco y azul celeste.

Inclusive el castillo inflable alquilado y la casa de globos que le pedí a la decorada.

—¿No te parece que esta un poco exagerado todo esto?

Lottie se detuvo junto a la mesa en la que estaba y la miré.

—¿No te parece que no es tu asunto? —musité, aunque, sinceramente su respuesta era algo que no me importaba. Ella blanqueó los ojos.

—Muy a la defensiva, Heakie —chasqueó—, como sea, me gusta la decoración, esta bonita, un poco exagerada pero bonita.

—Gracias —pronuncié.