[19] ¿Y si no te arriesgas, que ganas?

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Cuando Luka volvió a irse de Sídney junto al resto de los chicos para esta vez iniciar el tour, me quedó un vacío que fue horrible de experimentar y me di cuenta de cuanto anhelaba su compañía, e incluso aunque durante casi todos los días nos manteníamos en contacto por mensajes o videollamadas, no era lo mismo.

Los días se convirtieron en semanas y las semanas en un mes. Un mes con él fuera de Sídney, un mes de los chicos estando de tour, promocionando el álbum y recorriendo Europa mientras daban conciertos por las noches, asistían a entrevistas por las mañanas y daban presentaciones en estaciones de radio.

Muchas veces Luka estaba exhausto y sospechaba que los demás también, apenas y lograban descansar entre compromisos y el jetlag que atravesaban al cambiar de ciudad cada día y medio.

—¿Cómo esta el bebé? —me preguntó en medio de un bostezo.

Estaban en un aeropuerto en la capital de Francia, esperando a que la lluvia allá cesara un poco para abordar el vuelo que los llevaría a su siguiente destino por un día y medio: Berlín, en Alemania. Luka estaba sentado en el piso de la sala de abordaje y un segundo atrás me había mostrado como Zach y Harold dormían en las sillas de espera y en el suelo, consecuencias del sueño atrasado que experimentaban.

—¿Desarrollándose aquí adentro? —intenté bromear mientras subía el ascensor de mi edificio, había salido a hacer compras para abastecer mi alacena.

—¿Cuándo es tu siguiente consulta?

—El siguiente martes, ¿Por qué?

—¿Podrías pasarlo al lunes que le sigue? —volvió a bostezar, pasándose una mano por el ojo izquierdo. Me preocupó lo cansado que se veía, pero comentarle sobre como estaban siendo explotados él y los chicos no serviría de nada, aquello le entraría por un oído y le saldría por el otro haciendo oídos sordos—, tengo dos días libres entre domingo y martes de arriba, los chicos aprovecharan para hacer turismo en...—hizo una pausa, intentando recordar—, Milán, tenemos tres fechas en Italia y quiero viajar para acompañarte en ese chequeo. La ultima vez la doctora dijo que podríamos saber si es ella o él esta vez.

—Vale, puedo cambiarla solo si me asegura que vendrás.

Luka apoyó su espalda de una columna y cerró los ojos ladeando una sonrisa donde apareció marcado el hoyuelo de su mejilla.

—Iré. Es una pinkie promise.

—Heakie...—le llamé, haciendo una pequeña mueca al sentir una molestia en el lado izquierdo de mi abdomen. El bebé estaba moviéndose, pateando quizás y era como una punzada de segundos de sufrimiento.

—¿Sí?

—El bebé se esta moviendo en este preciso momento.

Mantuvo la sonrisa ladeada y los ojos cerrados. El hoyuelo en su mejilla marcándose muy presente, muy adorable, muy de niño bueno.

—Te extraño —solté después.

—Y yo a ti —murmuró—, te quiero aquí, viajando conmigo. Conociendo todos estos lugares asombrosos, estos rincones del mundo que... wow.

—¿Cuándo termina el tour? —le pregunté—, ha pasado un mes y siento que han pasado mil años.

—Marzo, termina en marzo. A finales de noviembre estaremos en Japón, tenemos dos fechas allí y luego volvemos a Estados Unidos, nos han movido las fechas de Australia para principios de marzo, cerraremos el tour en nuestra ciudad de origen y creo que es algo increíble.

—A ti todo te parece increíble —dije obvia. Él soltó una risilla suave, perezosa.

—En diciembre estaremos en Estados Unidos, el veinte de diciembre es el ultimo concierto del año y tendremos un pequeño break por navidad y año nuevo, lo que me recuerda... ¿Quieres pasar año nuevo conmigo en el Madison Times Square?

Padres Inexpertos©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora