[57] ¿Qué tan bajo quieres caer?

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ADVERTENCIA: Este capitulo cuenta con un ligero contenido sensible que puede ser interpretado de muchas maneras dependiendo del nivel de compresión de cada lector. Como autora, quiero decir que por ninguna circunstancia romántizo lo que sucede aquí, a continuación, porque es considerado como abuso sexual el no haber un consentimiento completo por una de las dos partes.

Este capitulo es mucho más largo de lo que usualmente suelo escribir en este libro pero sentía que sí lo dividía en dos, perdería el hilo.

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Era una mañana lluviosa cuándo desperté, con la nariz de Maximilien en mi cabello y sus brazos rodeando mi cintura, todavía durmiendo, me pareció que cualquier sensación molesta de la noche anterior se había disipado y que hoy era un nuevo día para intentar hacer que Luka entrará en razón, solo necesitaba hallar un momento a solas con él.

Miré hacia el frente, el ventanal que percibían mis ojos, afuera el agua caía y el cielo estaba gris. No era un día soleado, alegre, feliz, más bien, parecía que la ciudad estaba triste. Estiré mi mano para tomar mi teléfono de su lugar sobre la mesa de noche, la pantalla que me mostraba la hora indicaba que eran apenas poco más de las ocho de la mañana, tenía unos cuantos mensajes de Lottie, otros de Sally e incluso de mi madre.

El primer chat de mensajes al que entré fue al de mi progenitora, donde admiré varias fotos de mi hija que cargaron de inmediato y sonreí. Habían ido a la playa con ella, en una de las fotografías Alek la cargaba sobre sus hombros y ella estaba riendo sumamente feliz.

Estaba extrañando su hiperactividad, la estaba extrañando y sólo llevaba día y medio lejos.

Salí de su chat y entre el de Sally dónde el último mensaje era más que eso, lo leí como una petición.

Llámame.

Me incorporé poco a poco en la cama, con cuidado de no despertar a Max y salí del enredo de sábanas, colocándome con el iPhone en la mano mientras marcaba el número de Sally y llevaba el teléfono hasta mi oreja caminando hacia el ventanal para admirar la vista hacia la ciudad en la mañana gris. Al tercer pitido escuché la voz de la ojimiel.

—¿Cómo estás después de lo de ayer?

Directa y al punto. Ni siquiera se molestó en saludar, Sally se preocupaba por el resto más que por ella misma.

—Primero que todo —arrastré en un bostezo—, se dice hola buenos días.

Estoy preocupada, Max, de verdad —dijo—, te fuiste molesta y lo entiendo perfectamente pero estoy segura de que nadie de nosotros quiere que el grupo se rompa solo porque Luka esta siendo un idiota y esa… esa mujer lo este controlando junto al Managment.

Respiré profundamente, torciendo una mueca en mis labios.

Y todo lo que te dijo ella ayer, no es cierto, sabes que no es cierto… 

—Esta bien, Sally… no pasa nada —murmuré—, todavía no asimilo del todo lo de anoche, me cuesta mucho creer que él este siendo así y es que no pensé que dejar Australia haría un cambio tremendo para Lu de esa manera tan drástica —dejé salir un suspiro—, de verdad que es una persona totalmente distinta, una persona desagradable y no entiendo.

Padres Inexpertos©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora