Extra #2

1.5K 127 38
                                    

Pensar en Luka no me dejó dormir por la noche ni siquiera con ayuda de un té y pasar la noche con insomnio pensando en él, mirando recuerdos de fotografías y videos antiguos en mi computadora portátil, recordando los viejos tiempos dorados y años anteriores me puso tan nostálgica que lloré.

Lloré porque habíamos crecido.

Porque nos habíamos hecho daño.

Porque ninguno de nosotros era el mismo de hace unos años.

Porque jamás íbamos a ser los mismos.

Porque él estaba dañado.

Lloré en silencio, desahogándome y sintiendo un dolorcito oprimiendo mi corazón con fuerza.

Entré en su perfil de Instagram y miré su último post que era de hace tres días, una fotografía con Sky donde la cargaba y ella enseñaba los dientes y la lengua pintada de azul por haber estado comiendo una paleta. Él se veía bien allí, se veía sano, se veía recuperado y supuestamente había dejado de consumir esa porquería, estaba yendo a terapias de ayuda, pero entonces ¿por qué había tenido una sobredosis? ¿qué le había empujado a tener una decaída?

Estaba tan frustrada al respecto, aunque apenas y tuviéramos una relación ahora, él siempre iba a importarme, siempre, incluso aunque no quisiera que así fuera, incluso a pesar de los daños no iba a poder olvidarle. Él no fue sólo mi mejor amigo, sino que era el padre de mi hija y como padre de mi hija, como persona, quería verlo bien por ella y por él.

Me sequé las lágrimas que descendían por mis mejillas con arrebato y bajé por su perfil, casi todas sus ultimas publicaciones eran con Sky, o de Sky. Lo mucho que la amaba y lo orgulloso que estaba como para presumirle al mundo acerca de su clon miniatura en niña era admirable. Bajé y bajé, hasta que vi una fotografía de nosotros dos, la última que había posteado, unos días después de que Sky naciera, cuando las cosas estaban por comenzar a distanciarnos.

Sollocé nostálgica.

No aguanté el sentimiento de rencor que tenía hacía los de Kindest que le habían manipulado y tratado como un títere hasta convertirlo en lo que ahora era y twitteé al respecto, intentando desahogarme y exponer a esa empresa de mierda que no merecía a sus artistas, pero ni exponiéndolos lograba sentirme mejor.

El sitio a mi lado en el sofá se hundió y volteé a mirar a Maximilien que se veía somnoliento, pero su ceño arrugado delataba su preocupación hacia mi. Sin decir nada, me acercó a él y me recosté de su pecho, sintiendo su calor corporal y sollocé con el miedo latente de perder a Luka en este mundo. No quería eso para Sky.

Mi hombre cubrió mis brazos con los suyos y brindó caricias suaves de arriba hacia abajo, besando el cabello en mi cabeza, esperando a que me calmara. No eran necesarias las palabras, ni los consuelos, él sabía que no quería escuchar consuelos.

—Voy a ir a Los Ángeles con Sky —susurré sin dudar de mi decisión cuando logré dejar de sollozar unos minutos después.

—Max, yo no se si...-

—No quiero que me digas nada al respecto —le corté suavemente—, pudo haber muerto con esa sobredosis y Luka puede ser todo lo que sea, pero tengo recuerdos con él y es el padre de Sky. No quiero mal para él.

—¿Cuándo?

—¿Cuándo qué? —alcé la mirada hasta que la suya azul se encontró con la mía.

—¿Cuándo iras?

—Quiero buscar un vuelo mañana, quiero estar pronto en Los Ángeles. Estoy preocupada.

—Vale —pronunció—, pero déjame decirte algo, amor.

—Quiero que tengas una cosa muy presente —señaló sin dejar de acariciar mi hombro con su mano—, Luka ya no es un niño y no es tu responsabilidad. Te hizo daño y se que superaste eso, se que quieres verlo bien, que sea el padre que Sky necesita antes que todo lo demás, pero algunas cosas tienen su límite y tu estas alcanzando el tuyo con él.

Padres Inexpertos©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora