XXI

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Maratón 1/2

¿Cómo arranco a describir mi mejor semana en el Elite Way School?

Ya cumplí un mes y una semana en el nuevo colegio, es poco tiempo considerando todo lo que hice en este mes. Llegué, tuve un cambio completo, arme un grupo en contra del grupo de huecos, me conseguí un novio, amigos, conseguí quitarle el trono de la mejor bailarina a Mia Colucci, y también de la más linda, soy también la mas popular. Logre todas y cada una de mis metas.

Y esta semana solo me tocó disfrutarlo.

El viernes luego de recordar todo lo ocurrido en la fiesta simplemente decidí dejarlo así, no le dije nada a nadie, solo insisto con que no recuerdo nada, aunque recuerdo todo. Solo Luján lo sabe. Aún lamento haber dado mi primer beso con Pablo, pero ya no hay nada que pueda hacer en contra de eso. El sábado decidí salir con mis amigas, hubiese salido también con Manuel y con Nicolás pero mi novio falso me evitó todo el fin de semana. El lunes comencé a disfrutar mi triunfo del jueves.

Caminaba por los pasillos y todos me saludaban, todos querían ser mis amigos, invitarme a salir, lo que fuera. Mi celular explotaba de notificaciones, de mi casillero siempre caían notitas, pero yo jamás respondía a nada de todo esto. Entraba a clases del brazo de Manuel (quien de un día para el otro comenzó a fingir que nada había pasado), causando la envidia de todos. 

Tenía todo lo que quería, era linda, popular, tenía al novio más atractivo, al grupo de amigos ideal. Nada me faltaba.

No volví a tener cruces ni con Mia ni con Pablo. No le devolví su camisa, esta colgada en mi armario, con su perfume aún impregnado en ella, él jamás me la pidió y yo no pensaba hablarle para devolverla. Creo que ambos estaban intentando dar un perfil bajo luego de su derrota de la semana anterior. Guido y Tomás siguieron hablando conmigo a escondidas de sus amigos, como siempre, con la diferencia que ahora Tomás Escurra me habla todos los días sin falta por mensajes, pero no habla precisamente conmigo, sino con la tal "Lupita". 

Me pregunta en donde estudio, si tengo amigos, como me esta yendo. Si me terminé el libro con el que me vio. Insiste con verme, con charlar conmigo en persona, intenta convencerme de volver al elite. Me insistió tanto que luego de pensarlo mil y una veces decidí aceptar una cita con él. Hoy, sábado, a la tarde. 

Por eso el viernes a la noche volví a casa, conseguí una peluca castaña y larga, como mi cabello antes del accidente del chicle, elegí la peor ropa que encontré, evité el maquillaje, para lo único que lo use fue para resaltar mis ojeras y agregar unas marcas de acné en mi rostro. Volví a mis gafas, dejando de lado de lado mis lentes de contacto, los cuales odio con todo mi ser por cierto. 

Me miré al espejo, por más que lo intenté ya no lograba verme como antes, intente "afearme" lo mayor posible, pero extrañamente ya no me sentía tan horrible como cuando llegué al elite. 

Dude en si ir o no, creía que todos iban a notarlo e iban a descubrir mi farsa. Pero luego recordé que con él que salgo es Tomás Escurra, ese chico no se daría cuenta ni en mil años. Una peluca, lentes, ropa holgada, poca actitud y una voz aguda, era lo único que necesitaba para que todos se crean el papel de Lupita.

Le pedí vernos en un lugar oculto, donde nadie pueda vernos, él ofreció un galpón viejo a unas cuadras de su casa, el cual su padre utiliza para guardar cosas viejas, yo acepte, mientras más oculto sea es mejor para mí. 

A las cuatro en punto de la tarde llegué al galpón, estaba algo apartado del centro de la ciudad, podría apostar que ninguno de mis compañeros llegaría hasta acá. Cuatro y tres minutos exactos llegó él, vestido con una remera blanca y unos jeans azules. Tan clasico y relajado como es él.

The actingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora