IV

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Salí de la oficina del director con una sonrisa triunfante en mi rostro, la camisa de Manuel sobre mi, mi cabello rojo suelto, moviéndose con el aire y mis labios pintados de rojo al igual que mi cabellera, por primera vez en mi vida me gustaba lo que era, lo que sentía. Por primera vez me sentía como Pía, era increíble ser otra persona. Ser lo que yo quería ser.

Llegue hasta donde estaban los casilleros, pensaba buscar a Lujan y a Luna para estar con ellas en el recreo ya que recién tocaba el timbre que anuncia el receso pero alguien tomó de mi muñeca, deteniéndome. Al levantar la vista me encontré con unos ojos de color miel, una mirada seria y hasta incluso confundida.

—Marizza— dijo Manuel —necesito hablar contigo— pidió seco

¿De que tendría que hablar conmigo? todo sería más fácil si simplemente ignorara el hecho de que ayer conoció a una y que hoy soy otra. 

—Si necesitas la camisa ya mismo te la devuelvo— dije sonriente, nada iba a sacarme esta felicidad inmensa.

Manuel aparentemente se había cambiado, ahora tenía una remera roja como la que tenía yo esta mañana, me sentía algo culpable de haberle robado su camisa. 

—No es eso, quiero saber que carajos te paso— yo me quede callada, no podía decirle lo humillada que me había sentido el día anterior —Cuando te conocí ayer eras súper dulce y hoy lograste desmayar a un profesor ¿Qué te paso?—

—No es de tu incumbencia Aguirre, ayer empecé con el pie izquierdo nada más— conteste con frustración —Esta soy yo, no la que conociste ayer, solo espero que no se lo digas a nadie—

El frunció el seño, no se si estaba confundido o enojado, siempre fui buena descifrando a las personas, pero en este momento Manuel Aguirre era un caso difícil. 

—Yo creo que ni la niña tímida de ayer ni la Marizza tira bombas de hoy son la verdadera, hay algo más ahí que siento estas ocultando— me analizo de pies a cabeza —Pero quédate tranquila, tu secretito esta a salvo conmigo, tuve la desgracia de conocer a Mia y a Pablo, se que podrían avergonzarte y eso no es lo que quiero—

—¿Para qué me decis todo esto? ¿Qué estas buscando?— me cruce de brazos

—Simplemente quiero entender como funcionan las cosas aquí— dijo seriamente —Me extraña que la única persona que logro caerme bien ayer, cambió completamente hoy—

—Te puedo asegurar que esta versión te va a agradar más— aseguré —Empecemos de cero, soy Marizza Pía Spirito ¿con quien tengo el gusto?— extendí mi mano sonriente

El la miro, dudando si aceptarla o no, tardo unos segundos pero finalmente estrecho mi mano, devolviéndome el saludo.

—Manuel Aguirre, soy nuevo, recién llegue de México ¿y tu?—

—Llegue de Venezuela hace un mes mas o menos, también soy nueva— dije como si no lo supiera... bueno quizás la parte de Venezuela él no la sabía —Esta escuela esta llena de idiotas ¿o es mi imaginación?—

—Llevo aquí veinticuatro horas y ya detesto a medio colegio— sonrió ¡por fin! su sonrisa era muy linda —¿Por qué todos actúan tan raro?—

—No lo sé, yo tengo la teoría de que creen que esto es un reino ¿y sabes quienes estan al mando?—

—Mia Colucci y su noviecito, ya lo se— suspiró con fastidio —Solo los vi en el salón y ya no los tolero—

—Esta escuela esta llena de víboras Aguirre— le advertí —No me molestaría tener un aliado entre tanta mierda ¿puedo contar con vos?— levante una ceja

The actingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora