LVIII

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Capitulo cincuenta y ocho

narrado por Marizza. 

—¿Estas segura de que esto va a funcionar?— preguntó Pablo por vez número mil

Suspiré frustrada, evitando el impulso de hacerlo callar.

—Pablo ¿alguna vez falló un plan mío?— cuestioné, él me quedo mirando, con seriedad —Bueno, si, pero este plan no va a fallar, además, es por una buena causa, no podemos equivocarnos—

—¿Vos entendes que Tomás cree que tiene una cita con vos y que Pilar cree que tiene una cita conmigo?— se cruzó de brazos —No se como acepte estar en esto... ¿y si se enojan? nada bueno puede salir de esto—

—¡Ellos están enamorados!— aseguré —Es solo que ninguno se anima a admitirlo, Tomás lo oculta creyendo estar enamorado de mí, cuando no es así, y Pilar trata de hacerlo reaccionar dándole celos con vos, pero vas a ver que cuando se enteren, ninguno va a enojarse con nosotros, es más, tendrían que agradecernos—

Estábamos escondidos en la biblioteca, escondíamos nuestros rostros detrás de unos enormes libros. La cita de Tomás y Pilar no tardaba en comenzar, todo estaba listo. La sala de estar se encontraba completamente vacía, en el centro había una mesa, con una merienda para dos. Todo lucía romántico y especial. 

—No creo que vayan a venir, ya pasaron diez minutos, se me cansan las manos— se quejó —¿Por qué no mejor aprovechamos que tenemos todo esto para nosotros y merendamos juntos?—

—No quiero merendar— bufé

—Bueno, tenemos todo esto para nosotros solos, podemos hacer lo que quieras— insinuó

Admito que sentí un cosquilleo recorrer mi cuerpo al oír esas palabras

—Hoy no— respondí como pude, aunque su plan era mucho mejor que el mío —No nos desconcentremos, ya van a llegar—

Segundos después, Pilar fue la primera en entrar a la sala. Miro todo, asombrada. 

Poco después, entro Tomás, con un ramo de flores en su mano.

—¿Qué haces vos acá?— preguntaron ambos al mismo tiempo

—Estoy esperando a Pablo, él armo todo esto para mí— aseguró Pilar, presumida —va a ser mejor que te vayas antes de que él llegue—

—No quiero decepcionarte, pero esto lo armó Marizza, tenemos una cita hoy— respondió —sos vos la que va a tener que irse—

—Estás equivocado, Pablo y yo tenemos una cita hoy, en este mismo lugar—

Pablo y yo intercambiamos miradas, sabiendo que nuestro plan estaba funcionando, aunque quizás no de la manera más ordenada.

—¡Están enamorados, pero son unos cabeza dura!— murmuró Pablo, apretando el puente de su nariz con frustración.

—Shh, no podemos delatarnos todavía— le recordé, aunque no pude evitar sonreír emocionada

—Pilar, ¿por qué tendrías una cita con Pablo?— Tomás frunció el ceño, claramente molesto —Pablo no tiene citas con nadie ¿en serio pensas que tendría una con vos?—

—Eso mismo te pregunto a vos, ¿qué te hace pensar que Marizza tendría una cita con vos?— replicó Pilar, cruzando los brazos —A Marizza nunca le interesaste, ella tiene ojos para una sola persona y no sos vos—

La tensión entre ellos era fuerte, intensa, pero en lugar de tomar distancia, ambos dieron un paso hacia adelante, casi como si la confrontación fuera una excusa para acercarse.

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⏰ Última actualización: Aug 30 ⏰

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