Capitulo cincuenta y siete.
Marizza.
Llegué al campo de deportes, luego de haber terminado el día de clases, el cual por cierto, fue interminable para mí. Caminé por todo el Elite Way en búsqueda de Mia Colucci, este era el último lugar que quedaba por revisar. Claramente, ahí estaba. Sentada en medio del gran parque, haciendo un picnic junto a Manuel.
Al parecer, el picnic ya había terminado, porque de la comida solo quedaban migajas, y ellos estaban sentados uno en cada punta de la manta, en una escena quizás hasta incómoda, sin hablar ni mirarse. La tensión en el aire se sentía.
Me acerqué con cuidado, sin querer interrumpir pero al mismo tiempo, necesitando la ayuda de Mia. Me detuve a unos metros, dudando si debía acercarme más. Mia fue la primera en notar mi presencia. Levantó la mirada y una mezcla de sorpresa y algo más que no pude descifrar pasó por su rostro.
—Marizza, ¿qué haces acá? —preguntó, intentando sonar casual, pero su voz delataba cierta incomodidad.
—Perdón, perdón, juro que no quiero interrumpir, Mia. Pero necesito hablar urgente con vos, desde ayer que no dejo de pensar en lo que dijiste —contesté, tratando de mantener mi voz baja para no molestar más. Manuel no dijo nada, pero su mirada me hizo sentir como si estuviera invadiendo un momento privado —Perdón, en serio no quiero molestar, pero si no fuera una urgencia... estoy desesperada—
—Ya, siéntate y cuéntanos antes de que me arrepienta —dijo Manuel, su voz era calmada pero firme. Mia y yo intercambiamos una mirada, y ella asintió, invitándome a unirme a ellos en la manta.
Me senté entre ellos, sintiéndome un poco incómoda al principio. La atmósfera seguía siendo tensa, pero ya no tenía nada que perder, necesitaba ayuda, de quien sea. Si, a este extremo había llegado, sentía que en algún momento perdería la poca cordura que me quedaba.
—Gracias, siento que si no hablo con alguien, voy a enloquecer... estoy a punto de hacer algo malo—empecé, intentando encontrar las palabras adecuadas —Es muy malo... o no, tal vez no.. ay, no lo sé... necesito que me detengan—
Mia me miró con preocupación y Manuel frunció el ceño.
—Tranquila, Marizza, respira y cuéntanos desde el principio — ordenó Mia
—¿La historia larga o la corta?— traté de estirar aún más el momento
—Marizza...— dijo en tono de regaño Manuel
—Okey, okey... comenzó hoy en el recreo largo, yo me junté con Tomás, para hacer el trabajo de arte... Dios, estúpido Andrade y su maldito trabajo— inhalé —En fin ¿saben a quienes más se les ocurrió reunirse para hacer el proyecto? si, a Pablo y Pilar, en el mismo lugar que nosotros ¿pueden creerlo? estábamos los cuatro en la biblioteca, pero completamente alejados, porque ni loca me sentaba junto a ellos, eso si que sería incómodo—
—Bueno... ¿y?— preguntó Mia
—Yo me perdí de una parte creo— dijo Manuel, con el ceño fruncido —¿Estas celosa de ellos? no entiendo nada—
—Como la tienen con los celos ¿por qué todos dicen lo mismo?— respondí frustrada —Simplemente es incómodo, déjenme explicarles, esto, comenzó así...—
Flashback.
—Entonces, yo creo que si usamos el tema de renacimiento como inspiración...— oí decir a Tomás, pero toda mi atención se enfocó en Pablo, llegando a la biblioteca junto a Pilar, ellos charlaban animadamente, el sostenía sus libros mientras la morocha decía algo que lo hacía reír. Sentí mi sangre hervir en ese mismo instante.
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The acting
Fiksi PenggemarPablizza|| Adaptarse a un colegio pupilo jamás es fácil, mucho menos si estudiaste casi toda tu vida en casa. Esta adolescente inadaptada llega al Elite Way School para cambiarlo todo ¿o todo la cambia a ella? su alter ego se hace presente para revo...