XVIII

802 61 26
                                    


Entre a la fiesta abrazada a Manuel, todas las miradas fueron hacia nosotros como siempre.

Todo nuestro curso estaba ahí, y solo los chicos más populares de quinto y sexto también. Al parecer Pablo Bustamante era exigente con las personas que invitaba, no había nadie menor que nosotros. Solo los más grandes y más populares.

—No puedo creer lo lindos que se ven— exclamó Luna al vernos —¡están hermosos!—

Manuel tenía un jean azul oscuro y una camisa blanca, se podría decir que estaba bastante lindo. Nos veíamos bien juntos, hay que admitirlo.

—¿Nos perdimos de algo acá?— preguntó Nicolás —están muy juntos ustedes ¿no?—

—Se perdieron de mucho— aseguré yo —Ni se imaginan—

—Marizza y yo estamos de novios— beso mi mejilla

—¿Qué?— Luján se acercó a nosotros junto a Pilar —¿escuche bien? ¿ustedes están juntos?—

—Si chicos, nos pusimos de novios— dije un poco más fuerte de lo normal, con la intensión de que todos me oigan —estamos muy felices—

Pilar y Luna chillaron, Nico dio saltitos y Luján chocó los cinco con Manuel. Era feo mentirle a mis nuevos amigos, pero prácticamente todo en mi era una mentira, todo en mi era actuado. 

—Era hora, Manuel— dijo la rubia— yo te dije que te tenías que declarar, siempre supe que iban a terminar juntos—

—¿De que hablas?— fruncí el ceño

—¿Quién se puso de novio?— llego Tomas a donde estábamos nosotros

—Nosotros—nos señale a Manuel y a mi

—Te felicito Marizzaa— se abalanzó sobre mi para abrazarme —y vos tene cuidado mexicano, mira que la colo me cae bien... ella no lo sabe, pero va a ser mi amiga—

Claramente Escurra ya estaba bajo los efectos del alcohol... y no se si alguna otra sustancia más, hay cosas que prefiero no saber.

—Tranquilo que la voy a cuidar como a nadie, ahora que la tengo nadie la va a lastimar— aseguró dulcemente

—Bueno basta de cursilería— dije yo —¿Vinimos a bailar o a qué?—

No estaba acostumbrada a los halagos, a las muestras de afecto, a las palabras dulces... solo de parte de mi mamá, quien es la mujer más intensa del planeta, luego nada más. Y al parecer Manuel era todo a lo que yo no me acostumbraba.

Todos estuvieron de acuerdo conmigo y terminamos bailando en una gran ronda, la decoración era escasa, las luces estaban apagadas y en su lugar habían algunas lucecitas de colores, luego todo eran bebidas, solo y exclusivamente alcohol, cervezas, licores, vinos... cosas que claramente no pienso probar, necesito mantenerme controlada si quiero que todo salga como me lo espero.

—Amiga, anda al centro— Pilar me empujó al medio de la ronda de baile, yo sin siquiera pensarlo seguí bailando, intenté mover mis caderas con sensualidad, cerré los ojos y me deje llevar.

Si hay algo que heredé de mi madre fue eso, su habilidad para bailar y la sensualidad con la que lo logra, es algo natural en nosotras, en momentos así ser hija de Sonia Rey no es tan malo, hasta es una ventaja, un privilegio.

La ronda era cada vez más y más grande, todos me alentaban a seguir haciéndolo y yo no pensaba detenerme. Me sentía libre haciendo lo que amaba, bailar.

Nunca antes había tenido toda esta atención, nunca antes había bailado entre tantas personas, nunca nadie me había visto bailar así. 

Todo era nuevo para mí y amaba disfrutar cada pequeño detalle, estaba empezando a vivir después de quince años, comenzaba a disfrutar la vida, a apreciarla como nunca antes. 

The actingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora