capitulo 5:

105 5 0
                                    

Estaba acostada en mi cama, tenía los brazos alrededor de mi cuello cubriéndome el rostro. Había apagado todas las luces de mi habitación con anterioridad. Mi madre se había marchado hacía ya varios minutos.

Tenía los ojos cerrados haciendo cualquier tipo de mérito para quedarme dormida, pero al perecer ninguno de ellos tenía un resultado aparente. Nunca te has preguntado ¿Por qué pasan las cosas? Digo, todo absolutamente todo lo que nos rodea existe por alguna razón, que, aunque no conozcamos aun, ahí está y estará ahí siempre; no solo en formato físico, sino también en tu memoria.

Ahora mismo mi cabeza está llena de pequeñas imágenes que me hacían recordar aquel momento. Estas imágenes que me hacían recordar aquel momento… estas imágenes que me torturaban impidiéndome ocupar mis pensamientos en algo más.

¿Le tengo que decir a alguien? ¿En verdad podría confiarle a alguien esta situación tan delicada? Tenía la confianza suficiente en Alison y Sam, pero… esto es tan personal para mí y para Charlie. No arriesgaría a Charlie en esto, lo haría por el más no por mí.

Al parecer en algún momento de mi largo debate mental me quede dormida, me levante exactamente en la posición que recordaba ¡demonios! Hoy era viernes ¡¡viernes!! El ultimo día de clases de una extensa semana ¡un día en que veré a Charlie! ¿Qué hare? ¿Cómo me comportare? ¿Cómo se comportara él? ¿Me tratara igual? ¡Dios! Estoy haciendo muchas preguntas y mi despertador frenético me recuerda que voy tarde a la escuela.

Iba corriendo, literalmente corriendo por llegar a tiempo a mi primera clase ¿primera clase? ¡A la mierda! Mi primera clase es con el profesor Charlie. Saque mis pensamientos absurdos pero precisos de mi cerebro, seguí corriendo mi recorrido frenético hasta que llegue al aula. La puerta estaba cerrada, entonces Charlie ya había entrado junto con todos mis compañeros. Me plante en la puerta, tratando de tranquilizar mis latidos, estaba armándome de valor. Toque la puerta unas 6 veces hasta que esta se abrió. La luz que emanaba el aula me ilumino completamente. Ahí  estaba el, siempre tan presentable, elegante con su camisa perfectamente limpia. Con un rostro tan adorable, tan lleno de energía que me miraba expectante

-Disculpe profesor por llegar tarde ¿me permite pasar por favor?-pregunte totalmente llena de miedo. Charlie sonrió, mostro su bella dentadura y levanto su mano

-Tome asiento señorita Emma-me contesto. Asentí y camine con ambos pies tan rápido como jamás lo había hecho. Charlie comenzó la clase o continúo con lo que ya estaba explicando anteriormente. Me limite a observarlo ¿Quién era Charlie? Nadie en la escuela sabía muy bien quien era aquel apuesto maestro de literatura, solo sabían su nombre y ambos apellidos, con esfuerzo sabían su edad. Pero Charlie era una masa de misterios ¿Por qué me trataba así? ¿Siempre me había estado tratando así? O es solo que antes no lo notaba. La orden de Charlie me saco de mis pensamientos, nos había mandado leer un capítulo de una novela que él había elegido.

 Camino hasta su escritorio y tomo asiento. Me agradaba observarlo leyendo, fruncía los labios haciendo una curiosa mueca, me reí ante su sonrisa torcida. Sus pómulos se marcaban como si estuviese a punto de soltar una sonrisa. Sus ojos se paseaban por toda la hoja leyendo cada renglón con demasiado detenimiento, sus ojos proyectaban una gran ansiedad, una gran pasión. Talvez ese era el libro favorito de Charlie. Su mirada tan extasiada por terminar una página pero tan desesperado por comenzar la otra me hacía volver al inicio de todos mis pensamientos ¿llegaría realmente a conocer a Charlie?

La clase finalizo con un aire dramático, todos los alumnos salieron del aula. Sam, Alison y yo fuimos las ultimas en salir. Levante mi mochila del piso y me encamine hacia la puerta, voltee a ver a Charlie y se encontraba calificando lo que podría decirse eran exámenes de otro grupo. Seguí mi camino, con una mano tenia sujeta mi libreta y con la otra mi mochila. Por lo cual era tan difícil de llevar mis cosas sin que se cayesen como parece.

La última carta de CharlieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora