capitulo 19:

71 4 0
                                    

Los ruidos que emanaban mis amigos no me dejaban pensar con claridad, cada uno incitando a que se repitiera la acción. No lo permití, esta vez una parte de mi me lo recriminaba.

Cuando fue mi turno rete a Sam a darle un beso a Logan. Lo hizo sin pensarlo ¡por supuesto! Ellos 2 estaban enamorados. Deje de participar a los pasados minutos, no quería voltear a ver a ninguno de mis amigos al rostro, mucho menos a Cristian.

-Emma ya vámonos- me comento Jasón al tiempo en el que todos tomaban sus cosas para marcharse. Me puse de pie y camine hacia la salida del parque. Me quede esperando en la acera, Alison se acercó para despedirse, Cristian la llevaría a su casa. Cristian también se acercó para despedirse, me tomo de la muñeca hasta que se topó con mi oído

- le mandare saludos de tu parte a mi hermano- susurro. Un escalofrió me recorrió de pies a cabeza ¿me estaba amenazando? Una amplia sonrisa rompió su rostro

-cálmate Emma- volvió a susurrar. Solo había sido una broma. Caminaron ambos tomados de la mano hasta perderse en la tarde que se reflejaba en las calles. Voltee mi vista hacia atrás, Sam y Logan me miraban arrepentidos mientras que Jasón estaba liviano y feliz.

-¿vamos?- pregunto Sam. Asentí y camine hacia su coche,  deteniéndome en la puerta trasera para esperar a que lo abriera. Subí al coche y me senté abrochando mi cinturón

-Emma ¿iras el viernes con Charlie?- pregunto Sam volteando por el retrovisor

-si-

-¿enserio? ¿Qué haces por haya?- secundo Logan ¡¿Cómo demonios sabía que iba a esos cursos con Charlie?!

-Si- volví a repetir – solo voy para ensayar todo mi dialogo, a quitarme un poco los nervios que sentiré el día de la presentación-

-suena ¿divertido?- contesto Jasón. Ni siquiera voltee a verlo. Al notar mi poca disponibilidad para entablar una conversación Sam cambio rápidamente de tema centrándose en Logan y Jasón. Agradecí mentalmente aquel acto.

Aparcamos frente a mi casa. Baje del auto rodeándolo, me incline sobre la ventanilla de Sam. La bese en la mejilla y me despedí de ambos. Un portazo me hizo reaccionar. Jasón estaba abajo del auto pero también frente a mi ¡por favor camina a tu casa! El coche arranco y nos dejó a Jasón y a mi persona frente a frente. Voltee mi rostro y camine hacia mi casa

-Emma- me hablo Jasón. Seguí fijando mis pies hasta tocar con mi puerta, saque la llave y la abrí. Un borrón pasó frente a mis ojos empujando la puerta para abrirla. Cuando entre el me esperaba dentro, cerré la puerta tras de mí y me quede estática en mi lugar. Camino y me aprisiono contra la dura caoba

-Emma no te molestes por el beso- me pidió. Baje la mirada ¿estaba molesta por el beso?

-no estoy molesta- le asegure de mala manera

-si lo estas Emma- volvió a repetir. Paso su mano por su sedoso cabello peinándolo hacia atrás        –es que te veía tan distante y a veces tan seria y aburrida que pensé que te vendría bien un poco de juego-

-¿soy un maldito juego?-

-no ¡Dios no! Deja de malinterpretarlo todo- me soltó y camino hacia la sala de estar. Lo seguí rápidamente hasta sentarme frente a él en el sofá

- Emma, lo hice porque pensé que te gustaría saber que para tu mejor amigo eres indispensable- entrecerré los ojos

-¿de verdad?-

-¿no lo habías notado?- suspiro y se aventó hacia atrás pegando su cabeza al respaldo del sofá. Una transparente mesa de vidrio nos separaba. Las pocas luces que estaban encendidas debido a la oscuridad de la pasada tarde reflejaban la frustración que se podía sentir en estos momentos

 – ¿recuerdas la vez que te dije que estaba enamorado de alguien, pero que no podía hacer nada al respecto?-

-si-  mis manos comenzaron a sudar. Una tremenda sensación me recorrió toda la nuca. Jasón volvió a reclinarse hacia el frente, junto sus codos en sus rodillas y se tallo el rostro

-después de tantos días de conocernos... debo decírtelo-  prosiguió. Seguía sin levantar la vista. Un ataque de nervios me estaba sobrepasando –la verdad es que desde el primer día que te conocí quise gritártelo, pero algo me lo impedía-

-Jase- le susurre tragando saliva

-Emma es algo que me tiene atado de manos, y la verdad es que confió lo suficiente en ti para hacerlo y bueno, eres muy especial para mí. Demasiado- sus labios hacían ligeras muecas cada vez que los nervios se apoderaban de el

-Jase- volví a repetir temerosa, con un tono de voz un poco más fuerte que el anterior

-entonces unos nuevos sentimientos comenzaron a explotar en lo más profundo de mi alma y creo que ha llegado el momento de decírtelo- ¡no no no no! Esto no podía estar ocurriendo, no con Jase. No ahora

-¡Jasón!- dije ahora con un tono fuerte. Sus ojos encontraron los míos. Una chispa de entusiasmo se reflejaba en ellos


-¡Emma déjame hablar por favor!- rogo juntando sus cejas –necesito decirte esto... porque no sé si tendré el valor para hacerlo después- parecía una súplica ¿podría superar el escuchar lo que tenía que decir? Me confundí por un momento. Creí que Jasón podría ser mi mejor amigo, pero con esta declaración ¿Qué haría si Jasón estuviera enamora...?

-soy gay-

-¡¿Qué?!- grite asombrada. Mis ojos casi se salen de mis cuencas oculares

-soy homosexual ¿me gustan los hombres?- pregunto confuso. Sus ojos eran tristes ¡rayos! No había sido una buena respuesta. Me puse de pie y me senté en la orilla de la frágil mesa, tome su rostro entre ambas manos y lo obligue a que me mirase de nueva cuenta

-¿Por qué no me lo dijiste antes?- mi voz era tranquila y suave. Frunció su ceño ante mi pregunta

-¿no estas molesta?-

-¿Por qué habría de estarlo?- le volví a preguntar

-algunas personas critican mucho a los homosexuales- sus ojos estaban cristalinos. Pero no de tristeza, más bien de alegría

-Hay Jase-me acerque aún más recostándolo en el sofá. Me senté en sus rodillas y lo abrase por el cuello –Jasón te aceptare tal y como eres, eso nunca lo dudes- le asegure. Me apretó contra su firme pecho mientras yo me amoldaba a su cuerpo

-estoy enamorado de un compañero de mi clase... eso es algo muy malo Emma- comento. Me  enderece rápidamente. Una carcajada liviana se escapó de mis labios, le tome el rostro de nueva cuenta

-hay algo mucho más malo que eso Jase- su rostro se deformo debido a la duda al que lo había expuesto –estoy enamorada de Charlie... mi profesor de literatura- escondí mi rostro en el espacio entre su cuello y su clavícula. Fruncí el ceño, Jasón no pronunciaba ninguna palabra

-Emma- me hablo. Tenía una enorme sonrisa en el rostro. Hacia una mueca, se estaba ahogando una carcajada

-¿Cuándo seremos normales?- pregunto riendo. Lo abrase completamente estrujándolo con todas mis fuerzas como si algo o alguien pudiera arrebatármelo.

-espero que nunca- le conteste. Ambos sonreímos ante la nueva etapa que nos esperaba en esta amistad. 

La última carta de CharlieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora