Capitulo 26:

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-No lo creo-

-¿Por qué lo dices?- voltee a verlo ceñuda ¿No se suponía que yo debía hacerlo sentir mejor?

-Jasón es imposible-

-No lo es- me recosté en la suave y blanda cama de Jase

-¿No me habías dicho que estabas enamorada de él?- suspire ¡Pero claro que lo estaba!

-Si lo estoy- respondí. Jasón no era ningún extraño y tanto el cómo mis amigas sabían la verdad

-¿Lo despreciaras?-

-¿Se está ofreciendo?- tape mi rostro con ambas manos ¡Era tan complicado!

-¡Emma!- me regaño. Quite mis manos rápidamente -¿te atreverás a hacerlo?- hice una mueca. La forma en la que Jasón planteaba la situación me hacía parecer la ridícula mujer que no acepta a su amor verdadero

"¡¿Y no lo eres?!" me recordé

-No Jase... soy demasiado vulnerable para negarlo- no podía engañarme. No serviría de nada negarme a los crecientes sentimientos

-¿Entonces?-

-Entonces... ¿Qué?- abrí un poco más mis ojos creando suspenso. Me recargue sobre mis codos para poder verlo completamente. Jasón pasó su pierna por encima de la cama

-¿Me podrías prometer algo?- junto sus cejas ¡Dios! Estaba suplicando. Parpadee lentamente suspirando. Voltee los ojos

-¿Qué cosa Jase?-

-Prométeme, que si algo llegase a pasar con Tigo y Charlie- vacilo durante un momento aparentando buscar la palabra indicada -¡No serás una idiota!- lo observe admirada ¡Por fin alguien me hablaba sinceramente! Me quede callada unos segundos. Era fácil darte consejos, decir que hacer, como actuar o cosas por el estilo. Pero ¿La realidad? La realidad es bastante confusa, cada acción cualquiera que pase, por cualquier momento cambiante tendrá una reacción distinta ¿Por qué? Nadie sabe cómo actuara hasta estar frente a frente con la situación

-De acuerdo-

-¡¿De acuerdo?!- grito entusiasmado. Tapo su boca con ambas manos fingiendo arrepentimiento

-Eso fue lo que dije-  me arrastre hasta posicionarme a su lado. Jasón se puso de pie rápidamente y rebusco en su escritorio. Tomo un pequeño bolígrafo y como si fuese su tesoro más preciado se acercó hasta mí de nueva cuenta. Me lo mostro unos segundos antes de sentarse recargando su espalda en la base de la cama

-ven- me pidió. Lo obedecí, me tenía curiosa con tantos movimientos misteriosos. Coloco su mano sobre el suelo y con la otra sostenía el bolígrafo. Abrió todos los dedos  pasando lentamente la punta del bolígrafo por cada espacio que había entre uno y otro

-Si paso todos los espacios rápidamente yo te prometeré algo a cambio- seguía jugando con cada uno de los espacios, aun a una lenta velocidad

-¿Qué cosa?- no podía despegar mi vista del bolígrafo. Aunque ese artefacto no fuera filoso, le dolería muchísimo si llegase a golpear la punta

-Mira, cuando logres hacer 2 vueltas rápidas- subió las cejas. Asentí, puso la pluma justo en el dedo meñique –al final dirás tu promesa... será como si el destino te ordenara si podrás hacerla o no ¿entiendes?-

-¿y si te lastimas?- pregunte asustada. Lo que menos quería era tener que curar un hueco en los delgados dedos de Jase. Se burló pasando fuertemente el bolígrafo de nueva cuenta

-La única forma en la que vas a prometerme algo será si ninguno de tus dedos resulta lastimado-sonrió maliciosamente -¿ves cómo influirá el destino?- su mirada cambio rápidamente. Ahora estaba hablando enserio. Asentí lentamente aun no muy segura de poder cumplir con el requisito

La última carta de CharlieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora