La última carta de Charlie

capitulo 13:

-Necesito aprenderme todo esto para el viernes- les dije a Alison y Sam mostrándoles todas las hojas de información

-Querrás decir para mañana-

-¿Qué? ¿Mañana es viernes?-

-Si- contesto Alison asintiendo -¿no se supone que iras al curso con Charlie?- mi mente se nublo unos segundos. Lo había olvidado completamente. Tendría que ir con Charlie… pero ¿Qué tal si no lo hacía? Era demasiado cobarde como para intentarlo.

-cierto- comente en un tono indiferente –espero que, bueno… todo salga bien- tenía una sonrisa nerviosa en el rostro. Estoy segura de que ambas chicas la notaron, pero pese a eso, me sonrieron en respuesta.

-Sam ¿Cómo te fue con Logan?- quería cambiar el tema y mantenerlo lo más alejado posible de mi

-Pues, creo que le gusto-dijo en un tono muy bajo. Su mirada estaba cabizbaja, como si se avergonzara de algo

-Hey- le conteste captando su atención –no sientas vergüenza. Tú y Logan se ven muy bien como pareja- levanto su mirada y se posó en mi durante unos segundos

-el me gusta mucho a mi-susurro de la misma forma. Voltee a ver a Alison pidiéndole ayuda con la mirada. Asintió y sonrió

-¿Qué hicieron?- le pregunto

-Salimos al parque y bueno… logan se disculpó unas 10 veces más por lo ocurrido, pero luego se relajó y platicamos muy tranquilos-

-¿saldrán  de nuevo?-

-Sí. Bueno, talvez. La verdad no estoy segura. Menciono algo pero no lo confirmamos- no entendía porque Sam tenía esta actitud. Pero no me gustaba verla así. No a ella ni a ninguna de mis amigas.

-Sam… en verdad que me alegro mucho por ti- le dije sonriendo

-¡Wow! Nuestra pequeña Sam ¡por fin se ha enamorado!- grito Alison. El rostro de Sam se tornó color rojo y susurro algo que no fui capaz de escuchar. A nuestras espaldas se escuchó el timbre. Alison iría a clase de música contemporánea, Sam a clase de artes (con Logan) debo agregar…y yo, yo iría con Charlie. Normalmente nuestras clases son juntas, pero con el cambio que  de maestros de nuevo ingreso nos dieron la libertad de elegir de nuevo las clases y modificar las que son de segundo grado. Como la música, el arte y la literatura.

Nos despedimos y me encamine hacia el salón, que en este caso se llevaba a cabo en el último edifico de la planta B.

Me gustaba mucho caminar por la escuela, me daba libertad de observar el paisaje. La escuela a pesar de no ser la mejor del país, contaba con hermosas áreas verdes las cuales me encantaba visitar. Saque mi celular para verificar la hora. Iba 10 minutos antes a la clase así que saque mis audífonos y me los coloque, reproduje la canción a todo volumen permitiéndome el gusto de empaparme de ella. Las vibraciones resonaban en mis oídos. La melodía se paseaba galante delante de mí con aires de superioridad y sonrisas egocéntricas, entonces por un momento… todo desapareció. Ya no estaba en la escuela. Solo estaba la melodía y yo. No más profesores, ni alumnas. No más edades ni tampoco estereotipos. No había reglas, la edad era solo un número más… no era una forma de ver cómo comportarte a tu edad. Las garras de la melodía me hacían imposible soltar el fuerte agarre felino en el que me encontraba. Me comencé a mover al ritmo lento y melódico. Levante los brazos y los agite suavemente por sobre mi cabeza. Tenía ganas de hacer esto, nada importaba. Al menos no ahora.

Sentí unas manos rodear mis ojos. Me los cubrían aprisionándome. Me asuste y sentí vergüenza de que alguien hubiera podido verme de esta forma. Me quito el audífono y mi piel se erizo conforme su presencia invadía el espacio

-Lo malos de tener audífonos- articulo cerca de mi oído. El calor de su aliento me hacia titubear. Mis manos comenzaron a temblar salvajemente –es que no puedes escuchar lo que pasa a tu alrededor- susurro de la misma forma. Creí reconocer la voz, era idéntica al tono de Charlie. Pero no me atreví a encararlo, estaba demasiado nerviosa como para hacerlo. Me soltaron pasados los segundos requeridos. Paso su mano por todo mi brazo hasta tocar mi muñeca. La sujeto y la alzo un poco. Mi respiración era agitada y casi podía escuchar el latir desbocado de mi corazón. Acaricio mis dedos y de pronto ya no sentí su presencia. Mis ojos estaban sellados y con esa misma postura me di la vuelta lentamente. Abrí los ojos de uno en uno. Pero no había nadie enfrente de mí, ni siquiera alguien a lo lejos. Me cruzo el pensamiento de que talvez todo esto podía ser producto de mi imaginación pero todo se sentía demasiado real para serlo. El calor de su aliento, y su suave voz acompasada. Alce mi mano para tocar mi oído y efectivamente no estaba mi audífono ¿Qué acaba de ocurrir? Rápidamente me coloque el audífono de nuevo y camine a paso veloz tratando de mantener mis pensamientos fuera de mi mente y dejarlos prisioneros en ese lugar. No sabía que había ocurrido, pero tampoco quería preguntármelo mucho.

Llegue al salón de Charlie y me senté en mi asiento como si alguien fuera del aula me acechara. Ahí estaba Charlie observándome con ojos burlones. Entrecerré mi mirada sin despegarla de la suya y como respuesta sonrió ampliamente antes de que los otros compañeros comenzaran a llegar también. Baje mi mirada avergonzada temiendo que Charlie hubiese sido aquel extraño suceso.

Durante la clase ni un solo momento levante la cabeza. No quería parecer obvia, pero simplemente no me provocaba levantarla. Las actividades de Charlie eran bastante comunes. Eran sencillas para alguien que conocía el tema o que lo hubiera estudiado con anterioridad, por lo cual siempre terminaba de primera. Pero, nunca revisaba en ese orden… esperaba a que mis demás compañeros se acercasen, pero el problema era que luego se formaba un aglomero de gente por lo cual, todas y cada una de las ocasiones revisaba de ultima.

Cuando me acerque para calificar mi trabajo ya habían timbrado. El aula estaba despejada así que solo estábamos Charlie y yo. Me baje las mangas dela sudadera y me las coloque en la barbilla

-Emma- me hablo Charlie. Levante la mirada y me encontré con la suya- tu trabajo resulto…- hizo algunas muecas como tratando de recordar la palabra perdida. Sonrió y asintió más para sí mismo –exquisito- sus mejillas formaban una tentadora sonrisa torcida ¿EXQUISITO? ¡Que rayos significa eso! Me cubrí el rostro con las manos debido a la vergüenza que esa palabra me provocaba, pero Charlie no me lo permitió. Aparto rápidamente mis manos sosteniéndolas

-no lo hagas-

-¿Qué cosa?-

-privarte- su presencia se acercaba lentamente. Generalmente hubiese salido corriendo. Pero en este caso, la puerta del aula se encontraba cerrada y bajo todo este drama, algo me resultaba bastante cómodo. Mi cuerpo no reaccionaba y mis ojos no podían despegarse de Charlie –no te prives frente a mi Emma. No con migo por favor-

-no es tan sencillo como parece profesor- mi actitud había cambiado eficazmente. Me ponía bastante mal que las personas quisieran cambiar mi actitud solo porque no era de su agrado. Charlie se burló irónicamente y se recargo en su respaldo soltando mis manos

-me encanta cuando me llamas profesor- lo mire con los ojos atónitos ¡¿Qué acababa de decir?!    –Aquí está su cuaderno señorita- me lo entrego. Sus ojos develaban una inmensa burla. Como si hubiese estado todo el día esperando a que llegara el momento de presumir y restregarme en la cara lo increíblemente perfecto que es. En mi mente se formó una sonrisa juguetona. El profesor tenia esta actitud de vanidad y superioridad las 24 horas del día. Bueno, ¿Qué se sentirá ser como él? Charlie no iba a ganar. … simplemente no era el caso

-me encanta cuando me llama señorita profesor- le conteste de la misma forma. Su mirada estaba petrificada ¡por fin había ganado un punto!

Emma: 1

Charlie: 187

Me di la vuelta y lo deje solo con sus pensamientos revueltos. Ya había tomado la mochila, así que no fue problema salir del aula. Llevaba una enorme sonrisa de superioridad y mentalmente me di flores y medallas por este maravilloso acto que acaba de pasar. Tome una foto mental de su hermoso rostro congestionado que siempre llevaría con migo en el pensamiento.