Hoy era viernes lo cual significaba que tendría que ir al auditorio con Charlie. Estaba sentada en una banca esperando que tocasen para que comenzara la clase de idiomas
-Sam ¿Cuándo saldrás con Logan?- le pregunte. No tenía nada mas de que hablar. Y en realidad de verdad quería saber lo que sucedía entre ellos
-El sábado- contesto indiferente. No despego la vista de sus papeles en ningún segundo -¡Es el sábado! ¡¿Qué me pondré Emma?!- sus preguntas me sobresaltaron. Los papeles que tenía en la mano se encontraban esparcidos en el suelo y Sam estaba de pie caminando de un lado a otro tratando de controlar sus emociones — ¿Qué hago?- pregunto de nueva ves al notar que no le había contestado a la primera.
-Sam- le dije indicando con un gesto que se sentase a mi lado — No.1: él te quiere tal y como eres. No.2: tienes que ser tú misma-
-por dios ¡no sé qué hacer!- se cubrió el rostro con las manos y se encogió en la pequeña banca. Me reí de su reacción sobreactuada. Pero no la culpaba. Así me sentía yo misma en estos momentos.
-Hola- saludo Logan sentándose al lado de Sam. Le sonreí en respuesta y me limite a guardar mis cosas. Sam se levantó de inmediato y el chico se pasó las manos por el cabello nervioso. Me despedí de ellos para darles algo de privacidad y camine hacia el centro del instituto. Talvez podría comprar algo de tomar, mi garganta estaba seca a esta hora de la mañana
-Emma- escuche que me llamaron. Me tocaron el hombro así que voltee a verlo. Era Charlie. Mis piernas flaquearon y se convirtieron en un flan. Mi corazón comenzó a palpitar velozmente. Mi estómago daba vueltas y mi cabeza junto con ella. "¿así quieres ir con él al auditorio?" me recordé.
-Hola profesor- le conteste. Tenía algunos mechones de su sedoso cabello encima de su frente. Un impulso por apartárselos me rodeo completamente
-solo quería confirmar si vendrás en la tarde... con migo- me comento cambiando su maletín de lugar. Siempre lo llevaba con él. A veces colgado sobre su brazo u otras simplemente sostenido por la correa. En algunas clases lo dejaba sobre su escritorio y yo me pasaba todos los minutos enteros admirándolo y descubriendo todos y cada uno de los detalles
-si — le conteste. Volteo su vista y se topó con la mía. Una chispa le brillo en los ojos —ahí estaré- complete
-será un placer encontrarla en el auditorio señorita Emma- me sonroje de inmediato y me limite a asentir. No tenía cabeza para hacer algo más. Se despidió y siguió su camino.
El resto de la jornada laboral paso más rápido de lo que me gustaría. Tenía ansias de encontrarme con Charlie a solas, pero mi estómago revoloteaba ferozmente en mis entrañas. Tenía que estar en el auditorio a las 5, lo cual me dejaba 2 horas libres para poder asearme y cambiar mi ropa.
Llegue a mi casa y cerré tras de mi la gran puerta color caoba que azoto contra el marco. Subí a mi habitación y tome una ducha rápida, saque unos jeans y una camisa abotonada. Saque mis converse color verde y los ate con más destreza de la que me esperaba. No era una chica para nada a la moda, pero eso no me importaba. Alguien me querría tal y como soy, incluyendo una chica sin estilo. Adoraba mis converse y no los cambiaría por nada.
Estaba a tan solo unos metros de auditorio y mis pies no dejaban de temblar. Me di la vuelta
-no pasara nada si falta el primer día- me dije mentalmente
-si pasara- dijo una voz desde lo más profundo de mi ser. Me podía visualizar con un ángel sobre mi hombro y un ente malvado en el otro
-solo es un día... un día mas, un día menos- le contesto el ente malvado
-debes de ser responsable con Charlie- le contradijo el ángel
-es solo un trabajo escolar... no pasara nada- la volvió a contradecir el pequeño diablillo
-si pasa-
-no pasa.
-si-
-no-
-si-
-no-
-si-
-no-
Mentalmente tenía una absurda pelea infantil. Así que con paso firme traspase la gran puerta de cristal en busca de Charlie. Llegue a la recepción y una mujer un poco joven me sonrío amablemente
-Busco el auditorio- le comente. La mujer ahogo una risa burlona y me sonrío a modo de disculpa
-querida, hay al menos 5 auditorios sin contar las salas de juntas- me sonroje rápidamente. Me sentí estúpida por no saber que responder — ¿no te dijeron el número del auditorio?- me pregunto. Negué con la cabeza
-vengo a practicar para el proyecto de literatura del instituto Matthew Brent- le comente. La mujer se sorprendió durante un segundo pero luego estiro sus mejillas
-haberlo dicho antes cariño- alzo sus manos para colocarlas frente al escritorio —es el auditorio número 5. Subiendo al elevador presionaras el último piso y saliendo de él te encontraras un gran pasillo. Hay muchas puertas, pero cada una tiene su respectivo nombre y función... encontraras el tuyo rápido- me anuncio. Le agradecí infinitamente el que me ayudara con tanta facilidad. Camine hasta el ascensor y presione el ultimo botón. Me aterrorizaban los ascensores, pero en estos momentos el nerviosismo por ver a Charlie me sobrepasaba.
Las puertas se abrieron y Salí al pasillo. Cada puerta tenía un letrero de metal que sobresalía hacia el pasillo en la parte superior. Tenía la vista alzada buscando el nombre del auditorio, las otras puertas eran oficinas que parecían estar remodelando. Finalmente al final del pasillo un letrero en letras plateadas me anunciaba mi destino "auditorio en prueba No. 5" había una puerta color negro con detalles en tono dorado. Tome las manijas, infle mis mejillas y solté todo el oxígeno comprimido
-No seas cobarde- me susurre para darme algo de ánimos. Me arme de valor y empuje la pesada puerta.
![](https://img.wattpad.com/cover/34226359-288-k271801.jpg)
ESTÁS LEYENDO
La última carta de Charlie
Teen FictionEmma Johnson una estudiante de preparatoria se prepara para su último año. Ansiosa por salir de la interminable etapa de las hormonas adolescentes se verá atrapada ante la fascinante mirada de su profesor de literatura Charlie. ¿Qué pasara cuando E...