Me levante 10 minutos antes de que mi despertador lo hiciera. No había podido dormir en toda la noche, continuamente solo daba vueltas en la cama para golpearme con la cabecera o los muebles a mis costados.
Me costaba tanto estar concentrada en contar estúpidas ovejas que decidí solo dejar mis pensamientos correr, total, siempre pensaba en Charlie.
Tome una larga ducha disfrutando el frio del agua, era algo que en verdad adoraba. El sentir como resbalaba para poder despertar. Cepille mi cabello dejándolo secar al aire, era un desorden. Cortarlo parecía una muy buena opción... talvez pasaría a la estética al salir de la escuela.
Después de vestirme baje a tomar el desayuno, desde hacía varios días había comenzado con la rutina de las vitaminas y hoy no era la excepción. Las alcance de la parte alta de la alacena sacando también un tazón transparente. Tras servir el cereal y unos cuantos restos de granola me senté para poder comerlo estaba tan delicioso que tuve que volver a colocar leche dentro de él. Mis manos temblaban y mi estómago dolía como los mil demonios ¡Rayos! Tendría que ver a Charlie y no sabía con qué cara iba a animarme para verlo ¡Sentía tanta vergüenza!
Me aliste para salir de casa y caminar hasta la escuela. La mañana estaba helada, menos mal que siempre llevaba puesto un suéter. La luz fresca de la mañana me hizo secar el cabello, ahora se veía de lo menos sano ¡Maldito sea mi cabello! Ahora estaba convencida... lo cortaría al salir de clases.
Pase por el portón principal temiendo encontrarme con Charlie. La última clase la tenía con él y por una extraña razón no quería entrar a verlo.
Decidí tomar asiento un poco escondida bajo las escaleras del edifico donde tocaba mi primera clase, aquí esperaría a que llegasen Alison y Sam. Saque mis audífonos de la mochila conectándolos a mi celular.
Observaba a mis compañeros, los hombres con los hombres. Las mujeres con las mujeres. Los novios besándose como si no hubiera un mañana y yo aquí esperando que mis amigas me hicieran compañía. Desde este ángulo podría ver a cada compañero que iba llegando... todos llegaban apresurados, casi corriendo por entrar a sus clases. ¡Pobres! No sabían que habían llegado 15 minutos antes. Tenía la vista fija en el portón... y muy tarde me di cuenta que Charlie estaba parado justo donde se cruzaba mi mirada. Tenía la vista agachada tratando de arreglar los documentos que en su portafolio estaban apretujados. Con el dedo índice comencé a buscar desesperadamente la cámara de mi celular. La encontré casi al instante, hice un pequeño zoom sobre el rostro de Charlie. Su perfecto perfil quedaba casi de marco para la fotografía, sus labios aun resaltaban por el suave brillo de la luz sobre su rostro. Sonreí, lo que más me gustaba... era que últimamente, solo estaba feliz. Con un suave clic estampe a Charlie desde mi celular, ahora podría tener un pequeño recuerdo de él cada noche que su rostro me pareciera lejano.
Detrás de él una jovencita llamo mi atención, era Sam quien intentaba hablar con Charlie para poder burlarse de mis reacciones. Apreté los labios amenazándola con la mirada ¡Maldita sea! Con esfuerzo había logrado conseguir una foto de Charlie sin que presenciara mi grado de locura.
Con pasos juguetones se acercó hasta estar frente a mí, con su mano derecha sacudió el espacio contiguo y se dejó caer juntando ambas rodillas. Teníamos la misma posición en estos momentos
-¿Cuánto llevas observándolo?-
-Lo suficiente- conteste sin dejar de hacerlo ¡Era tan difícil!
-¿Cuándo le dirás a Charlie que lo amas?- pregunto cerca de mi oído. Con rapidez voltee mi mano para poder cerrar su boca de un golpe. Sonrío bajo mis manos ¡Dios!
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La última carta de Charlie
Teen FictionEmma Johnson una estudiante de preparatoria se prepara para su último año. Ansiosa por salir de la interminable etapa de las hormonas adolescentes se verá atrapada ante la fascinante mirada de su profesor de literatura Charlie. ¿Qué pasara cuando E...