Capitulo 34:

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Llegue temprano a la escuela... no había podido dormir nada la noche anterior. Alison me había llamado muy tarde para decirme por teléfono que su cena de cumpleaños no se llevaría a cabo la próxima semana. Si no está.... Para ser específicos el viernes de esta semana.

El pequeño hecho de que fuese en viernes no me cayó del todo bien, los viernes eran los únicos minúsculos momentos en los que podría estar con Charlie sin tener que fingir o actuar predeterminadamente frente a alguien.

Aun si acepte. No podía decepcionar a alguien tan importante como Alison. Anoche estaba segura de mi decisión, la adrenalina de recordar la infante reacción de Charlie avivo mis deseos de venganza.... ¿ahora? Ahora ya no estaba segura. Deseaba disculparme ante su mirada de: "sabía que vendrías a verme"

De cualquier forma, hoy era otro día. Podía tener la oportunidad de disculparme si en dado caso yo había sido la culpable de su mala actitud... lo encararía si en ese preciso momento mis ánimos estuviesen por la nubes, y no por los suelos como usualmente se encontraban. Entre corriendo al aula de Física aun segura de que era demasiado temprano como para que el profesor llegase.

Me recargue sobre el mesa banco recargando mi barbilla sobre la parte interna de la palma de mi mano ¿Qué pasaría si Charlie tuviese mi edad? ¿Si estudiara en el mismo instituto que el mío?

Todo. Absolutamente TODO habría sido diferente.

Conservando su rostro juvenil llegaría temprano todos los días, al menos 20 minutos por delante del reloj. Tendría una deslavada mochila color azul marino. Seria toda una sensación entre las jovencitas.

Llevaría unas zapatillas deportivas cada que tuviera ocasión para poder revelarse contra el sistema... sería un chico alocado, incapaz de seguir ordenes e inclusive agresivo con aquellas que se lo imputaran de esa forma.

¿Yo? Yo sería la típica niña fracasada que lo observa a la distancia... esa que a menudo lleva libros bajo el brazo y que pasa desapercibida ante la mirada del chico que en cualquier pasillo en la que se la encuentra nunca parece notar su presencia.

Me detuve sobresaltándome de aquella extraña realidad alterna... ¡No! A veces la realidad era mucho mejor que la ficción

-¿Emma?- preguntaron escandalosamente ¡Demonios! ¡Alison!

-Hola- salude levantando mi rostro. Cubrí mis mejillas tratando de no revelar la gran sonrisa de satisfacción que en mi rostro se hacía cada vez más evidente

-¡¿Te cortaste el cabello?!- ¡¿Qué?! ¿Acaso no era evidente?

-No, no lo hice-

-¡Sí que lo hiciste!-

-¿Entonces para que preguntas?- respondí en broma. Era más que obvio que mi cabello estaba corto. Con la boca abierta tomo asiento frente a mí, estiro su brazo rozando ligeramente mi cabello. Parecía que acariciaba a un fantasma

-¿Cuándo?-

-Ayer por la tarde-

-¿Cómo?-

-¿Con tijeras?-

-¡No! Más bien... ¿Por qué?- suspire sonriendo. En realidad ni siquiera yo misma sabía la verdadera razón detrás de mi anticipada decisión. Subí los hombros

-Ya no me gustaba mi estilo-

-¿Qué dirá Charlie?-

-¿Tiene que decir algo?- asintió de forma repetitiva haciendo énfasis con la mirada. Gruñí por lo bajo

-No creo que tenga que decir nada... es mi cabello no el de él. En todo caso la única persona que tiene derecho a opinar sobre el corte, sería mi madre. Y aun así ya lo hice, no hay nada que hacer para remediarlo-

La última carta de CharlieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora