capitulo 40:

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-Claro que si- respondió serio. Al principio había creído que se encontraba molesto, pero luego de analizar sus facciones, pude notar que lo único que reflejaba era compasión, esperaba que me entendiera y que ante todo, supiera apoyarme.

Aun con la vista perdida y sin saber cómo reaccionar me dirigí rápidamente hacia el coche de Charlie, mi madre por su parte casi corriendo arranco el automóvil y sin fijarse se perdió entre las calles. Mi acompañante hizo casi lo mismo, con la única excepción de que su percepción por salir con precaución era más amplia.

No sabía que pensar, era como si de pronto mi mente se encontrara en blanco, mis pensamientos no tenían orden, ni siquiera un enfoque central en cual pensar. Debería pensar en mi padre y en su bienestar, pero no era así... lo único que me interrogaba era el porqué de pronto había aparecido. Talvez solo pasaba por la ciudad, pero esa opción no era para nada factible. Si por casi 17 años no se le había atravesado anda por la ciudad, no entendía el motivo de su repentina "visita"

-Emma- me hablo Charlie. Casi a lo lejos pude distinguir su masculina voz

-¿Si?-

-¿Qué piensas?-

-En realidad nada- respondí con sinceridad

-¿No quisieras verlo?-

-No lose... después de tantos años, aprendí a no esperar ninguna figura paterna en la puerta-

-Lo siento-

-No lo sientas... estaré bien, solo déjame en el hospital y ve a casa-

-Me gustaría acompañarte-

-A mí también, créeme- aclare tomándole la mano que tenía libre –Pero creo que por la salud de mi madre, será mejor que solo me dejes. No quisiera agobiarla con explicaciones- susurre tratando de escoger las palabras adecuadas. La mandíbula de Charlie se tensó ligeramente antes de tragar saliva. Sonrió tristemente asintiendo

-Está bien- dijo en voz baja. Dentro de poco estaríamos en el estacionamiento del hospital, así que silenciosamente me prepare para bajar

-No te estaciones, solo déjame en la entrada- pedí aun con voz neutra. No entendía porque de pronto se había vuelto tan plana, pero no me gustaba escucharme de esa forma.

Charlie me obedeció parando justo en la entrada. Me desabroche el cinturón que por inercia coloque cuando recién había entrado al auto, jale la manilla pero antes de salir me estire hasta besar la mejilla de Charlie. En cuanto mis labios tocaron la suavidad de su mejilla pude sentir algo de calidez que tanta falta me hacía

-Te quiero- susurre deslizándome

-Y yo a ti Emma- respondió lo justo para escucharlo antes de cerrar la puerta y correr hacia las puertas de cristal.

Se me había olvido por completo el buscar el coche de mi madre al entrar en el estacionamiento, así sabría si ya se encontraba dentro. Contando mis pasos y buscando los rasgos familiares de mi madre me acerque hasta la ventanilla, había una hermosa chica atendiendo. Apenas prestando la suficiente atención pude reconocerla, era la misma que nos había atendido a Charlie y a mí la vez de mi desafortunado desmayo

-Ho... Hola- salude tartamudeando

-Buenas noches- respondió por automático. Parecía que no me había reconocido, pude respirar en cuanto note su vista natural

-¿Alguien ha preguntado por un recién accidentado?-

-¿No sabes su nombre?- pregunto tecleando un par de veces su computador. Trague saliva nerviosa ¿Lo habrán registrado por su nombre?

La última carta de CharlieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora