capitulo 41:

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-Necesito salir- susurre sin ver a mi madre. Deje pasar unos segundos observando como el gotero cumplía su función

-Vamos a casa-

-¿Qué pasara con ella?-

-Tendremos que preguntarle si se está hospedando con alguien, o si viene acompañada por su madre-

-Bien- respondí acercándome hacia la cama. Podía sentir todo, menos odio... talvez si le guardaba cierto rencor, pero era mi padre y después de todo gracias a él estaba en este momento. Acaricie su mano por encima de la intravenosa ¿Cómo había acabado de esa forma?

-Iré a preguntarle- anuncie abandonando la habitación. Un fuerte suspiro se escapó de mis labios en cuanto la puerta se cerró a mi espalda. Camine de regreso asegurándome de que la chica seguía en la misma posición, efectivamente ahí seguía. Estaba recostada sobre la silla con los ojos cerrados, quien sabe cuánto tiempo llevaba ya en el hospital. Me acerque despacio cuidando de no ser muy brusca

-Disculpa- dije en voz baja tocándola suavemente del hombro. Se removió hasta que al fin despertó sin alterarse

-¿Si?-

-¿Cuándo vendrán por ti?- pregunte siendo cautelosa, así me ahorraría unas cuantas preguntas innecesarias

-No, vine sola-

-¿Estas hospedada en algún hotel?- volví a preguntar. Negó con la cabeza cabizbaja ¡Por Dios! ¿Qué haríamos con ella?

-¿Entonces donde dormirás?-

-Planeaba quedarme aquí en el hospital- suspire peinando mis cabellos hacia atrás

-¿No prefieres quedarte con migo y mi madre?-

-¡¿Segura?!- exclamo despertando del todo

-Si claro, mi madre me lo había comentado-

-Claro que si... además creo que no me caería nada mal el darme una ducha- susurro para quitarle un poco de tensión a la situación

-¿Listas?- pregunto mi madre a mis espaldas. Me sobresalte un poco debido a su repentina presencia. Asentí caminando detrás de la chica sin pronunciar palabra.

Llegamos a casa solo para dormir, creo que todas las presentes se morían por tocar la cama y quedarse profundamente dormidas.

Subí a mi habitación rápidamente para poder preparar el tendido en el que dormiría la chica en mi habitación. Habiendo terminado baje las escaleras anunciando que todo estaba listo solo para que llegase a dormir.

Exhausta cerré los ojos tratando de limpiar mi mente de cualquier pensamiento que amenazara con romper mi tranquilidad ficticia. Más rápido de lo que esperaba mi respiración se volvió acompasada y con ello después de un largo día, llegaba el momento de dormir.

......

Era lunes por la mañana. Recién me había levantado para ir a la escuela, ahora me encontraba mucho más calmada que el día anterior... mi casa estuvo vacía desde primeras horas de la mañana ya que mi madre se fue al hospital junto con Mónica, la hijastra por así llamarla de mi padre.

Ahora salía para la escuela, estaba recién duchada y en mi mano llevaba mi gorrito color purpura para poder colocármelo después. Baje las escaleras acomodando mi mochila sobre ambos hombros.

Mónica estaba sentada en el sillón principal con un tazón de cereal en sus manos, parecía entretenida con la televisión

-Me voy a la escuela- pronuncie con voz algo elevada. No quería acercarme hasta ella para poder despedirme como era debido. Se giró completamente saludándome con la mano.

La última carta de CharlieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora