Mis pies pican en la suela, quieren salir corriendo tras Charlie... los tres nos encontrábamos viendo a Sam, todos con un gigantesco signo de interrogación pintado en la frente. Muerdo mi labio buscando una respuesta, bien podría esperar un rato hasta que Sam le contara a su novio, hasta que le contara a Alison y finalmente a mi... -no trates de engañarte- me recrimina mi voz interior –Es obvio que solo buscas hablarle- y en efecto tenía razón, me importaba Sam, pero estando ahí con los ojos abiertos y con cara de ignorante no serviría de mucho
-Joder- susurro momentos antes de salir casi corriendo hasta toparme con la sala de maestros. Estiro mi mano para tocar a la puerta, pero me detengo ¿Qué debo decirle? ¿Qué diablos me servía como una buena excusa para entrar?
Suspiro agitando mi cabeza, revolviendo aún más mis inútiles ideas y reordenándolas. Bufo empujando la puerta lentamente, metiendo primero la cabeza y tras de ella mi cuerpo.
Frunzo el ceño cerrando, escuchando el clic que me avisa que la puerta ya se encontraba cerrada. Con sumo cuidado de no hacer mucho ruido camino lentamente y casi de puntillas buscando a Charlie, no lo veía, ni siquiera su maletín se encontraba por ahí.
Juego con los ojos buscándolo, deteniéndome un segundo ¿Había entrado aquí? Claro que si... lo recordaba, recordaba haberlo visto entrar, desaparecer no era uno de sus talentos
-¿Emma?- pregunta a mis espaldas. Reconozco su voz al instante. Masculina, grave, sensible al oído... una entonación que con ojos cerrados podría degustar todo el día.
Giro con una sonrisa nerviosa, estirando en exceso mis labios y apretando los ojos, si... si... una pose exagerada
-¡Profesor!- respondo con falso entusiasmo, fingiendo con mi mejor actuación asombro y sorpresa
-¿Se te ofrece algo?- pregunta caminando hasta el escritorio, deja su maletín sobre la mesa y recorre una silla para poder tomar asiento.
Chasqueo buscando una buena respuesta, tronándome los dedos decido que la mejor opción es sentarme, podríamos hablar y sin levantar sospechas...pues estaríamos uno frente al otro
-Si... yo, venia para.... ¿La coordinadora de los talleres llega a esta hora?- dejo escapar ¡¿Enserio?! ¿Esa era tu gran excusa?
Charlie sonríe, aguantando una risa como si de verdad supiese que estaba mintiendo. Asiente recargándose sobre el respaldo de la silla
-Llega hasta la siguiente hora-
-¡Bien!- exclamo aun con cierto tono de falsedad en la voz ¡Maldición! -¿Puedes dejar de hablar como una maquina?- Me recuerdo
-¿Algo más?- insiste burlonamente observándome con ojos retadores. Puedo sentir como mi corazón suelta un suspiro, se parecía tanto a la primera vez que lo había visto
-Pues...- digo buscando el valor para poder hablar con normalidad, no podría estar todo el tiempo repitiendo los mismos monosílabos una y otra vez
-¿Ayer saliste con Jasón?-
-¿Qué?- pregunto por inercia
-Ayer... después de lo que, ya sabes lo que pasó- explica moviendo las manos al frente, su manga derecha se sube dejando al descubierto el plateado reloj que adornaba su muñeca
-Si-
-¿Estabas llorando verdad?- suelto la boca casi hasta el suelo ¡¿Qué diablos?!
-¿Cómo?...-
-Jasón me marco anoche- admite suspirando. Resopla negando con la cabeza y recargando sus codos sobre la mesa
-¿Qué?.... ¿Qué te dijo?- pregunto con un labio inferior temblante
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La última carta de Charlie
Teen FictionEmma Johnson una estudiante de preparatoria se prepara para su último año. Ansiosa por salir de la interminable etapa de las hormonas adolescentes se verá atrapada ante la fascinante mirada de su profesor de literatura Charlie. ¿Qué pasara cuando E...