-¡Emma!- grita una voz a mis espaldas. Me volteo asustada buscando la proveniencia, mi corazón da un vuelco completo mandándome lejos en cuanto lo veo correr. Sonrío sutilmente ahogando un salto de alegría.
Lleva el cabello revuelto y la corbata ligeramente desaliñada. Su saco negro inclusive lo hace ver pálido contrastando con la camisa azul marino que lleva debajo. ¡Maldito sea! Los celos me invaden en cuanto veo su perfección a escasa cercanía. Estábamos en la escuela, en pleno receso, cómplices de las miradas curiosas de cualquier chica que haya notado al igual que yo, la hermosura dentro de sus perfectas facciones
-¿Qué pasa profesor?- actúo a punto de soltar una carcajada. Me guiña un ojo sonriendo, marcando dulcemente sus pómulos
-¿Estarás en tu casa esta noche?-
-Hasta donde recuerdo-
-Pasare por ti a las 7-
-¿De acuerdo?- pregunto frunciendo el ceño. Sonríe inclusive más y me guiña un ojo
-Te veo esta noche- se despide asintiendo. Lo imito en cuanto se da media vuelta.
¡Dios mío! Volvería a tener una cita con Charlie, solo que obviamente y por claras razones esta vez, preferiría ir sola.
Con pasos lentos seguí mi camino hasta la biblioteca, el viernes pasado cuando volvimos con los ensayos Charlie me había solicitado que le sacara algunas copias al libro que el mismo me había entregado, odie ese viernes, principalmente porque el coordinador del instituto se encontraba presente junto con otros 3 compañeros que al igual que yo harían una presentación.
Resulta que, el grupo con el que recién habíamos iniciado se había desintegrado, dejándonos con solo 4 alumnos (entre ellos yo) de diversos grados.
Empuje la puerta cerrándola con sumo cuidado detrás de mí. Había una clase dentro observando fijamente el proyector, era la clase de artes, seguramente Sam se encontraba sentada en alguno de los asientos.
Me acerque hasta la bibliotecaria sonriendo educadamente, abrí el libro y busque las páginas que recordaba haber escuchado de sus delineados labios. Sacudí la cabeza sacándome los pensamientos que en este momento no venían en gana
-¿Me podría dar una copia de la página 50,51 y 63 por favor?- la señora un poco mayor observo las paginas para al final asentir. Sonrío dándome media vuelta y recargando un poco la espalda sobre el mostrador.
Busque a Sam con la vista, hasta que la encontré. Parecía bastante aburrida con la clase, tenía la mano recargada en su mejilla. Alce la mano llamando su atención y volteo al instante, la salude y me correspondió haciendo una mueca de aburrimiento extremo, voltee los ojos apoyándola
-Aquí tienes- me dice la señora. Me desvolteo y recojo las copias. Agradezco a la encargada y salgo de la biblioteca despidiéndome también de Sam.
Camino con las copias repasándolas un poco hasta que al fin las guardo por completo en el folder deteniéndome para poder guardarlas como es debido.
....
-¿Mama?-pregunto cruzando el umbral de la puerta. Me detengo dejando la mochila sobre el sillón del recibidor
-¡En la cocina!- grita. Sigo su voz hasta que la encuentro envuelta en una ola de humo
-¿Qué pasa aquí?-
-Lo siento, estoy preparando la comida-
-¿Es normal que salga tanto humo?- cuestiono. Mi madre se detiene unos segundos recalibrando la pregunta
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La última carta de Charlie
Ficção AdolescenteEmma Johnson una estudiante de preparatoria se prepara para su último año. Ansiosa por salir de la interminable etapa de las hormonas adolescentes se verá atrapada ante la fascinante mirada de su profesor de literatura Charlie. ¿Qué pasara cuando E...