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Kagome estaba en su habitación, como era de esperarse no se presentó a cenar. Rin se preguntaba dónde estaría.

- Señor Sesshomaru porqué la señorita Kagome no ha venido a comer con nosotros?

Sesshomaru guardó silencio por un momento pero luego habló.

- Parece ser que no se siente bien.
- Pobre señorita Kagome... dijo Rin con un gesto triste.
- Puedo llevarle la cena a la habitación?
- Hmp.

Rin tomó una bandeja y colocó la cena de Kagome, tocó pero nadie respondió. Colocó la bandeja en el suelo y abrió el shoji. Se acercó y notó que Kagome dormía profundamente, dejó la bandeja en la mesita y se retiró.
Más tarde esa noche Sesshomaru entró en la habitación de la azabache. Estaba cansada del viaje y de llorar. Vio como en sus sienes se habían secado sus lágrimas. Con una de sus garras apartó un mechón de su cabello mientras la observaba como dormía pacíficamente.

- Me perdonarás algún día Kagome?
Preguntó en un susurro.
- No era mi intención lastimarte. Te quería solo para mi.

Sin querer Kagome despertó pero fingió estar dormida.

- Espero que un día puedas amarme, yo haría todo por ti. Al punto que hice la más grande estupidez de marcarte sin tu consentimiento. Espero solo que pueda ganarme tu corazón, no importa el tiempo que tenga que pasar. Pero te prometo que te daré todo el tiempo que necesites.

Después de eso el yokai se marchó y dejó a Kagome en su habitación. La mencionada abrió sus ojos, estaba confundida, porque si bien, había odiado lo que Sesshomaru hizo, en ese momento lo escuchó muy sincero. No tenía esa fachada de arrogancia y prepotencia. Parecía otro Sesshomaru.

~ Sesshomaru está buscando el amor, desea ser amado. Pero, yo no soy la persona que pueda dárselo. No después de lo que me hizo.

La mañana siguiente había un tutor esperando a Rin para comenzar con su instrucción. Le enseñaría a leer y escribir, pero sorpresivamente la niña sabía hacerlo. Fue Kagome en uno de sus tantos viajes quien le enseñó. Debía solo practicar un poco. Kagome aún no salía de su habitación, quería evitar encontrarse con Sesshomaru, pero sabía que no podía seguir así por siempre.
Sintió ruidos provenir de su estómago. Así que se reprendió así misma por ser tan cobarde. Además ella está ahí por Rin y no podía simplemente aislarse. Decidió ir a la cocina para buscar algo de comer.
Cuando entró todos los sirvientes se reverenciaron en forma de respeto menos Jaken.
También Jaken estaba. Había regresado la noche anterior. Sesshomaru lo había puesto al corriente de todo y por lo visto la situación no era de su agrado.

- Buenos días, no hay necesidad de tanta formalidad.
- No mi señora, es así como debe de ser.
Usted.... No debería estar aquí. Este no es el lugar adapto para alguien como usted.
- Hitoshi, ya te dije que me llamarás Kagome sin señorita. Además he venido para buscar algo de comer. Y que es eso de alguien como yo?
- No mi señora, el amo nos dijo que un su ausencia usted es la señora del palacio y que sus deseos son órdenes. Y cuando tenga hambre debe solo sonar la campanita qué hay en su habitación.
- Donde está Sesshomaru?.... Preguntó Kagome.
- El se ha marchado y no vendrá sino hasta dentro de un par de días, hay asuntos pendientes de sus tierras que requieren su presencia.
- Ya veo. Podría comer algo? Muero de hambre.
- Enseguida mi señora!

Kagome rodó los ojos, sabía que era inútil insistir y que tendría que acostumbrarse aunque ella no cambiaría. Pero estaba un poco asombrada de que Sesshomaru la nombrara la señora del palacio.

~ Seguro es remordimiento, aunque alguien como Sesshomaru no podría jamás sentir remordimiento.

La mañana era un poco fría, el otoño había llegado. Kagome no tenía la ropa adecuada para la época, por lo que permanecía en su habitación con la chimenea encendida, Rin la visitaba de continuo.
Esa tarde decidió salir a caminar por el palacio envuelta con una manta para darse un poco de calor. Pero una visita inesperada llegó.
Los guardias del palacio le permitieron entrar pues era alguien que llegaba con regularidad. Era alguien con quien Sesshomaru se reunía a menudo a tratar algunos problemas territoriales cuando el Lord del Oeste se ausentaba este quedaba al mando.

ERES MI MUJERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora