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De regreso a Tokio se encontraba Kagome sentada en el retrete. Una de sus manos se encontraba entre sus piernas mientras orinaba en una prueba de embarazo casera.

- Seguro y no la detecta. O sea como podría? No es un embarazo humano... pero debe ser que estoy llena de gases, he comido como una marrana y pues es normal toda esta hinchazón y esta fatiga crónica, mi cuerpo entra prácticamente en coma diabético últimamente.
Kagome hablaba sola tratando de convencerse que era solo su paranoia.

Sacó su mano de en medio de sus piernas y colocó la prueba de embarazo sobre el lavabo. Tomó papel sanitario y se limpió. Jaló del retrete y subió su ropa interior. Se vio al espejo y se hizo una coleta alta.
- Ay no! Tengo una espinilla...
Se acercó al espejo y empezó a quitarse espinillas o impurezas.
- Creo que es momento de una limpieza facial.... Continuó hablando sola... pero en eso bajó su mirada, cayendo en la prueba de embarazo.
El tiempo se detuvo para ella. Su corazón se detuvo, su respiración también.
Tomó de nuevo el manual de instrucciones y volvió a leer.
* una rayita vertical es = a negativo
* una cruz + es = a positivo.
Tomó la prueba y miró de nuevo. Frente a sus ojos había una cruz +

Bajó la prueba colocándola de nuevo sobre el lavabo, alzó su cabeza y se miró al espejo. Su mirada se perdió. Pero volvió en sí. Comenzó a tocar sus mejillas con sus manos y a darse palmaditas. De repente comenzó a reír. Salió del baño y tapó su boca con ambas manos mientras reía.

- Estoy embarazada... susurró.... Embarazada.... Embarazada de Sesshomaru, se pondrá tan feliz cuando lo sepa... decía hablando sola. Posó sus manos sobre su vientre, aún no se notaba bien, solo un poco. Era imperceptible. Pero ella acarició su vientre causando que su bebé respondiera con una patadita.

- Mi amor... no sé si puedas escucharme, pero quiero que sepas que desde ya te amo... y que no veo la hora de conocerte. Desde ya estoy impaciente.
Kagome estaba tan feliz que le hablaba a su barriga. Si alguien la veía le daría de la loca.
La madre escuchó las risas y la conversación aunque sino distinguía bien las palabras. Subió hasta su habitación y se quedó junto a la puerta.
- Te veo muy feliz hoy cariño. Eso me da mucho gusto.
- Tengo razones para estarlo mamá.
La sacerdotisa extendió sus manos y tomó las manos de su madre.
- Mamá.....
- Kagome?
- Mamá... estoy embarazada. Pronto te convertirás en abuela.
La madre de Kagome la miró sin poder creer lo que escuchaba.
Finalmente reaccionó y comenzó a saltar de la alegría y a llorar. Pero sus lágrimas eran de felicidad.
- Mamá no puedo esperar más, tengo que decírselo a Sesshomaru... ya ha pasado poco más de un mes... creo que el no puede atravesar el pozo. Tengo que intentarlo. Te prometo que volveré.
- Kagome!... espera! No deberías... has dicho que para atravesar el pozo necesitas utilizar tu poder sagrado. Y si daña a tu bebé?

Kagome se detuvo..
- Porque no esperas a Sesshomaru?... el dijo que él vendría por ti. Si aún no viene las cosas no deben de estar marchando muy bien que se diga.
- Tienes razón... lo único que quiero es que mi bebé esté bien. Además, no sé si mi bebé será mitad Yokai o un Yokai completo. Podría purificarlo con mi poder sagrado y jamás me perdonaría algo así.
Está bien... esperaré a Sesshomaru... decía mientras se agarraba su vientre. Ahora no me sentiré tan sola... te tengo a ti, mientras depositaba un beso sobre su dedo índice y tocaba su vientre con el mismo.

Los días pasaban y el vientre de Kagome cada día crecía un poco mas. Tenía tres meses y parecía estar al sexto mes. Su bebé era muy comelón, hacía comer a Kagome a toda hora y las combinaciones de sus alimentos eran muy extrañas.
- Se me antoja un filete de carne a medio cocer y mantequilla de maní... mmmmm se me hace agua la boca.
Sota la miraba horrorizado, y su abuelo decía que su nieta necesitaba un exorcismo.

Kagome non visitaba al doctor.. había decidido que sería mejor así... qué pasaría si una ecografía revelaba que su bebé tendría orejas puntiagudas u orejas de perro como Inuyasha? O si simplemente no revelaba nada porque había decidido de ocultar su aura.... La verdad es que no sabía que tipo de bebé sería su hijo o hija. Pero era mejor descubrirlo el día de su nacimiento. Su hijo o hija había sido engendrado por Sesshomaru, así que solo podía ser perfecto. La sacerdotisa se hallaba al cuarto mes, ya no podía más, su barriga era inmensa y su bebé era muy inquieto. Por las noches se le dificulta dormir. Era en esos momentos en que la nostalgia se apoderaba de ella.

ERES MI MUJERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora