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Sesshomaru estaba en una reunión con los Lores de los cuatro puntos cardinales.  Decidían qué hacer con los invasores y como hacer para que obtuvieran un título de propiedad y de qué manera pagarían por la propiedad que obtendrían.  Sentados a la mesa se encontraban Risuke el lord del este, Takashi el lord del sur, Tomeo el lord del norte y Sesshomaru.  Con Risuke se encontraba su hijo mayor Taiki quien acompañaba a su padre. El joven Yokai aprendía todo lo referente a ser un lord, un buen líder, pues un día sucedería a su padre y sería el próximo lord del este.

- Bien... por hoy daremos por terminada la reunión, proseguiremos mañana. He mandado a preparar habitaciones para ustedes.  Los espero en la cena... Los demás lores hicieron una reverencia en señal de respeto hacia Sesshomaru.
- Esta noche tendremos invitados a cena, también se quedarán a dormir, debemos resolver el problema de los invasores. Avisa a Rin y a Kyomi, deben estar presentables. Le comunicó el Lord a Kagome.

A la hora de la cena todos habían tomado asiento en el comedor... las damas como siempre llegaron minutos después. La señora del palacio lucia imponete y elegante. Un Kimono color purpura con detalles blancos y su cabello recogido en una cola decorado con una peineta dorada.
Su hija Kyomi, como siempre llevaba un kimono negreo con flores rosadas y gruyas japonesas. Detrás de ellas llegaba Rin... llevando un kimono celeste diseñado con flores amarillas y blancas. Kagome le había hecho una trenza francesa como se usaba en su época y un adorno en su cabello.
Los lores se pusieron de pie en señal de respeto cuando las damas entraron.  Cuando Rin pasó un par de ojos se posaron sobre ella admirando su belleza.  Sin duda alguna no importaba si era humana o Yōkai su belleza no pasaba desapercibida.

El hijo de Risuki, Taiki... había quedado fascinado con la belleza de la humana. Había escuchado de ella desde el día en que Sesshomaru la rescató de su malvado esposo.
Cómo podría ser un hombre capaz de lastimar una mujer, sobre todo una mujer como ella? hermosa y frágil. Estaba fascinado... Rin era hermosa, tenía buenos modales y era muy elegante.  Sesshomaru la había mandado a instruir para que tuviera un buen futuro y su instrucción había valido la pena.
- No se si les había presentado a mi esposa... ella es Kagome, la lady del Oeste.
* Estamos encantados lady Kagome. Es un placer que nos acompañe esta noche, dijeron todos los presentes.
- Mi hija Kyomi... y mi hija/protegida Rin.
Los lores también fueron muy educados y respetuosos con las otras dos jóvenes.
Taiki no dejaba de mirar a Rin. El joven era un Yōkai apuesto. Era un Yōkai del clan de los pumas. Su cabello era azul, sus ojos de color gris, su tez era bronceada y entre sus dientes se asomaban dos colmillos parecidos a los de un vampiro.

De repente las miradas de Rin y Taiki de cruzaron haciendo que la joven se sonrojara. Sus mejillas se tiñeron de rojo. El joven Yokai sonrió con disimulo y siguió participando de la conversación.  Pero hubo alguien que se dio cuenta de ese corto pero intenso contacto visual. Fue Kagome.  Ella se preocupó mucho, pues Rin acababa de salir de una relación tóxica. Era demasiado pronto y no quería verla sufrir.
- Señores si desean acompañarme a tomar una copa de sake... invitó Sesshomaru.
Taiki de armó de valor y se dirigió a Sesshomaru.
- Lord Sesshomaru... el Yokai se detuvo y lo vio con su singular mirada inexpresiva.
- Sería mucho atrevimiento si pudiera disfrutar de la compañía de la señorita Rin en un paseo por el jardín?
Sesshomaru lo miró y recordó las palabras de su madre... ella es inmortal y debería casarse con un Yokai no con un simple humano.

- Puedes... respondió a secas... el hijo de Risuke era una promesa como futuro lord de la región de su padre, era un noble y poseía un título importante.
Rin se puso roja y sonrió con dificultad.
- Señorita Rin, me acompañaría? El Yokai le dio su brazo. Ella con pena asintió.  Ambos se dirigieron hacia el jardín. Kagome estaba incómoda... ocultó su presencia y los siguió. La sacerdotisa estaba escondida detrás de un arbusto... avanzó un poco más y sin querer pisó a Jaken. Jaken saltó del susto! El ruido llamó la atención de la pareja de jóvenes. Veían como el arbusto se movía.
- Jaken haz algo o nos descubrirán.. dijo Kagome susurrando.
- Miauuu.... Miauuuu
- Ah! Se trata de un gato! Dijo Taiki y prosiguieron con el paseo.
Kagome lo miró con cara su cara descompuesta.
- Qué quieres Miko! Fue lo primero que se me ocurrió! Por cierto... qué hacías detrás de este arbusto?

ERES MI MUJERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora