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Takeo llegó al palacio, los sirvientes avisaron a Sesshomaru de su llegada. Pidió que lo enviaran directamente a su despacho.
Takeo tocó, desde adentro la voz del Yokai se escuchó.

- Pasa...
El comandante en segunda entró e hizo una reverencia.
- Me ha mandado a llamar señor?
- Así es... te he llamado porque tengo un trabajo del que te tienes que encargar.
Desconocidos han atacado un grupo de soldados que se encuentran en el sureste de la región. Les tendieron una emboscada, después de hacer una ronda de inspección, de entre los árboles los atacaron con gas venenoso matando a algunos y dejando mal heridas a otros. Yuu me informó que escuchó decir que su intención era acabar con mi reinado. No tengo idea de quién haya sido. Por eso necesito que averigües todo lo que puedas. Si son vulgares demonios inferiores que aspiran llegar a ser importantes, o si se trata de algo más grave. Confío en tu sagacidad.

- Señor ahora mismo comenzaré a investigar. Si es solo una pandilla de demonios molestos lo sabría, es muy fácil dar con ellos, cometen errores de principiantes dejando indicios o cualquier cosa que pueda incriminarlos. Pero esto es claramente un mensaje, de todos modos le informaré apenas tenga algo de información.

El día pasó entre tensión, reforzamiento de la seguridad y estrategias de ataque sin saber siquiera quien era el enemigo.
Sesshomaru estaba en su despacho con sus mejores guerreros. Ya se había hecho de noche.
Alguien tocó; Sesshomaru dirigió su mirada al shoji. Recordó que había pasado todo el día en su despacho, primero con su madre luego con sus soldados olvidándose del tiempo y que en otro lado del palacio estaba Kagome. Casi no la había visto. Después de un momento de reflexión habló.

- Adelante!
- Amo, la cena está preparada.
- Rin y Kagome están a la mesa?
- Sí amo... les digo que lo esperen?
- Si Hitoshi... diles que en un momento estaré con ellas.
- Como ordene amo.... Hitoshi se reverenció y se retiró.
- Bien... entonces esperaremos noticias de Takeo.

Sesshomaru dejó su despacho para ir al comedor. Cuando se acercaba sintió el aroma de su compañera. Al entrar ellas estaban a la mesa. Kagome llevaba un hermoso kimono blanco con detalles celestes y naranjas. Su cabello estaba amarrado en una cola de lado. Rin estaba a su lado. El Lord se sentó a la cabecera de la mesa y comenzaron a comer en silencio.

Después de un rato Kagome no pudo aguantar su curiosidad.
- Sucedió algo hoy?
Sesshomaru comía en silencio... tomó un poco de saké e hizo una breve pausa.
- Nada importante, solo unos invasores, pero mis soldados ya están trabajando en ello.
- Vi un poco de alboroto en el palacio, incluso escuché que alguien estaba herido.
- Si, yo lo vi! Pobre soldado! Tenía una gran herida en su espalda y sus brazos... dijo la pequeña Rin.

- Rin, tu no deberías estar con tus instructores en vez de curiosear por ahí?... preguntó el Yokai. Rin sonrió apenada, ella era muy curiosa y al parecer no se le quitaba.
- Qué pasó con ese soldado?... preguntó Kagome.
- Se enfrentó solo a los invasores y salió mal herido. Eso es todo pero ya todo está bajo control. Por cierto, mañana no estaré, tengo que salir pero regresaré por la noche. Iré a supervisar unas tierras.

Kagome sintió que su corazón se estrujó al escuchar que su demonio no estaría todo el día en el palacio. Apenas habían iniciado con su idilio de amor y casi no se veían.
Con timidez la azabache acercó su mano a la mano del Yokai que estaba apoyada en la mesa.
- Te extrañaré.
Sesshomaru se quedó inmóvil pero Kagome pudo ver un brillo en su mirada.
Ella estaba consciente que el podía ser indiferente, o no demostrar ningún tipo de emoción, pero las pocas veces que habían estado a solas, le había demostrado cuán tierno podía ser. Perdía fácilmente los estribos, pero cuando se trataba de ella, aún de manera ruda le hacía ver y sentir lo importante que era para el.
- Regresaré por la noche... fue lo único que atinó a decir.
Los tres habían terminado de cenar. Rin se despidió de su protector y de su hermana mayor. Lo mismo hizo Kagome.
- Gracias por acompañarnos a cenar, sabía que estuviste muy ocupado, pero fue bueno estar juntos...La joven mujer se acercó y le dió un tierno beso en los labios, tomando por sorpresa al peliplata.
- Que descanses... mientras ella se levantaba para retirarse Sesshomaru la tomó de su mano haciendo que se detuviera. Te irás a dormir tan pronto?
- Bueno... yo...
- Hay algo que quiero mostrarte.

ERES MI MUJERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora