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En algún lugar desconocido el gato que mordió a Rin regresaba a su amo.
- Ven pequeño. Haz hecho un buen trabajo... acariciando al gato que ronroneaba... pronto el conjuro desaparecerá... En cambio... nuestra sacerdotisa ha desecho el conjuro con su poder sagrado... pronto recibiremos una visita.

Pocas horas más tarde, hizo acto de presencia nada más y nada menos que Satoru.
- Haz llegado...
- Dime anciano. Cuéntame todo...exigía el Yokai.
- Todo salió como deseabas. La Miko no fue lastimada.  No podría decir lo mismo de la pequeña.  Cuando Mao mordió a la pequeña  el maleficio hizo su efecto... ella debía morir en cuestión de horas. Pero el conjuro fue destruido por los poderes sagrados de la Miko. La pequeña se salvó.

- Ya veo... eso no tiene importancia. La pequeña no es mi objetivo. Mi objetivo es Sesshomaru. No dejaré pasar por alto la humillación a la que fui sometido. Fue solo gracias  a la intervención de la hermosa sacerdotisa que sigo con vida.  Sesshomaru debe sufrir. Y la Miko se casará conmigo. Ella merece algo mejor.  Sesshomaru es un asesino que odia a los humanos.  Tarde o temprano se cansará de ella. Porque para el es solo un capricho.

- Quiero lo que me prometiste.
El Yokai sacó unas piezas de oro y las tiro sobre la manta.
- Cual es tu próxima solicitud?
- Por ahora... ninguna... por ahora.
Debemos mantener la calma y no precipitarnos,  Sesshomaru es muy astuto y tiene muchos súbditos que le sirven fielmente. No debemos hacer movimientos estúpidos. Podríamos fracasar y terminar muertos.

En el palacio del Oeste...

Sesshomaru estaba en su despacho, su semblante estaba tranquilo pero su mente era un mar de pensamientos y preocupaciones.
Porqué Rin? Porqué lastimarla a ella?
Querían llegar a él. Querían dañarlo. Y lo consiguieron. Nunca se había preocupado tanto, porque nunca había tenido alguien a quien cuidar. Lo peor era la incertidumbre no saber quien era el responsable de esos dos ataques.  Jamás nadie lo había tomado por sorpresa y eso era algo que lo tenía muy molesto.

- Amo... habló Jaken.
- Hmp...Sesshomaru tenía sus ojos cerrados.
- He estado pensando. Desde que la humana llegó...
Sesshomaru abrió sus ojos para ver a Jaken, esta vez lo mataría... no iba a tolerar que dijera nada negativo de ella. Jaken se enteró de lo que corría por su mente.
- Amo no se precipite. Lo que quiero decirle puede estar relacionado con ella.
Recuerda ese día cuando Satoru vino y se pasó la tarde con ella?
Ese tipo se le conoce por su fama de enamoradizo.  El siente una fuerte atracción por la humana. Usted debió acabar con el. No debió ablandarse porque estoy seguro que el no se quedó conforme con todo lo qué pasó al siguiente día.  Tengo el presentimiento que el está detrás de todo. Usted ha tenido muchos enemigos. Pero ha acabado con todos ellos. Las relaciones diplomáticas con los otros Lores han sido buenas después de haber firmado el  acuerdo de paz hace más de 3 siglos. Y estos ataques repentinos, de parte de alguien anónimo me conducen solo a él.  Además, quien podría querer dañar a la mocosa? Es solo una niña indefensa.  Eso es algo personal y todo me indica que es el.
Si Takeo aún no tiene noticias es porque nadie más aparte de los que vivimos en el palacio supo lo que aconteció ese día.

Jaken podría resultar inútil, pero era un siervo fiel y sabía muchas cosas. Y normalmente su instinto no fallaba.
Sesshomaru escuchó cada una de sus palabras.  Cómo no se le ocurrió antes? Todo lo que decía era muy cierto.

- Sabes que ha sido de ese cobarde?
- No amo... no se le ha visto por ningún lado.  Desde que usted lo desterró desapareció del mapa.  Pero estoy seguro que debe estar obrando por medio de terceros.
- Diles a los guardias y a los soldados que si ven a Satoru que lo traigan a mi... vivo. Su objetivo es hallarlo y traerlo con vida.
Sea o no sea culpable, aún tiene una deuda que pagarme.

ERES MI MUJERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora