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Sesshomaru se convirtió en esfera de luz y se fue del palacio. No quería estar ahí. No era fácil aceptar que ella ya no lo amaba.

Kagome se fue a su habitación... ella comenzó a llorar. Era definitivo. Sesshomaru había dejado de amarla. Recordó sus palabras cuando le dijo que no la volvería a buscar más. Lo dijo en serio, mantuvo su palabra. Y ella se dio cuenta que nunca dejó de amarlo. Ella había sentido dolor por mucho tiempo, pero también se dio cuenta que no era como ella pensaba, él nunca la abandonó, también murió de celos cuando supo lo de Yukichi. Si sentía celos era porque aún lo amaba. Pero el no volvió a buscarla nunca más. Y ella y su estúpido orgullo terminaron de alejarlo del todo. Ahora el la quería lejos de su vida.

Necesitaba despejarse la mente. No quería pensar en lo mismo. Conocía el modo para llorar las penas algo que siempre funcionaba, que servía para aliviar el dolor.
Kagome jalo la campanilla y a su habitación llegó Narumi.
- Mi señora, cómo puedo serle útil.
- Narumi, tráeme sakè...
- Sakè mi señora?
- Si Narumi, tráeme saké.
- Como usted ordene mi señora.
Narumi de dirigió a la cocina y le pidió a Reiko una botella de sake.
- Es para la señora. - Para la señora? - Sí, se le ve muy mal. Se nota que ha estado llorando. Date prisa que lo está esperando.

Narumi regresó a la habitación de Kagome con lo que le pidió.
- Desea algo más mi señora?
- Si, podrías encargarse de Kyomi. No dejes que venga esta noche, tampoco iré a cenar. Pienso emborracharme y no quiero que me vea así. Narumi se preocupó, jamás había visto a su señora beber. Pero ese día su señora se veía descompuesta.
- Mi señora... se encuentra usted bien?
- No.. pero después de unos cuantos tragos lo estaré... puedes retirarte.
Narumi salió de la habitación dejando a Kagome sola.

La sacerdotisa comenzó a beber, su garganta ardía. Pero con cada trago comenzó a sentirse más ligera, con deseos de llorar, de gritar y decirle al mundo la gran pena que llevaba dentro. Kagome se terminó la primera botella. Volvía a jalar de la campanilla y Narumi llegó.
- Narumi trae otra botella de saké y tráeme algo de comer, sino terminaré emborrachándome muy rápido.
Narumi obedeció y fue por otra botella.
- Creo que esto es muy serio Reiko. La señora ha pedido otra botella. También prepara algo de comer, ha pedido de comer. - Dile que lo prepararé de inmediato. Que se lo llevarás enseguida.
Narumi le llevó la otra botella y le refirió a su señora el mensaje de Reiko.

Poco después Sesshomaru estaba de regreso. Era la hora de la cena, el y Kyomi estaban en el comedor. Era extraño que Kagome aún no se hubiese presentado.
- Reiko, Narumi... donde está Kagome?
Ambas sirvientas se quedaron viendo mientras negaban con la cabeza. Pero Sesshomaru alcanzó a verlas.
- Porqué no responden?
- Ella está en su habitación amo.
- Es obvio que está en su habitación... dijo Sesshomaru. - Porqué no ha venido a cenar?
La hora de las comidas para Sesshomaru eran importantes pues en ese momento Kyomi podía disfrutar de la compañía de sus dos padres.

Las sirvientas sabían que Sesshomaru había adquirido el poder de la telepatía, por lo que Narumi le habló a través de su mente.
- Amo... Sesshomaru la escuchó con atención.
- Habla.
- Es que no queremos decirlo frente a la niña Kyomi. Pero la señora está bebiendo en su habitación.
Sesshomaru levantó su mirada y miró frente a él, a la nada.
- Cuánto ha bebido?
- Lleva dos botellas amo. Ha dicho que no vendría a cenar y que nos encargáramos de la niña, que no quiere que la vea así.
- Bien.
Nadie se enteró de lo que Sesshomaru y las sirvientas comunicaban telepáticamente.
El Yokai de levantó de la mesa, y se dirigió a la habitación de Kagome.
- Kyomi, come tu cena.
- Hmp...

Sesshomaru Se dirigió a la habitación de Kagome, cuando deslizó el Shoji Kagome estaba frente al espejo haciéndose un peinado, o intentado peinarse. Llevaba puesta una yukata verde, sobre la mesa frente a ella tenia lo que quedaba de saké, la botella estaba casi vacía cuando escuchó que el shoji se deslizó.
- Estaba por llamarte, me traes otra botella Narumi? ... pero se quedó en silencio cuando vio por el espejo que se trataba de Sesshomaru y no de Narumi.
- Ah! Eres tú.
- Se puede saber qué estás haciendo? Sesshomaru tomó la botella de saké. Kagome intentó arrebatársela pero no pudo.
- Oye que te pasa? Es mia.
- Ya basta Kagome... es suficiente.
- Es suficiente lo digo yo! Mejor dicho, ya fue suficiente! Lo que lloré, lo que sufrí y ya es suficiente desamor! Todo es suficiente.

ERES MI MUJERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora