SAGA TABÚ 1 : INSACIABLE [+21]

NUEVE.

"De champán, trajes de gala y personas extrañas" 

Parte I

Recuerden... Siempre esperen lo inesperado.

Si quiera se de donde sale ese pensamiento, pero se desliza en mi mente como una melodía pegadiza mientras mantengo mi atención en la escena que contemplo.

Nunca, realmente nunca esperé alguna vez toparme con alguien al mismo nivel que la crueldad que destila Gratia.

Pero aquí me encuentro, agarrada del brazo que el mismo Levian me había brindado nada más salir del auto donde ambas viajamos, alejada de sus hombres, sumergidas en un incomodo silencio. Levian se había proclamado mi acompañante, al menos durante el tramo de pasarela a la que nos vimos adentrándonos tras Gratia ser escoltada por Ezra y Conrad, cada uno en cada brazo, como la diosa o la reina que todos inconscientemente sabemos que es.

Mientras el inicio de la velada se daba, en mi cabeza solo se repetía una y otra vez una sola cosa... No te caigas, no te caigas, mira al frente y no te caigas. Nadie aquí te quiere ver las bragas.

Y de alguna forma ese mantra me había servido para llegar hasta donde nos encontrábamos actualmente, en una incomodidad latente que me instaba a afirmarme sin siquiera darme cuenta, del bíceps al que permanecía agarrada.

Y que bíceps...

Contemplando esta incomoda escena, encuentro o, mejor dicho, colisión entre dos fuerzas hostiles de la oscuridad.

Gratia contra Gretel.

Gretel contra Gratia.

Gretel Pierce, la abuela de Ezra, actual anfitriona de este evento, mujer que aún tras aceptar la norma machista de adquirir el apellido de su esposo, resulta tan horripilantemente temible como Gratia.

Y ambas se llevan lo suficientemente mal como para colocar ese aura tensa a nuestro alrededor.

— Me alegro muchísimo de verte esta noche, Gratia... aunque esperaba no tener que contar contigo...

Oh.

Deslizo mi atención hacia Gratia, quien tensa su sonrisa presionando aún más sus labios entre si, perfectamente impecables con ese labial que resalta el atractivo grosor que poseen, como si el fogoso beso con Ezra frente mía en la intimidad de su casa, nunca se hubiera dado.

— Gretel... Me conoces lo suficientemente bien como para saber que no me perdería por nada del mundo, tu nulo intento de sobresalir de alguna forma que no sea presentando el apellido de tu esposo... Oh, cierto... que hasta este evento porta su nombre y obvia el tuyo... ¿Qué se siente ser un simple punto y aparte en su vida?