SAGA TABÚ 1 : INSACIABLE [+21]

VEINTINUEVE

[MARATÓN SORPRESA 10/12]

"Té de menta, miel y limón"

Al momento de alzar mi enfoque de la pantalla del ordenador, hacia la dueña de aquel taconear que se aproximaba por el pasillo, una sonrisa se plantó en mi cara.

Una sonrisa que perdió fuerzas al ver como la elegante e intimidante rubia desfilaba sin si quiera darme una rápida visual, hasta desaparecer en el interior del despacho.

Había esperado tan siquiera un "Hola" o destellos dulces como los de la llamada de a noche. Pero en cambio solo había recibido su atractiva imagen desfilar ajena al mundo a su alrededor, antes de adentrarse tras las puertas de su despacho, esas que cerró sin siquiera voltearse a darme un fugaz ojear tras esas gafas oscuras de diseñador.

La sonrisa se había muerto en mis labios, formando ese nudo en mi garganta al que intente restarle importancia.

Quizás es cierto... quizás solo me estoy haciendo ilusiones con cosas que nunca pasarán...

Volví a enfocarme en mi trabajo o eso pretendía antes de que la vibración de mi móvil sobre mi escritorio captara mi completa atención.

Despegué de nuevo mis manos del teclado, para atrapar mi teléfono y revisar esa notificación emergente que parecía haber irrumpido en el mejor momento, pues una pequeña sonrisa empujo mis comisuras al toparme con un mensaje de Levian.

Buenos días, Davinia, espero hayas descansado bien... procura no cargarte en exceso en el día, no me convence aún la idea de que retomes el trabajo ante el cansancio que has acumulado... Tómatelo con calma, no me hagas zurrarte ese lindo trasero.

Me permitiré añadir un consejo, algo que sé no me has pedido, pero seguramente te estará inquietando... Té de menta con miel y limón... Eso la ayudará a relajarse.

Hasta pronto, pequeño Ángel.

Estudié unos segundos aquello que me había escrito, desde la preocupación que se deslizaba entre sus palabras a la amenaza latente que calentó mi cuerpo, para finalmente enfocar aquel sutil consejo respeto a lo que bien sabía sería dirigido hacia Gratia.

Algo había ocurrido.

A pesar de que la actitud de aquella mujer hacia mí no hubiera distado de lo habitual en el aspecto laboral, la tensión con la que había desfilado hacia su despacho ignorando por completo mi presencia y la tonalidad en su voz que recordaba en la llamada nocturna que habíamos tenido, se me confirmaba la idea de que algo serio y posiblemente grave había ocurrido.

O quizás era mi tonto y desesperado intento por no sentir que la falta de su atención en mí, se debía a algo que me asociaba directamente... como posiblemente, el que no estuviera sintiendo lo mismo que yo comenzaba a experimentar hacia ellos y su conjunto.