SAGA TABÚ 1 : INSACIABLE [+21]

TREINTA Y SIETE

[10/09/2022]

[SIN EDITAR]

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"Palabras nocturnas..."

Aclaré algo incomoda mi garganta nada más adentrarme al comedor, donde Gratia me había indicado que la esperara, ante la pesada contemplación reprendedora de la señora Williams.

Y con razón... no me imagino la incomodidad de haber tenido que retirar las sábanas impregnadas del placer de otro, más aún haber tenido que escuchar la sinfonía sin fin de mis gritos.

Retirando la vista de la mujer que terminaba de acomodar la mesa con la cubertería para nuestro almuerzo y sin llegar a sentirme del todo atormentada por mis actos, a pesar de cargar el sonrojo que mis mejillas portaban, ocupé asiento en uno de los laterales predispuestos con delicada cubertería.

Tras nuestro largo y delicioso baño, Gratia me había dejado enredarme con ella entre sus mantas, no antes de regañarme como Levian había llegado a hacer en su despacho, sobre lo poco que cuidaba mi salud y aquello que había molestado a la feroz mujer tras revisar mis informes médicos.

Anemia... algo que llevo arrastrando desde que tengo memoria.

Nos habíamos acurrucado como un par de amantes, disfrutando la compañía de la una y la otra, mientras descansábamos lo que nos hacía falta.

Fue particularmente el teléfono de Gratia quien había interrumpido nuestro dormitar, ocasionando que fuéramos empujadas del calentito y mullido interior de aquella cama, sobre las cuatro de la tarde.

A pesar del cansancio que gobernaba a Gratia, la rubia había sido clara y tajante sobre mi deber de alimentarme.

Y no precisamente de la forma que deseaba.

— Gracias Aubrey...

La voz de Gratia aclamó mi atención al segundo en el que se adentraba al comedor, ese que tantas veces había tenido que pisar de otra forma muy diferente a la que actualmente me encuentro experimentando.

Jamás creí estar sentada en esta mesa, luciendo mi pijama y con esta extraña sensación de hogar que me embargaba.

Sobre todo, pudiendo contemplar como la mujer más intimidante de todo Estados Unidos, se encontraba deslizándose en una apariencia tan casual y hogareña, portando su delicada bata de seda oscura, que, para mi desgracia, esta vez sí mantenía un pijama de raso bajo su liviana tela.

Me encanta verla tan natural y despreocupada, aunque a primera instancia para cualquiera que no haya compartido suficiente tiempo con ella, apenas contemplaría diferencia alguna a la frialdad firme y estoica de siempre.

Gratia me dedico una rápida visual, tomando asiento a mi zurda, presidiendo la gran mesa.

— Aubrey... — Apartó su enfoque de mi para dirigirlo hacia la mujer que detenía su accionar de retirarse de aquel comedor, para muy seguramente indicarle al resto del servicio que sirviera la comida. La rigidez de esa mujer era realmente admirable, podía incluso comprender el como era capaz de mantenerse tanto tiempo trabajando para alguien como Gratia, pues nunca parecía escandalizada o intimidada alrededor de la rubia o de los hombres que la acompañaban. — Prepara la habitación del señor Brandt, se mudará temporalmente con nosotros...